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Huevon sin Vida
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1. El viaje de Ivanovich
A principios de 1961, poco tiempo antes del primer vuelo de Yuri Gagarin, los rusos enviaron al espacio una nave tripulada por un maniquí. El muñeco, llamado cariñosamente Ivan Ivanovich voló en dos ocasiones vestido con un traje espacial, aterrizando después sobre un descampado. Para evitar confusiones, llevaba un letrero en el casco con la palabra 'Maket' (maniquí).
2. La cinta de la suerte
La cinta aislante ha sido una herramienta esencial en la carrera espacial. Los astronautas han recurrido a ella en las situaciones más difíciles. Gracias a la cinta 'americana', los tripulantes del Apolo 13 pudieron fabricar el filtro de aire que les salvó la vida. En 2001, el reglamento de la NASA para la Estación Espacial Internacional estableció que en caso de un brote de psicosis a bordo, debe usarse la cinta para inmovilizar al astronauta. data, wiki
3. Un "pipi" por Gagarin
El 12 de abril de 1961, instantes antes de subir a la nave Vostok 1, a Yuri Gagarin le entraron ganas de orinar y tuvo que ausentarse unos minutos. Desde entonces, y en homenaje al pionero espacial, todos los cosmonautas rusos que inician una misión orinan en una rueda del camión que les lleva hasta la rampa de lanzamiento de Baikonur. El ritual se considera imprescindible para el buen término de la misión. data
4. El olor de la luna
Los pocos que han pisado la superficie lunar aseguran que tiene un olor muy particular, algo parecido a la "pólvora quemada". El astronauta Gene Cernan afirmó tras una caminata que en el interior de la nave olía “como si alguien hubiera disparado una carabina". Sin embargo, los kilos de muestras que los astronautas trajeron a la Tierra no huelen absolutamente a nada. Se cree que en nuestro planeta no se dan las condiciones para que el polvo vuelva a emitir su verdadero olor. data
5. La mayor distancia de la Tierra
El 15 de abril de 1970, la tripulación del Apolo 13 alcanzó el punto a mayor distancia de la Tierra en el que jamás haya estado ningún ser humano. Se encontraban en el lado más alejado de la superficie lunar, a 400.171 kilómetros de nuestro planeta. data
6. La hora del sándwich
El 23 de marzo de 1965 el astronauta John Watts Young introdujo a escondidas, en la nave espacial Gemini 3 de la NASA, un sándwich de chopped de ternera y lo compartió con su compañero Gus Grissom. La broma, aparentemente inofensiva, provocó un escándalo que obligó a la NASA a revisar sus normas de funcionamiento. Grissom se quejó porque no había mostaza.
7. El efecto visión general
El 7 de febrero de 1971, el astronauta Ed Mitchell se encontraba de regreso a la Tierra cuando experimentó un extraño sentimiento de felicidad. De pronto, “vio a la Tierra y sus gentes y al resto de especies y sistemas como un todo sinérgico, integrado y unificado. Se sintió bien, en éxtasis”. Acababa de experimentar lo que los astronautas llaman efecto “visión general”. data
8. Los árboles de la luna
El astronauta Stuart Roosa, miembro de la misión Apolo 14, incluyó en su kit de objetos personales un cilindro metálico con más de 400 semillas. A su regreso, aquellas semillas de pinos, plátanos y secuoyas se plantaron en diversos lugares del mundo y fueron bautizadas como los árboles de la luna; los primeros y únicos que habían ido y vuelto de nuestro satélite. YouTube - Los hombres más rápidos del mundo[/ame]
A principios de 1961, poco tiempo antes del primer vuelo de Yuri Gagarin, los rusos enviaron al espacio una nave tripulada por un maniquí. El muñeco, llamado cariñosamente Ivan Ivanovich voló en dos ocasiones vestido con un traje espacial, aterrizando después sobre un descampado. Para evitar confusiones, llevaba un letrero en el casco con la palabra 'Maket' (maniquí).
La última misión de prueba Vostok antes del lanzamiento del cosmonauta Yuri Gagarin se convirtió en un ensayo esencial para garantizar que todo iría bien durante el primer vuelo tripulado de la historia. La cápsula, bautizada como Korabl-Sputnik-5 (Sputnik-10), fue lanzada el 25 de marzo de 1961 y era idéntica a la que transportaría al primer inquilino humano.
Como ya se había hecho anteriormente, transportó en su interior numerosos organismos biológicos, incluyendo un perro llamado Zvezdochka. Junto a él, para simular el procedimiento de aterrizaje del cosmonauta, que debía abandonar la nave a baja altitud mediante un asiento eyectable y descender gracias a su propio paracaídas, se encontraba un maniquí llamado cariñosamente Ivan Ivanovich. Vestido con un traje espacial, sería protagonista involuntario del aterrizaje.
Intentando simular con la mayor precisión posible un vuelo orbital tripulado, los ingenieros incluyeron a bordo un sistema de reproducción que emitiría el sonido de una voz humana. Ello ayudaría a probar el sistema de comunicaciones que mantendría el contacto entre la cápsula y la Tierra. Algo tan trivial se convirtió en complicado cuando hubo que decidir qué debía decir el falso “astronauta”. Dado que Occidente no sabría si a bordo viajaba o no una personal real, se descartó emitir una conversación técnica detallada, lo que podría haber despertado sospechas e incluso haber insinuado algún tipo de misión de espionaje. También se descartó algo mucho más inocente, como cantar una canción, lo que podría haber hecho pensar que el supuesto astronauta se había vuelto loco. Finalmente, optaron por incluir una voz que leía una receta culinaria, así como un coro de voces, tan numerosas que habría sido imposible embarcar a tanta gente a bordo. Quedaría así claro que se trataba de una grabación emitida desde el espacio.
La misión, una sola órbita alrededor de la Tierra, se desarrolló sin ningún problema aparente. Tras la reentrada, el asiento eyectable con el maniquí se separó. Pero tanto éste como la cápsula, aterrizaron en medio de una potente tormenta de nieve, lo que provocó un sustancial retraso de 24 horas en su localización. Cuando los hallaron, descubrieron que los animales estaban en perfectas condiciones, mientras que el maniquí había llamado la atención de los lugareños, quienes lo creyeron un hombre desmayado. Por eso se sorprendieron mucho cuando llegaron las fuerzas de rescate y éstas lo ignoraron por completo. Finalmente, se les mostró que se trataba de un maniquí inerte, y la tranquilidad volvió a los airados campesinos.
Como ya se había hecho anteriormente, transportó en su interior numerosos organismos biológicos, incluyendo un perro llamado Zvezdochka. Junto a él, para simular el procedimiento de aterrizaje del cosmonauta, que debía abandonar la nave a baja altitud mediante un asiento eyectable y descender gracias a su propio paracaídas, se encontraba un maniquí llamado cariñosamente Ivan Ivanovich. Vestido con un traje espacial, sería protagonista involuntario del aterrizaje.
Intentando simular con la mayor precisión posible un vuelo orbital tripulado, los ingenieros incluyeron a bordo un sistema de reproducción que emitiría el sonido de una voz humana. Ello ayudaría a probar el sistema de comunicaciones que mantendría el contacto entre la cápsula y la Tierra. Algo tan trivial se convirtió en complicado cuando hubo que decidir qué debía decir el falso “astronauta”. Dado que Occidente no sabría si a bordo viajaba o no una personal real, se descartó emitir una conversación técnica detallada, lo que podría haber despertado sospechas e incluso haber insinuado algún tipo de misión de espionaje. También se descartó algo mucho más inocente, como cantar una canción, lo que podría haber hecho pensar que el supuesto astronauta se había vuelto loco. Finalmente, optaron por incluir una voz que leía una receta culinaria, así como un coro de voces, tan numerosas que habría sido imposible embarcar a tanta gente a bordo. Quedaría así claro que se trataba de una grabación emitida desde el espacio.
La misión, una sola órbita alrededor de la Tierra, se desarrolló sin ningún problema aparente. Tras la reentrada, el asiento eyectable con el maniquí se separó. Pero tanto éste como la cápsula, aterrizaron en medio de una potente tormenta de nieve, lo que provocó un sustancial retraso de 24 horas en su localización. Cuando los hallaron, descubrieron que los animales estaban en perfectas condiciones, mientras que el maniquí había llamado la atención de los lugareños, quienes lo creyeron un hombre desmayado. Por eso se sorprendieron mucho cuando llegaron las fuerzas de rescate y éstas lo ignoraron por completo. Finalmente, se les mostró que se trataba de un maniquí inerte, y la tranquilidad volvió a los airados campesinos.
2. La cinta de la suerte
La cinta aislante ha sido una herramienta esencial en la carrera espacial. Los astronautas han recurrido a ella en las situaciones más difíciles. Gracias a la cinta 'americana', los tripulantes del Apolo 13 pudieron fabricar el filtro de aire que les salvó la vida. En 2001, el reglamento de la NASA para la Estación Espacial Internacional estableció que en caso de un brote de psicosis a bordo, debe usarse la cinta para inmovilizar al astronauta. data, wiki
3. Un "pipi" por Gagarin
El 12 de abril de 1961, instantes antes de subir a la nave Vostok 1, a Yuri Gagarin le entraron ganas de orinar y tuvo que ausentarse unos minutos. Desde entonces, y en homenaje al pionero espacial, todos los cosmonautas rusos que inician una misión orinan en una rueda del camión que les lleva hasta la rampa de lanzamiento de Baikonur. El ritual se considera imprescindible para el buen término de la misión. data
4. El olor de la luna
Los pocos que han pisado la superficie lunar aseguran que tiene un olor muy particular, algo parecido a la "pólvora quemada". El astronauta Gene Cernan afirmó tras una caminata que en el interior de la nave olía “como si alguien hubiera disparado una carabina". Sin embargo, los kilos de muestras que los astronautas trajeron a la Tierra no huelen absolutamente a nada. Se cree que en nuestro planeta no se dan las condiciones para que el polvo vuelva a emitir su verdadero olor. data
5. La mayor distancia de la Tierra
El 15 de abril de 1970, la tripulación del Apolo 13 alcanzó el punto a mayor distancia de la Tierra en el que jamás haya estado ningún ser humano. Se encontraban en el lado más alejado de la superficie lunar, a 400.171 kilómetros de nuestro planeta. data
6. La hora del sándwich
El 23 de marzo de 1965 el astronauta John Watts Young introdujo a escondidas, en la nave espacial Gemini 3 de la NASA, un sándwich de chopped de ternera y lo compartió con su compañero Gus Grissom. La broma, aparentemente inofensiva, provocó un escándalo que obligó a la NASA a revisar sus normas de funcionamiento. Grissom se quejó porque no había mostaza.
La anécdota del sándwich, tal y como se demostró después en una investigación, vulneró las órdenes de vuelo y puso en peligro la misión. Además de llenar la cabina de migas que podían haber dañado los equipos, Young llevó el sándwich oculto durante dos largos días, lo que podía haberles hecho enfermar. La idea de Young era darle una sorpresa a su compañero Gus Grissom llevándole un sándwich de su restaurante favorito en Florida. Según cuenta Young, al descubrir el regalo, Grissom se mostró alarmado y le advirtió de que tenían “un problema”. “¿Cuál?” – preguntó Young extrañado. “¡Que no tenemos mostaza!”.
7. El efecto visión general
El 7 de febrero de 1971, el astronauta Ed Mitchell se encontraba de regreso a la Tierra cuando experimentó un extraño sentimiento de felicidad. De pronto, “vio a la Tierra y sus gentes y al resto de especies y sistemas como un todo sinérgico, integrado y unificado. Se sintió bien, en éxtasis”. Acababa de experimentar lo que los astronautas llaman efecto “visión general”. data
8. Los árboles de la luna
El astronauta Stuart Roosa, miembro de la misión Apolo 14, incluyó en su kit de objetos personales un cilindro metálico con más de 400 semillas. A su regreso, aquellas semillas de pinos, plátanos y secuoyas se plantaron en diversos lugares del mundo y fueron bautizadas como los árboles de la luna; los primeros y únicos que habían ido y vuelto de nuestro satélite. YouTube - Los hombres más rápidos del mundo[/ame]
10. Una luna en la tierra
(una de las mas polémicas e intrigantes para algunos )
En el año 1963, la NASA recreó en el desierto de Arizona un campo de cráteres casi idéntico al que los astronautas se iban a encontrar al llegar a la luna. Para obtener una réplica lo más realista posible se utilizaron imágenes de la superficie lunar a modo de plantilla y se modeló el terreno mediante explosiones controladas. Cada cráter debía tener el mismo tamaño y estar situado en el mismo lugar que el original.
(una de las mas polémicas e intrigantes para algunos )
En el año 1963, la NASA recreó en el desierto de Arizona un campo de cráteres casi idéntico al que los astronautas se iban a encontrar al llegar a la luna. Para obtener una réplica lo más realista posible se utilizaron imágenes de la superficie lunar a modo de plantilla y se modeló el terreno mediante explosiones controladas. Cada cráter debía tener el mismo tamaño y estar situado en el mismo lugar que el original.