• ¿Quieres apoyar a nuestro foro haciendo una donación?, entra aquí.

Haitianos se ganaron el corazón de los chilenos.

Estado
No está abierto para más respuestas.

copio y pego

Bosta
Registrado
2015/11/13
Mensajes
564
Sexo
Hembra
Haitianos se ganaron el corazón de la clientela del Cardonal

Jn Louis Egens y Benoit Jean trabajan en la pilastra 20. Con humildad, esfuerzo y responsabilidad aprendieron el oficio que Iván Molina realiza hace 40 años en el mercado. Por eso, ganaron la confianza de los patrones Josefina y Salomón.
Nicole Valverde S.

Como todos los días, doña Josefina Veneciano y don Salomón Figueroa, llegaron a primera hora a abrir la pilastra 20 del Mercado Cardonal. Cortinas arriba, ambos se aprobleman por la falta de trabajadores que quieran atender a sus fieles caseritas y caseros.

De pronto, su atención es captada por un hombre que está parado en la vereda del frente de calle Rawson. Piel morena, alto, delgado y cabizbajo. Sólo observa con tímida mirada como el mercado comienza a funcionar, antes de que salga el sol.

"Yo llegué tipo tres de la mañana. Y la verdad es que aquí la gente está cada vez más complicada, porque quieren trabajar poco y ganar mucha plata. No cumplen horarios, dejan la pega tirada. Y más encima, por el hecho de ser mujer quieren pasarla a llevar a una. Y yo soy de carácter fuerte, así que no les aguanto faltas de respeto... Si se tienen que ir, se van no más. Aquí los mejores cargadores y trabajadores están comprometidos con sus patrones", cuenta Josefina.

"Entonces vi a un negrito encodidito al frente con las manitos en los bolsillos y una mochila atrás. Y le digo yo: ¿negrito vení a trabajar?. ¡Ya poh!, me dijo. Al tiro yo le dije cuánto le iba a pagar. Y quedamos en que si aprendía la pega yo le iba a ir aumentando el sueldo. Él se puso contento, y con el pasar de los días, yo también estaba contenta con él".

Nuevas esperanzas
Josefina se refiere a Jn Louis Egens, de 31 años, ciudadano haitiano que llegó a Valparaíso hace un par de meses tras un breve paso por la capital. Con timidez nos advierte que aún le faltan palabras para contar bien su historia. Pero igual le hace empeño.

"Estuve un tiempo breve en Santiago y vine acá. Al segundo día buscando trabajo yo encontré a esa patrona que dice: "¡Moreno ven acá! ¿Quieres trabajo?". Y yo le dije que sí. Entonces me explicó que tenía que hablar a la gente y mirar para aprender así yo iba a empezar a atender".

- ¿Te gusta trabajar acá?

-Sí. Me gustaría quedarme acá.

- ¿Cómo te trata la gente que compra?

-Puede encontrar gente que no le gusta la manera. Pero puede encontrar más gente que le gusta la manera. En todas partes es así, hay buenos y malos .

Egens llegó a Chile solo, sin su familia. En Haití dejó a su hijo pequeño, sus padres y hermanos, a quienes envía dinero cada vez que puede. Y con su bonito acento -entre francés y caribeño- cuenta a La Estrella que para él no ha sido tan difícil desprenderse de su país natal, porque cuando uno busca nuevas oportunidades puede ir y volver.

Además, ahonda un poco en la actual crisis que se vive en Haití. "Allá hay una crisis económica grande. Y cuando la gente no tiene plata no puede hacer nada. Y estando allá yo no podía hacer nada. Por eso yo mando plata, porque la gente que está trabajando tiene que ayudar a la gente que está mal".

Regalones
A pesar de su fuerte carácter, Josefina se ha encariñado con Louis y Benoit. Asegura que son personas muy honradas. Una cualidad más que valorable para ella.

"A la gente honrada y trabajadora yo la defiendo. Ellos saben muy bien. A mí no me gusta cuando otros son abusivos con la gente de afuera. Cuando les pagan menos plata y creen que porque vienen de afuera hay que aprovecharse de su situación", dice con firmeza. "A lo mejor yo tampoco les pago tanta plata. Pero quiero que ellos estén contentos, por eso ahora estoy haciendo los trámites para hacerles sus contratos. ¿Sí o no negrito?"

- "¡Sí!", responde Louis.

Otras de las cosas que tiene más chocha a la dueña de la pilastra es que sus nuevos trabajadores son muy rápidos y buenos sacando las cuentas de las ventas. Una habilidad no menor para el trabajo que se realiza en el Cardonal, donde la rapidez y eficacia se traduce en ganancias.

Josefina también destaca el buen trato que tienen con la clientela. Eso sí, reconoce que hay personas que se niegan a ser atendidas por ellos. Un reprochable gesto de discriminación que los haitianos se toman con menos problema que su patrona.

"se pasa mucho bien"
Benoit Jean, más conversador y dicharachero, nos cuenta que tiene "treinta y pico" años. Llegó a Chile en las mismas circunstancias que su amigo Louis: en busca de esperanzas. Y también dejó un hijo en su tierra, a quien le manda plata desde acá.

Asegura que le gusta Valparaíso y que en su actual trabajo "se pasa mucho bien". Le pregunto si extraña Haití y a su familia, pero no me entiende. Louis se lo explica en su idioma. "Sí, yo siente triste porque estoy lejos de la familia... ¡Mucho lejos! Pero como todos los extranjeros no puedo pensar tanto en eso, porque si tú piensas tanto estás triste".

Bastante más acostumbrados a madrugar, a veces comienzan la jornada laboral a las 5 de la mañana. Pero el sueño no es el problema, o al menos no tanto como el frío.

"Hay tiempo para dormir y tiempo para trabajar. Para quien no quiere trabajar siempre hay sueño, pero para uno que es trabajador... sólo hay mucho frío".

- ¿Y alguna polola chilena?

"Todavía no...", afirma con una sonrisita picarona. Y a decir verdad, no le creí mucho porque supimos que varias caseritas llegan preguntando por ellos cuando se van a colación.

El maestro
Pero nuestros amigos haitianos no llegaron aprendiendo la esforzada labor de atender en las pilastras del Cardonal. Hace 40 años que Iván Molina trabaja en el mercado. El hombre se las trae, y pertenece a un consolidado grupo "vieja escuela" que le pone el hombro a los sacos de papa y todo tipo de mercaderías que ofrece el surtido centro comercial porteño.

Generosamente, Iván les compartió sus conocimientos. Les mostró el oficio, les enseñó trucos para ejercer la pega. Y asegura que han sido muy buenos aprendiendo.

"Son atentos y tienen buena voluntad para atender. Son aperrados, como se dice. Conmigo han sido buenos compañeros. De repente me da no sé qué mandarlos pero ellos no se hacen problema. Yo nunca había trabajado con gente extranjera y ha sido una buena experiencia".

22_10_16_pag_08-1440-6d70ab.jpg


22_10_16_pag_09-1440-6d70ab.jpg


:clapclap:

Que viva la integración :-p:-p:-p:-p:-p
 
fuera de hueveo... si los negritos son aporte, ni un problema que se queden y hagan familia y toda la hueá. PEEERO. son los menos.
la mayoría andan hueviando con armas, drogas, prostitución (y feas las hueonas), mafias y el mal vivir. así que aplicar torniquete y parar el hueveo de dejar entrar tanto hueonaje (mensaje directo al compliado).
 
Haitianos se ganaron el corazón de la clientela del Cardonal

Jn Louis Egens y Benoit Jean trabajan en la pilastra 20. Con humildad, esfuerzo y responsabilidad aprendieron el oficio que Iván Molina realiza hace 40 años en el mercado. Por eso, ganaron la confianza de los patrones Josefina y Salomón.
Nicole Valverde S.

Como todos los días, doña Josefina Veneciano y don Salomón Figueroa, llegaron a primera hora a abrir la pilastra 20 del Mercado Cardonal. Cortinas arriba, ambos se aprobleman por la falta de trabajadores que quieran atender a sus fieles caseritas y caseros.

De pronto, su atención es captada por un hombre que está parado en la vereda del frente de calle Rawson. Piel morena, alto, delgado y cabizbajo. Sólo observa con tímida mirada como el mercado comienza a funcionar, antes de que salga el sol.

"Yo llegué tipo tres de la mañana. Y la verdad es que aquí la gente está cada vez más complicada, porque quieren trabajar poco y ganar mucha plata. No cumplen horarios, dejan la pega tirada. Y más encima, por el hecho de ser mujer quieren pasarla a llevar a una. Y yo soy de carácter fuerte, así que no les aguanto faltas de respeto... Si se tienen que ir, se van no más. Aquí los mejores cargadores y trabajadores están comprometidos con sus patrones", cuenta Josefina.

"Entonces vi a un negrito encodidito al frente con las manitos en los bolsillos y una mochila atrás. Y le digo yo: ¿negrito vení a trabajar?. ¡Ya poh!, me dijo. Al tiro yo le dije cuánto le iba a pagar. Y quedamos en que si aprendía la pega yo le iba a ir aumentando el sueldo. Él se puso contento, y con el pasar de los días, yo también estaba contenta con él".

Nuevas esperanzas
Josefina se refiere a Jn Louis Egens, de 31 años, ciudadano haitiano que llegó a Valparaíso hace un par de meses tras un breve paso por la capital. Con timidez nos advierte que aún le faltan palabras para contar bien su historia. Pero igual le hace empeño.

"Estuve un tiempo breve en Santiago y vine acá. Al segundo día buscando trabajo yo encontré a esa patrona que dice: "¡Moreno ven acá! ¿Quieres trabajo?". Y yo le dije que sí. Entonces me explicó que tenía que hablar a la gente y mirar para aprender así yo iba a empezar a atender".

- ¿Te gusta trabajar acá?

-Sí. Me gustaría quedarme acá.

- ¿Cómo te trata la gente que compra?

-Puede encontrar gente que no le gusta la manera. Pero puede encontrar más gente que le gusta la manera. En todas partes es así, hay buenos y malos .

Egens llegó a Chile solo, sin su familia. En Haití dejó a su hijo pequeño, sus padres y hermanos, a quienes envía dinero cada vez que puede. Y con su bonito acento -entre francés y caribeño- cuenta a La Estrella que para él no ha sido tan difícil desprenderse de su país natal, porque cuando uno busca nuevas oportunidades puede ir y volver.

Además, ahonda un poco en la actual crisis que se vive en Haití. "Allá hay una crisis económica grande. Y cuando la gente no tiene plata no puede hacer nada. Y estando allá yo no podía hacer nada. Por eso yo mando plata, porque la gente que está trabajando tiene que ayudar a la gente que está mal".

Regalones
A pesar de su fuerte carácter, Josefina se ha encariñado con Louis y Benoit. Asegura que son personas muy honradas. Una cualidad más que valorable para ella.

"A la gente honrada y trabajadora yo la defiendo. Ellos saben muy bien. A mí no me gusta cuando otros son abusivos con la gente de afuera. Cuando les pagan menos plata y creen que porque vienen de afuera hay que aprovecharse de su situación", dice con firmeza. "A lo mejor yo tampoco les pago tanta plata. Pero quiero que ellos estén contentos, por eso ahora estoy haciendo los trámites para hacerles sus contratos. ¿Sí o no negrito?"

- "¡Sí!", responde Louis.

Otras de las cosas que tiene más chocha a la dueña de la pilastra es que sus nuevos trabajadores son muy rápidos y buenos sacando las cuentas de las ventas. Una habilidad no menor para el trabajo que se realiza en el Cardonal, donde la rapidez y eficacia se traduce en ganancias.

Josefina también destaca el buen trato que tienen con la clientela. Eso sí, reconoce que hay personas que se niegan a ser atendidas por ellos. Un reprochable gesto de discriminación que los haitianos se toman con menos problema que su patrona.

"se pasa mucho bien"
Benoit Jean, más conversador y dicharachero, nos cuenta que tiene "treinta y pico" años. Llegó a Chile en las mismas circunstancias que su amigo Louis: en busca de esperanzas. Y también dejó un hijo en su tierra, a quien le manda plata desde acá.

Asegura que le gusta Valparaíso y que en su actual trabajo "se pasa mucho bien". Le pregunto si extraña Haití y a su familia, pero no me entiende. Louis se lo explica en su idioma. "Sí, yo siente triste porque estoy lejos de la familia... ¡Mucho lejos! Pero como todos los extranjeros no puedo pensar tanto en eso, porque si tú piensas tanto estás triste".

Bastante más acostumbrados a madrugar, a veces comienzan la jornada laboral a las 5 de la mañana. Pero el sueño no es el problema, o al menos no tanto como el frío.

"Hay tiempo para dormir y tiempo para trabajar. Para quien no quiere trabajar siempre hay sueño, pero para uno que es trabajador... sólo hay mucho frío".

- ¿Y alguna polola chilena?

"Todavía no...", afirma con una sonrisita picarona. Y a decir verdad, no le creí mucho porque supimos que varias caseritas llegan preguntando por ellos cuando se van a colación.

El maestro
Pero nuestros amigos haitianos no llegaron aprendiendo la esforzada labor de atender en las pilastras del Cardonal. Hace 40 años que Iván Molina trabaja en el mercado. El hombre se las trae, y pertenece a un consolidado grupo "vieja escuela" que le pone el hombro a los sacos de papa y todo tipo de mercaderías que ofrece el surtido centro comercial porteño.

Generosamente, Iván les compartió sus conocimientos. Les mostró el oficio, les enseñó trucos para ejercer la pega. Y asegura que han sido muy buenos aprendiendo.

"Son atentos y tienen buena voluntad para atender. Son aperrados, como se dice. Conmigo han sido buenos compañeros. De repente me da no sé qué mandarlos pero ellos no se hacen problema. Yo nunca había trabajado con gente extranjera y ha sido una buena experiencia".

22_10_16_pag_08-1440-6d70ab.jpg


22_10_16_pag_09-1440-6d70ab.jpg


:clapclap:

Que viva la integración :-p:-p:-p:-p:-p
Trabaja sin contrato, le debe pagar una mierda, le llama "negrito", el negro no reclama por nada y hasta el water lo mandarán a a destapar.
El goma ideal :hands:
...no, pero ellos le están haciendo un favor.
 
Lo he dicho antes; que las puertas estén abiertas para cualquiera que quiera llegar a trabajar y ganar sus lucas, pero los que vienen a robar, asaltar o cometer fechorías NO SON BIENVENIDOS, nos basta y nos sobra con el producto nacional para eso
 
donde dejé el látigo por la miéchica!!!???
Lo tengo yo, lo forré con alambre de púas y les estoy pegando latigazos a estos niggas culecos.

Pd=upgradealo y cuando te lo pase, bañalo con vidrio molido

Enviado desde mi HUAWEI GRA-L09 mediante Tapatalk
 
bkn, justo lo que el pais necesita, necesitamos más cargadores de papa en la vega con el sueldo minimo, receta eficaz para el desarrollo!!!
Y que queri q los inmigrantes lleguen altiro a trabajar de gerentes :lol2: si de abajo se empieza pos wn

Na q decir de los haitianos, se portan bien aca. Tengo unos estudiantes en la media de alla y puta son terriblemente piolas, callados a morir.
 
tienen mi beneplacito de quedarse, el resto fueraaaaaaaaaa
 
Estado
No está abierto para más respuestas.
Volver
Arriba