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Antronianos de la historia: diego portales el coshinote.

Soldadodeodin

Plasta Culiad@
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2016/02/02
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Diego Portales, considerado héroe y fundador de la república por algunos, no fue jamás defensor de la independencia de Chile; colaboró con el gobierno de Joaquín Prieto aplicando duras medidas que incluían destierros y fusilamientos de quienes no apoyaban sus decisiones. Metió al país en una guerra en la que no estaba de acuerdo parte importante de las fuerzas armadas.

Mal administrador de los negocios propios, menos supo manejar la hacienda de la nación. Ajeno al respeto de la constitución y las leyes, impuso castigos brutales, como el de celdas ambulantes enganchadas a yuntas de bueyes, para llevarlos a trabajados forzados y darles escarmiento público a los presos, una idea abolida años después de su muerte por ineficaz y por repugnar a intelectuales como Andrés Bello y Domingo Faustino Sarmiento.
Se le alaba que haya contratado a Claudio Gay, pero no se dice que el sabio se vino a Chile por su cuenta en 1828 e hizo clases de botánica y física en el Colegio Santiago, cuyo director era Andrés Bello. Fue contratado en 1830 por el presidente José Tomás Ovalle; inició sus investigaciones científicas y fundó el gabinete de historia natural, que luego pasó a ser el Museo Nacional de Historia Natural.

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glospirlo de antaño

Cuando se habla de machismo, del abuso a menores, de opresión a la mujer, se suele pasar por alto el papel que han jugado en estos atropellos los personajes históricos detentores del poder. Diego Portales es una muestra. De lenguaje soez, misógino absoluto, como consta en sus cartas; su vida y obra son discutidas desde todos los ángulos por representantes de las más diversas convicciones políticas, pero no se considera su comportamiento con las mujeres en general, ni con la madre de sus hijos, Constanza Nordenflycht. Como el amor es un misterio insondable que escapa a todo análisis, Portales gozó —sin valorarlo— del raro privilegio de ser amado a muerte por una mujer excepcional.

En carta a su amigo de entonces, José M. Cea (3 de febrero de 1822) expresa: “Diga Ud. A la señorita Z los deseos que me alcanzan de verla, y que no he olvidado los días que estuvo en el Callao. Decididamente, prefiero las mujeres chilenas a las peruanitas: son muy refinadas y falsas, muy ardientes y ambiciosas, muy celosas y desconfiadas y amaneradas. Vivo aquí en compañía de Julia; pero estoy dispuesto a darle la patada. Vivir con mujeres es broma, sobre todo cuando son intrigantes! Nuevo cambio de tierras, nuevas aventuras de amores, amigo”.

María Constanza Nordenflycht Cortés y Azúa nació en Lima, en 1808, llegó a Chile a los diez años. Única hija, con cuatro hermanos, del matrimonio formado por el barón Timoteo de Nordenflycht de Averbach y la chilena María Josefa Cortés Azúa, bisnieta de la marquesa de Cañada Hermosa, María Constanza Marín de Poveda. Pero poco duró esta feliz familia. Timoteo de Nordenflycht (1770-1815), nacido en Suecia, llegó encargado por el rey de España como director de la Real Comisión de Minas del Perú y en 1814, falleció en España, donde había ido en comisión de servicios.

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la dama en cuestión.

Constanza en las redes

Constanza llegó a Chile a los diez años, a vivir con sus tías. Canta, toca el piano y tiene la mejor educación que se puede dar a una mujer de fortuna en aquella época. A los quince es una bella niña rubia, de ojos azules, menuda y frágil, pero de firme carácter. A esa edad queda definitivamente huérfana y ha perdido a su hermano mayor, fusilado por ser acusado de insurgente, enemigo de la corona española. No es raro que la muchacha anhele recuperar un hogar propio y feliz como el que tuvieron sus padres.

Un mes después de muerta su madre, el 15 de agosto de 1823, llegó de Lima la tía Rosa Cortés Azúa, también viuda. Ahí en Valparaíso se encontró con su amigo Diego Portales, quien le debía dinero. Él le prometió que en cuanto fuera a Santiago, a fines de año, la visitaría y finiquitaría los compromisos pendientes. En ese mundo de mujeres encerradas en su duelo, todas viudas, salvo la niña, Portales, hombre delgado, de mediana estatura, ojos claros, de treinta y un años de edad, cayó muy bien por sus bromas, desenfado y amenidad.

Fue Portales —nacido en 1793, uno de veintitrés hijos de María Encarnación Fernández de Palazuelos y José Santiago Portales Larraín—, un individuo cuya escasa inteligencia emocional y amoralidad lo hacen fiel representante de la oligarquía dominante. Se proclamó defensor de las virtudes y las transgredió todas. Bueno para la jarana, asiduo de las casas de remolienda, abusó de la hospitalidad de mujeres dolientes, solas y con una de las cuales tenía antigua deuda de dinero. A la primera visita, con rapidez asombrosa, puso los ojos en la niña huérfana de quince años y la hizo acudir a una casa de citas teniendo relaciones con ella, de lo cual resultó nueve meses después el nacimiento de una hija.

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En cuanto quedó embarazada, Constanza fue echada de la casa y recluida en el curato de San Isidro, a cargo del capellán José Torres Saravia. El 20 de septiembre de 1824, nació Rosalía de los Dolores. Diego Portales le pidió a su hermana Dolores se encargase de todo y lo representara ante la familia de Constanza. La pequeña fue apadrinada por Dolores y su esposo Lorenzo Plaza de los Reyes. La inscribieron como “hija de don Diego Portales y C.N, solteros, nacida bajo palabra de matrimonio”.

La joven madre puede retornar a la casa, pero es obligada a dejar a su hija en manos de una nodriza (más tarde la criaría su cuñada María Manuela). La tratan con menosprecio, mal vestida, mal alimentada, condenada a vivir en el segundo patio. En algún momento era tal su necesidad que hubo de aceptar de su amante una mesada de veinticinco pesos mensuales.

En una de las visitas de Portales a la capital, Constanza le mandó un recado y se volvieron a encontrar a escondidas en dicha casa de citas al otro lado del Mapocho. Quedó embarazada otra vez. Portales, enfurecido por esta preñez, regresó a Valparaíso. El 7 de febrero de 1826, en el mismo curato que la primogénita Rosalía, nació Ricardo. Otra hermana de Diego, Manuela Portales, con su esposo Ignacio Morán lo apadrinaron en la iglesia San Lázaro. Fue inscrito solo como hijo natural de Diego Portales y doña A.T. Este niño nacía en peores condiciones legales que su hermana; era simplemente natural, no ya bajo palabra de matrimonio; además se escondía la identidad de la madre bajo unas iniciales que no le correspondían.

En julio de 1827, Constanza enfermó gravemente de bronconeumonía, al punto de ser desahuciada. Portales decidió casarse en artículo de muerte, pero ella se recuperó y él desistió del matrimonio.

Constanza se encontró de nuevo con su amado, tuvo otro embarazo y Portales la obligó a perder la criatura; luego agradeció a Carlos Burton, cirujano mayor del ejército, que se hubiera encargado de hacerla abortar. Hubo secuelas que disfrazaron de infección urinaria. Enferma grave, Portales le pidió a Burton que si ella moría, sólo se refiriera a la fiebre, pero por ningún motivo al aborto.

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Cuando la desdichada se recuperó, ya era mayor de edad. Viajó a Valparaíso, en busca de Portales. Llegó a visitarlo en calidad de "vecina". Durante esta estancia nació Juan Santiago, tercer hijo de ambos.

El 21 de septiembre de 1834, Diego Portales fue designado ministro de Guerra y Marina y luego de Interior y Relaciones Exteriores. Hacia fines de 1834, fallece la tía Rita Cortés Azúa y Constanza se sabe heredera de una cuantiosa fortuna, pero su tía abuela Ana Josefa de Azúa Marín de Poveda queda como ejecutora de las disposiciones testamentarias. Entonces, Portales visita a Constanza y le escribe a su amigo Garfias para que la convenza de regresar a la casa de Ana Josefa y asegurar ese legado bienquistándose con “la vieja” y siendo halagüeña. Él mismo le manda docenas de langostas y otros regalos finos a “la vieja”. Desde su retiro de Placilla, en 1835, le escribe por primera vez, la llama “Mi querida Constanza” y la aconseja cómo administrar mejor sus bienes.

El 6 de junio de 1837, miembros de las fuerzas armadas que no estaban de acuerdo con la declaratoria de guerra a la Confederación Perú Boliviana, ajustician a Portales en el cerro Barón.

La fiel y enamorada Constanza, en cuanto sabe la noticia, comienza a agonizar hasta morir a los pocos días, en Santiago, el 23 de julio de 1837. Tenía veintinueve años de edad, dejaba a sus niños en manos de las hermanas del padre que nunca les dio el apellido.

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@DemonDevil ,pero con poder.
 
Ese culiao pasó de ser el robot Bender (con juegos de azar, copete, tabaco y mujerzuelas) a constituirse en uno de los bastiones del nacionalismo oligarca que más tarde se posicionó efectivamente en Chile. :sisi:
 
Las unicas mierdas que le chupan el nepe a portales .. son los masones y la oligarquia.

La basura historica de portales debe ser el personajillo mas penca y sobrevaluado de la historia chilena.

Vuela bajo portales .. amaneradito ctm.
 
Portales está más sobrevalorado que Benjamín Vicuña y Manuel García.

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Maraco y cuico... Impuesto a la fuerza en las altas esferas a pesar de ser una mierda de hombre sólo por nacer dentro del círculo de poder....

Es como Chile en 2016...
 
para que estamos con webás, los cimientos de todas las republicas están construidos siempre sobre fundaciones bastanto poco morales y eticas, y que decir de nuestros proceres, desde ohiggins pasando por todos los libertadores, hasta el dia de hoy con boletas truchas diputados puteros hijos ilegitimos orgias etc etc etc
 
Según entendí, entonces Constanza Nordenflycht sería la antronera.
 
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