Creo que pasa por varios puntos, el primero es que tal como plantearon algunos los tiempos han cambiado, si un bebé no recibe la estimulación no va a desarrollar correctamente el lenguaje. Puedo dar un ejemplo, estuve haciendo un trabajo en un hogar infantil, evalué a una bebe de 10 meses que en lo que a lenguaje respecta se encontraba en los 5 meses, con suerte balbuceaba... eso se debe a que están todo el día en sus cunas, si bien habían hartas parvularias no pueden estar todo el día haciendo estimulación, ni siquiera les ponen música. Cuando le comenté esto a la parvularia, me dijo que todas las evaluaciones fonoaudiológicas que se hacen arrojan entre 4 y 5 meses de retraso en el lenguaje....
Ahora las familias son cada vez más pequeñas y andan pendientes de otro tipo de cosas, del trabajo o qué se yo, cero tiempo para el bebé, no se trata de dejarlo mirando la tele, se trata del apego, de la necesidad que tiene el bebé de comunicarse, porque tampoco es la gracia que le adivinen todo al bebé. Todo debe ser en su justa medida.
Por otro lado tenemos la mafia de las subvenciones, el decreto que rige a las escuelas de lenguaje dice que solo deben ingresar niños con trastornos del lenguaje, suena obvio, pero es acá en donde a los papás los hacen weones.
Los papás tienden a pensar que porque el niño no dice la /r/ tiene un problema de lenguaje, no estimados, cuando un niño no dice una letra o fonema (técnicamente hablando) es un trastorno del HABLA llamado dislalia, y éste puede producirse hasta por problemas anatómicos.
Qué es lo que hace la escuela? ingresa niños con trastornos del HABLA a una escuela de LENGUAJE, si no entienden la diferencia se lo explico así: el habla es la exteriorización del lenguaje, lenguaje es todo el aspecto cognitivo de la comunicación, entonces el habla es netamente el acto concreto de comunicación oral.
Muchísimas escuelas de lenguaje hacen eso, ingresan niños que tienen necesidades en el habla para tener más subvenciones, muchas profes me han comentado incluso que cuando buscaron pega por primera vez, les preguntaron si estarían dispuestas a ingresar a niños con trastornos del habla
Junten esos dos factores que no son menos importantes y paff, nace chocapic.