Bastardock
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Una joven estadounidense de 20 años de edad llamada Michelle Carter ha sido declarada culpable de homicidio involuntario tras haber enviado mensajes de texto a su novio animándole a quitarse la vida fueran una acción ilegal.
Los hechos tuvieron lugar en Massachusetts en el verano de 2014. Roy, un joven que había sufrido abusos familiares y depresión durante años, había decidido quitarse la vida.
Lo hablaba frecuentemente por teléfono y mensajes con su novia Michelle, de 17 años de edad en aquel entonces. Una noche de julio, unos minutos antes de quitarse la vida, Roy le preguntó si estaba tomando una buena decisión mientras llenaba el interior de su coche con monóxido de carbono.
Carter le respondió respondió: “Vuelve a meterte. Hazlo y punto”. Unas horas antes, lo había increpado por querer retrasarlo: “Así que supongo que no lo vas a hacer, todo eso para nada…Estoy tan confundida, estabas listo y decidido”.
Otros mensajes decían lo siguiente: “Estarás feliz al fin en el cielo. No más dolor”, “Es normal que tengas miedo, estás a punto de morir”, “Si lo quieres tanto como dices, toca hacerlo hoy”, “Estás listo y preparado. Todo lo que tienes que hacer es encender el generador y serás libre y feliz. Basta de retrasarlo. Basta de esperar”.
El cadáver de Roy fue encontrado en su furgoneta aparcada en el parking de una tienda. Falleció como consecuencia de una intoxicación por monóxido de carbono.
Durante el pleito, la defensa de la chica argumentó que al margen de los mensajes, Roy ya había dejado rastro de su intención, unilateral y deliberada, de quitarse la vida. La fiscalía defendió que las acciones de Carter presionaron al joven y buscaban protagonismo.
El juez del caso, Lawrence Moniz, consideró que Carter propició la muerte de Conrad Roy a través de una conducta inmoral.
Según el juez, las acciones de la chica muestran que no tuvo intención de frenar o evitar la muerte de Roy y que sus mensajes fueron temerarios, causando la muerte del joven.
Tras conocer el veredicto, la joven se puso a llorar. La sentencia podría llegar a los 20 años de cárcel y la conocerá el próximo 3 de agosto.
La decisión del juez establece un precedente bajo el cual una persona puede ser culpada de la muerte de otra pese a no estar en el mismo lugar físico y que las palabras de alguien son suficientes para causar el suicidio de otro individuo.
Además, la declaración ha sorprendido a expertos legales, ya que en Massachusetts es legal asistir en el suicidio de otra persona.
Q.E.P.D. ROY.
Los hechos tuvieron lugar en Massachusetts en el verano de 2014. Roy, un joven que había sufrido abusos familiares y depresión durante años, había decidido quitarse la vida.
Lo hablaba frecuentemente por teléfono y mensajes con su novia Michelle, de 17 años de edad en aquel entonces. Una noche de julio, unos minutos antes de quitarse la vida, Roy le preguntó si estaba tomando una buena decisión mientras llenaba el interior de su coche con monóxido de carbono.
Carter le respondió respondió: “Vuelve a meterte. Hazlo y punto”. Unas horas antes, lo había increpado por querer retrasarlo: “Así que supongo que no lo vas a hacer, todo eso para nada…Estoy tan confundida, estabas listo y decidido”.
Otros mensajes decían lo siguiente: “Estarás feliz al fin en el cielo. No más dolor”, “Es normal que tengas miedo, estás a punto de morir”, “Si lo quieres tanto como dices, toca hacerlo hoy”, “Estás listo y preparado. Todo lo que tienes que hacer es encender el generador y serás libre y feliz. Basta de retrasarlo. Basta de esperar”.
El cadáver de Roy fue encontrado en su furgoneta aparcada en el parking de una tienda. Falleció como consecuencia de una intoxicación por monóxido de carbono.
Durante el pleito, la defensa de la chica argumentó que al margen de los mensajes, Roy ya había dejado rastro de su intención, unilateral y deliberada, de quitarse la vida. La fiscalía defendió que las acciones de Carter presionaron al joven y buscaban protagonismo.
El juez del caso, Lawrence Moniz, consideró que Carter propició la muerte de Conrad Roy a través de una conducta inmoral.
Según el juez, las acciones de la chica muestran que no tuvo intención de frenar o evitar la muerte de Roy y que sus mensajes fueron temerarios, causando la muerte del joven.
Tras conocer el veredicto, la joven se puso a llorar. La sentencia podría llegar a los 20 años de cárcel y la conocerá el próximo 3 de agosto.
La decisión del juez establece un precedente bajo el cual una persona puede ser culpada de la muerte de otra pese a no estar en el mismo lugar físico y que las palabras de alguien son suficientes para causar el suicidio de otro individuo.
Además, la declaración ha sorprendido a expertos legales, ya que en Massachusetts es legal asistir en el suicidio de otra persona.
Q.E.P.D. ROY.