"Chile puede agruparse dentro de los pocos países aislados del planeta. Por el este la cordillera agreste y fría, por el oeste un mar gélido y cambiante, al norte el desierto mas árido del orbe, al sur el fin del mundo. Tierras fértiles pero que nada aportan si no se les trabaja, no existen los regalos en está Patria alejada del mundo. No tuvimos la suerte de salir de la cueva y encontrarnos árboles frutales por doquier o que el clima permitiese estar a la intemperie. Tierras toscas, clima extremo. Pocos humanos se aventurarían a una tierra con estas características. Pero a pesar de todo esto, entre los sismos y las inclemencias, un fruto maduro ha crecido, teñido de rojo por la sangre derramada, endurecido por la aventura y la desventura, dispuesto a toda gesta heroica como ningún otro.
Si recorremos la Historia universal, las guerras en las cuales los hombres luchaban hasta la muerte son bastantes, el asedio del Alcázar, las Termopilas, Numancia invicta, etc. Pero todas ellas sucedidas por décadas o milenios entre una y otra. En nuestras tierras sucede lo contrario, la bravura ha sido la regla general. En todas y cada una de las batallas libradas en estos escasos 200 años de independencia, la guerra y la lucha a muerte son pan de cada día.
No existe nacional que no encuentre una cobardía inaceptable el rendirse. Todo Chileno bien nacido sabe de sobra que nuestros ancestros jamás arriaron nuestra bandera y que sería una deshonra que nosotros lo hiciéramos. Hasta el compatriota más “progresista” le corre por las venas ese fuego interior extraño, mágico, rebelde.
Nuestra gente sigue siendo áspera en el trato, de pocos colores en su ropa, de pocas palabras y de humor simple. Como si la aspereza viniera de la vida y del clima, la ropa en constante luto por los acontecimientos que se suceden uno tras otro, el humor simple equiparable al de la trinchera, donde no tenemos espacio paro demasiada sofisticación.
La única patria que en alguna medida puede ser comparable es el Japón. Aún estando hoy la tierra del sol naciente en franca baja, compartimos ciertas cosas sin parangón.
Tierra aislada del resto del mundo, guerras internas y externas constantes, personas acordes a al paisaje.
Los nipones al ser un pueblo con muchos más años de Historia, llego a la cúspide de su desarrollo en el Samurai, personaje resultado natural de la vida que llevaban.
En Chile nación joven, si el globalismo y la usura internacional no estuviesen arremetiendo contra nosotros probablemente nos hubiésemos encontrado con un personaje similar. Si ponemos a volar nuestra imaginación, nos encontraríamos con un Chileno ideal para esta tierra. Su descripción sería como la que sigue; Seco de Carnes, de piel tostada por el sol más que por raza por encontrarse labrando la tierra en su propio predio, libre, asilvestrado, de pocas palabras, solemne en el trato pero de pocos modales, adiestrado para la guerra en su juventud, por un servicio militar obligatorio, necesario en las tierras que siempre se encuentran en peligro. La mujer seguiría de cerca sus pasos, amante de la naturaleza, fértil como la tierra, curtida por una vida digna, sin otro lujo de realeza más que la libertad. Los niños serian pequeños pillos, aves rapaces en formación, de pies descalzos por opción más que por pobreza, corredores de cerros y trepadores de árboles , aventureros de ríos , navegantes de playas indómitas. Este esbozo de Chileno curtido como cuero, hubiese sido posible de no ser contaminados por una “civilización” impuesta desde los más oscuros templos de magia económica . Deteniendo el natural paso de nuestra raza hacia lo noble y salvaje, desviándolo en dirección a lo podrido de la modernidad a un hombre maquina de trabajo, burro de carga, esclavo del dinero, superficial y desconectado de la belleza y dureza que lo rodea, traje bien abotonado, café bien caliente, regeton en los audífonos. Mujeres brujas superficiales, que de tanto maquillaje y prendas que no necesitan parecen caminar perdidas, en constante riñas consigo mismas, bolas colorinches, escondiendo su caminar vacuno tras una cartera de pavoneante logo Armani. Niños fétidos por el hedor de estar durante horas frente a un computador, explorando tierras cibernéticas , exhalando el acido olor del silencio, dedos grasientos por comidas que no alimentan, entubados a una tecnología que los hace creer libres y heroicos.
Nuestra tierra en antaño libre, gallarda y belicosa, se desangra en silencio por la complacencia de sus lideres traidores y corruptos. Nuestra única esperanza será un puñado de hombres y mujeres que vendrán a retomar el curso perdido, buscando traer de vuelta el paraíso que se nos ha negado, arrastrándolo aún del infierno de ser necesario. Un grupo de Chilenos a la antigua usanza le dará nueva vida a la tierra de los valientes, aún regalando su propia existencia por su ideal. Cuando el día de la gran revuelta llegue, sepa reconocer a estos seres traídos por la providencia, por su mirada dura y perdida en el tiempo, no les tema, ellos vienen a rescatarlo a usted de su vida podrida, de su infelicidad constante, de su depresión no tratada, del tedio de media tarde, vienen a liberarlo de una vez y para siempre de esa prisión llamada modernidad."