Macri tiene un porcentaje de votos propios, de aquellos que lo votaron por convicción, y otro (gran) porcentaje de voto castigo al kirchnerismo. Se llegó a un punto de hartazgo difícil de explicar, con dos cadenas nacionales por semana con la presidente incitando al odio entre compatriotas, cada vez por cosas menos importantes.
Con institucionalidad me refiero al respeto a las instituciones,propio de un sistema democrático y sobre todo republicano de gobierno. Lo que ha hecho este gobierno atacando a la justicia sería largo de explicar (hasta se cargaron a un fiscal tranquilamente), el poder legislativo pasó a ser obsoleto dado que hace 12 años que ella gobierna por decretos de necesidad y urgencia. Los pocos límites que se le pudieron poner, fue a través de sentencias de la Corte Suprema (con un juez de 97 años que no se va por cuidar la República, anunció su retiro el 11/12, un día después que ella) y en el Congreso,sobre materias en las que está prohibido legislar por decreto (como la materia tributaria, freno que le pusieron en el conocido conflicto contra el campo).
Al no ser este nuevo gobierno populista, las masas no siguen ciegamente al ningún lider: si hace las cosas mal en dos años recibirá su merecido en las legislativas. Premio y castigo. Voto de confianza con plazo perentorio.
Esa es la manera que encontramos de intentar hacer las cosas mejor y con un efectivo funcionamiento republicano. Otra opción no tuvimos. El tiempo dirá si funcionó o no.
EDITO Y AGREGO: las pensiones, creo que te referís a lo que nosotros llamamos jubilaciones, que no es más que un seguro a la vejez, no puede bajo ningún punto de vista estar en manos privadas. Cuando nosotros teníamos AFJP (AFP) siguió existiendo el sistema estatal (finalmente se suprimieron las AFJP existiendo sólo el sistema público) con el agravante de que en el caso argentino el Estado era garante, a diferencia del chileno. Cuando las AFJP sólo tenían ingresos y no egresos (todos aportantes activos) "quebraron". Se llevaron la plata afuera dejándole la carga al Estado.
Sea cual sea el sistema que elija cada país, educación, salud, asistencia social y jubilaciones deben necesariamente estar en manos del Estado.