pandacongafas
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Una niña de once años de edad luchando con las emociones pendencieras que habitan dentro de su cabeza. Suena como una sesión muy abrumadora con el psicólogo, pero en su lugar tenemos el largometraje número quince en la historia de Pixar. Una cinta que ya sobra decir que se convertirá en un punto de referencia en la industria, un triunfo rotundo e imperdible que marca un nuevo estándar en lo que se puede hacer en una película de animación. ¿Suena demasiado tendencioso? Bueno, olvidé decir que es increíblemente divertida, claro, siempre y cuando no te encuentres derramando miles de lágrimas.
Riley, nuestra mente protagonista, se encuentra un tanto desconcertada con su padre y madre, quienes por cuestiones de trabajo han tenido que mudarse a San Francisco (demasiado gris para mi gusto) desde su amada Nevada, Minnesota, donde le encantaba jugar hockey y donde se encuentran sus mejores amigos.
Ella llega a una nueva escuela, a un ambiente diferente, con pizza extraña y sin un solo amigo, a excepción de sus emociones: Alegría, quien en su mente es la emoción a cargo. Y con pocos segundos de diferencia nos encontramos con Tristeza, la emoción que nos debe de mostrar el camino gracias a su conmovedora honestidad. Después de un caos generado por una extraña acción de Tristeza, tenemos a la mente de Riley hecha un embrollo. Eso deja Miedo, quien es el encargado de controlar las acciones peligrosas, Desagrado, la ama de lo cool y lo despectivo, y a Enojo, quien realmente no tengo idea de qué sirve pero es muy gracioso ver su cabeza en llamas y queriendo decir groserías; a cargo de todas las acciones de Riley. Es curioso ver cómo una emoción como el enojo puede ser predominante si no existe un equilibrio con el resto, pero eso lo mencionaré más adelante.
Esta idea siempre ha estado en la mente de los cineastas más caprichosos, pero en la mayoría de los casos con resultados desafortunados, sin embargo, Intensa Mente logra llevarlo a un nivel de brillantez artística inigualable, de la mano del director Pete Docter (Up y Monsters Inc.) logra darnos de una manera increíblemente sintetizada el cómo puede funcionar la mente humana. Docter logra meterse en nuestro centro de control, así como el de Riley, y hacernos pasar por todas las emociones posibles. Todos oímos voces en nuestra cabeza, pero en este caso, no es una historia de emociones en guerra, más bien es la idea de cómo puede existir una relación entre todas nuestras emociones y que son por las cuales tenemos nuestra personalidad. Seguramente más de uno extrañará su isla de las bobadas.
Con detalles cautivadores extremadamente cuidados, nos llevan de la mano para descubrir cómo funciona nuestra cabeza, es una experiencia mágica que puede ser explicada con ciencia y creatividad. Sin duda, la explicación del inicio es magnífica, parece magia en una pantalla, es algo que no lo puedes describir hasta disfrutarla, la exploración del comportamiento de cada emoción es delicada, pero Pixarsabe su trabajo y logra que te identifiques con cada una, y con esto intentar descubrir cuál es la que rige en tu cabeza.
El saber cómo funciona nuestro comando central ha sido el gran trabajo que esta compañía de animación ha logrado hacer con maestría desde hace mucho años, si bien la cinta tienen momentos divertidos y tristes como ya es habitual, en esta ocasión, Intensa Mente me ha llevado a explorar otras emociones dentro de una de sus películas, el enojo brutal por algunos de los personajes (uno de color azul, con lentes e intensamente pesimista) es innegable, no había tenido una experiencia así con algún personaje realizado por Pixar, sin embargo, logran llevarte del enojo, al llanto y a la alegría en el transcurso de toda el largometraje, sin duda el maestro da cátedra y Pixar lo logra de nuevo.
Todo esto puede sonar un tanto sofisticado, y lo es, pero de una manera tan cuidada que todo el mundo que vea esta cinta la podrá disfrutar sin ningún problema. Al inicio se cree que es una película para niños que los adultos podrán disfrutar, pero al final, nos damos cuenta de lo contrario, es una cinta para adultos que los niños amarán. Podremos encontrar nuestros temores, nuestras alegrías, nuestros miedos y hasta podremos visualizar cómo se hacen los sueños (un gran guiño al trabajo que hace el cine en la vida de todos), todo con el objetivo de traer frente a nosotros momentos de nuestra vida que ya habíamos olvidado.
En esta ocasión, Pixar con Intensa Mente logrará que los niños aprendan a lidiar con los golpes emocionales arrojados por esta cinta con una explosión de imaginación pura, y los adultos, probablemente vean reflejados sus problemas pero con la oportunidad de saber cómo controlarlos. Van a llorar, se los aseguro, pero vale la pena arriesgarse, ya que en Intensa Mente estarán viendo una de las mejores películas del año.
Última edición:
Por lo menos los juguetes en Toy Story tenían personalidades interesantes, mientras que las emociones aquí reaccionaban igual a las distintas situaciones (feliz, triste, enojado 
)
Intensamente
Minions
lleve a mis sobrinos una de 8 y la vi emocionada al final, el de 5 no rajo mucho ( queria ver dbz) pero buena la pelicula... recomendada
