Brucewine
Hagen
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LECCIÓN 1: "EL YO SOY".
"Yo soy.... Una es la Mente, Una es la Ley, Uno el Principio.
Una la Substancia en el Universo y YO SOY UNO con todo lo que es".
Yo Soy es el primer principio de Ser y de Sabiduría. La Metafísica es el estudio del primer principio del Ser y del Saber, de la esencia natural y de sus relaciones fundamentales de todo lo que es real.
Las cosas reales y la verdad misma se pueden entender por el estudio, no obstante JAMAS se pueden SENTIR sin la práctica. Por ejemplo: Conocer el Bien, lo que es Bueno, por medio de libros que traten de esa virtud es relativamente fácil, no obstante para sentir en el corazón y en lo más profundo del alma lo que es el Bien, es necesario hacerlo.
Así, tratándose de las lecciones de Metafísica hay que sentir las virtudes por su práctica, de la misma forma que hay que hacerlos ejercicios o prácticas que acompañan a las lecciones, porque el no hacer equivaldría como si quisiéramos aprender a tocar el violín estudiando solamente la teoría y jamás practicando con el propio violín.
En este curso trataremos solamente de Metafísica ignorando intencionadamente los Seres y órdenes jerárquicas, elementales y superiores
al orden humano, para ser más claros y simples. Cuando toquemos puntos de otros conocimientos ocultos de otras escuelas, bíblicas o de alguna religión, lo haremos como una referencia para simplificar lo que queremos exponer, sin embargo, en algunos casos, también lo haremos con la idea de corregir un concepto erróneo.
Si ya estudió algo parecido y no logró el éxito deseado que no se desanimé, pues sólo la constancia, la paciencia y la osadía son factores con los que se debe contar en el desenvolvimiento interno para alcanzar el éxito, ya sea material, mental o espiritual.
El camino es áspero, tedioso y no tiene atajos. La aceleración o el atajo sólo conducen a la desilusión. No obstante ser lento, áspero y tedioso, no es difícil y todo aquel que persevera, logra encontrar la clave que abre la puerta interna donde yacen tesoros inmensos, sabiduría infinita, alegría desbordante, salud radiante y un placer infantil e inocente que infunde el vivir como jamás habíamos sentido desde que pasamos de la pubertad.
Ahora, como buen Maestro a buen discípulo, como buen amigo a buen amigo, hablaremos con más intimidad, con más confianza, para ser explícitos y claros.
Te voy a mostrar un nuevo mundo que está dentro de ti mismo. Tan cerca de ti y, sin embargo, tan perdido. Tan perdido para ti, como la palabra perdida, esa palabra mágica de gran poder que el Cristo decía, que aunque está perdida, la repetimos cien veces por día.
Esa palabra es "YO SOY". Con esa palabra se abre un mundo nuevo, un Reino nuevo, sí, el Reino de los cielos que está en ti mismo.
Antes todavía, y como primero es lo primero, hagamos un pequeño estudio de algo muy importante de lo que hay en nuestro ser y en nuestro cuerpo. Tenemos un cerebro con un sistema de nervios que se llaman motores. Estos operan con nuestra consciencia objetiva. Tenemos otro sistema de nervios llamado gran simpático y varios plexos, ganglios o centros magnéticos. El mayor de estos plexos se llama plexo solar y está situado detrás del estómago. Este sistema del gran simpático y este plexo solar operan con nuestra consciencia subjetiva.
Tenemos, entonces, dos consciencias o mentes: una objetiva, en la cual somos conscientes de nuestros actos; otra, subjetiva o subconsciente, de cuyos actos no somos conscientes, esto es, no nos damos cuenta. En el Universo no hay sino Una Mente, Una Ley, Un Principio, Una Esencia o Substancia Cósmica, también llamada Divina, más las diferenciaciones de Esta Substancia Una son múltiples. Esta variación o multiplicidad de esa Sola y Única Substancia se debe al organismo a través del cual se manifiesta.
Por ejemplo: La Mente Universal o Divina, como se la quiera llamar, al reflejarse en el cerebro y sistema motor, se convierte en Mente Consciente u Objetiva. Esa misma Mente Universal reflejándose sobre el plexo solar y el gran simpático se convierte en Mente Subconsciente, o sea, Consciencia Subjetiva.
Otro ejemplo: Una vibración cualquiera la percibe nuestro nervio auditivo, se registra en nuestro cerebro y percibimos un sonido. Más, esa misma
vibración continúa por los nervios cerebrales hasta pasar al Nervio Vago, el cual la conduce al plexo solar y percibimos entonces una sensación. De ahí la música que alegra y la que entristece; el grito o lamento que asemeja el terror.
De igual manera registran los demás sentidos, la vista, el olfato, etc. Esto nos conduce a las conclusiones de que todo sentir o impulso pertenece al reino de la mente Subconsciente y actúa sobre el plexo solar y el gran simpático.
Nótese, ahora esto: Cuando la Mente Divina o Universal queda en contacto directo con el plexo solar y el gran simpático, se convierte o se diferencia en MENTE SUPERCONSCIENTE. Esta es siempre la más alta manifestación de la Mente Universal y es siempre perfecta e inefable.
En esa Superconsciencia hay sabiduría Infinita y ahora, piensa y asómbrate.
Todo eso está en ti, dentro de tu propio ser. Piensa en esta gran verdad y medita en esta verdad Metafísica: "No hay sino Una Mente, Una Ley, Un Principio, Una Substancia, en el Universo y YO SOY UNO con todo lo que hay".
Piensa en esta gran verdad cuando te levantes, cuando te acuestes, cuando contemples a los hombres, buenos, malos, ricos y pobres; piensa en esta gran verdad cuando contemples la creación en sus múltiples aspectos, desde la sabandija hasta el león, desde la pequeña flor hasta el frondoso bosque, la planicie, la montaña, la nube y el firmamento estrellado, lleno de soles y de mundos, todo girando al compás del Ritmo, del Amor, de la Ley Una, porque es la inteligencia misma del Principio Uno y TODO ES, es la propia Substancia Una.
Y tú, que contemplas, estás dentro de todo este concierto, formas parte integrante e importante de esa gran armonía. Compréndelos, acéptalos. Siéntete Uno con el Todo. Piénsalos, medítalos, hasta imprimir ese "sentir" en tu subconsciente y entonces sabrás lo que es decir "YO SOY UNO con todo lo que hay", o como dice el Nazareno: "Mi Padre y Yo somos Uno".
Eso es todo por esta entrega ...
Musica para acompañar