pandacongafas
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Lo que no sabías de Ruanda
Ruanda es un pequeño país africano, ubicado en el centro del continente, sin salida al mar. Consta de un terreno montañoso, con mucha fauna salvaje, parques nacionales y paisajes naturales. Actualmente, es uno de los países más seguros, limpios y ordenados de la región, y ostenta unos índices de corrupción muy bajos, incluso menores que los de algunas potencias europeas.
Parque Nacional de los Volcanes
Kigali, actual capital nacional
A pesar de ser un país pequeño, Ruanda carga con una historia que es mejor olvidar. En 1994, se desató uno de los peores genocidios de la historia, una guerra entre dos etnias oriundas del lugar: Hutus (campesinos) contra Tutsis (pastores).
Todo empezó cuando Bélgica, en 1918, se hicieron cargo del país. Para gobernar, los belgas eligieron a la minoría Tutsi -que representaba al 15% de la población- antes que a los Hutus -que conformaban el porcentaje restante-.
Mujeres y miembros del ejército belga en un edificio ruandés.
Miembros del ejército junto con mandatarios Tutsis
Con los años, los colonizadores se encargaron de ir ahondando las divisiones entre ellos. Cuando por fin la nación africana logró independizarse en 1962, el odio entre ambas clases llegaba hacia límites insospechados. Además, una explosión demográfica complicó más las cosas, la tierra empezaba a escasear y se buscaban respuestas extremas.
La diferencia física establecida entre Hutus y Tutsis, marcada por la altura.
La primer matanza de Tutsis fue en 1959. Desde entonces, éstas se repitieron en varias ocasiones hasta que, en 1994, el ala más radical de los Hutus (muy bien posicionada en el gobierno) decidió que había llegado la hora de una "solución final". Antes de eso, el presidente Juvenal Habyarimana había financiado y entrenado la milicia Interahamwe, un grupo armado de defensa formado solamente por Hutus y entrenado por oficiales franceses, para que funcionara como fuerza de choque contra los Tutsis. Sin embargo, esa milicia empezó a radicalizarse cada vez más y al mandatario se le fue la situación de las manos.
Milicia Interahamwe
El entrenamiento Interahamwe era intensivo: los jefes preparaban a los soldados para matar 1000 Tutsis cada 20 minutos, y si era con mucho sufrimiento, mejor. El 6 de abril de 1994, pasadas las 20:20, el avión en el que bajaba el mandatario Habyarimana fue derribado, y él murió. Nunca se supo si lo mataron los Tutsis o los mismos Hutus, que lo veían como un estorbo para sus planes. Apenas 10 minutos despúes del atentado, empezó la cacería.
Presidente Habyarimana con el representante belga en Ruanda
A partir de ese momento, la matanza fue feroz. Durante tres meses, murieron más de diez mil personas cada 24 horas. Se mataban entre vecinos, amigos, familiares, a machetazos, martillos, con piedras. Las familias Hutus, con sus hijos, salían a matar Tutsis. Quedaron grabaciones de radio de esas fechas en las que el locutor declara "¿Qué pasa? Es hora de matar cucarachas. Todavía veo muchos lugares vacíos en las fosas.". Se tiraba gente viva en pozos gigantes, elegían a aquellos con sida para que violen a las mujeres. Maestros asesinaban alumnos, pacientes a sus médicos, se quemaban iglesias con gente adentro, se mataban bebés tirándolos contra la pared y los curas denunciaban a los refugiados.
Nyamata, una localidad en la que se mataron 50 mil de los 59 mil Tutsis que vivían.
En Ruanda, todavía hoy, hay gente que no come pescado. Durante el genocidio miles de cuerpos se arrojaron al lago Kivu. Como los peces empezaron a alimentarse de carne humana, varias personas decidieron eliminarlos de su dieta: no quieren ingerir los restos de sus propios familiares. Terminado todo, debieron sacrificar a los perros, que habían desarrollado un apetito especial por la carne humana.
La pregunta es, de ayer a hoy, del genocidio al desarrollo, ¿cómo se pasó?
El primer factor que explica el desarrollo ruandés es la ayuda extranjera. Cuando la matanza estalló, Europa no le presto atención y la ONU retiró su contingente: envió una mínima fuerza de paz que no tenía mandato de intervenir. Francia, por su parte, había colaborado con la formación de los Interahamwe (una empresa de ese país le vendió las armas). La culpa que sintió el primer mundo luego de la masacre fue mucha, y se tradujo en donaciones de euros y dólares que Ruanda aprovechó. Además, el país cambió su bandera (el rojo de la sangre fue sustituido por el celeste del cielo ruandés), su idioma (el francés asociado a la matanza fue gradualmente reemplazado por el inglés) y su Constitución añadió un artículo clave, que pena con prisión a la apología del genocidio.
Actual bandera de Ruanda
En una entrevista, Gaspar, un guía del Murambi -un centro memorial de los mas importantes ubicado en Kigali- declaró, cuando le preguntaron cómo se hace para convivir con asesinos: "Imaginate que sos Tutsi y que mataron a toda tu familia. Es comprensible que, si sobreviviste, te quieras vengar de los que te dejaron sin tus seres queridos. Entonces vas y matás a los culpables. Y luego, la familia de ellos va a querer matarte a vos. Y así, en poco tiempo, el país habrá dejado de existir. Hoy en día, en el gobierno de Kagame, que es Tutsi, hay muchos Hutus y nuestro objetivo es la reconciliación. Costó mucho, pero creo que la mayoría entendió que somos ruandeses y humanos antes que todo lo demás. Y perdonamos.
Ruanda es un pequeño país africano, ubicado en el centro del continente, sin salida al mar. Consta de un terreno montañoso, con mucha fauna salvaje, parques nacionales y paisajes naturales. Actualmente, es uno de los países más seguros, limpios y ordenados de la región, y ostenta unos índices de corrupción muy bajos, incluso menores que los de algunas potencias europeas.
Parque Nacional de los Volcanes
Kigali, actual capital nacional
A pesar de ser un país pequeño, Ruanda carga con una historia que es mejor olvidar. En 1994, se desató uno de los peores genocidios de la historia, una guerra entre dos etnias oriundas del lugar: Hutus (campesinos) contra Tutsis (pastores).
Todo empezó cuando Bélgica, en 1918, se hicieron cargo del país. Para gobernar, los belgas eligieron a la minoría Tutsi -que representaba al 15% de la población- antes que a los Hutus -que conformaban el porcentaje restante-.
Mujeres y miembros del ejército belga en un edificio ruandés.
Miembros del ejército junto con mandatarios Tutsis
Con los años, los colonizadores se encargaron de ir ahondando las divisiones entre ellos. Cuando por fin la nación africana logró independizarse en 1962, el odio entre ambas clases llegaba hacia límites insospechados. Además, una explosión demográfica complicó más las cosas, la tierra empezaba a escasear y se buscaban respuestas extremas.
La diferencia física establecida entre Hutus y Tutsis, marcada por la altura.
La primer matanza de Tutsis fue en 1959. Desde entonces, éstas se repitieron en varias ocasiones hasta que, en 1994, el ala más radical de los Hutus (muy bien posicionada en el gobierno) decidió que había llegado la hora de una "solución final". Antes de eso, el presidente Juvenal Habyarimana había financiado y entrenado la milicia Interahamwe, un grupo armado de defensa formado solamente por Hutus y entrenado por oficiales franceses, para que funcionara como fuerza de choque contra los Tutsis. Sin embargo, esa milicia empezó a radicalizarse cada vez más y al mandatario se le fue la situación de las manos.
Milicia Interahamwe
El entrenamiento Interahamwe era intensivo: los jefes preparaban a los soldados para matar 1000 Tutsis cada 20 minutos, y si era con mucho sufrimiento, mejor. El 6 de abril de 1994, pasadas las 20:20, el avión en el que bajaba el mandatario Habyarimana fue derribado, y él murió. Nunca se supo si lo mataron los Tutsis o los mismos Hutus, que lo veían como un estorbo para sus planes. Apenas 10 minutos despúes del atentado, empezó la cacería.
Presidente Habyarimana con el representante belga en Ruanda
A partir de ese momento, la matanza fue feroz. Durante tres meses, murieron más de diez mil personas cada 24 horas. Se mataban entre vecinos, amigos, familiares, a machetazos, martillos, con piedras. Las familias Hutus, con sus hijos, salían a matar Tutsis. Quedaron grabaciones de radio de esas fechas en las que el locutor declara "¿Qué pasa? Es hora de matar cucarachas. Todavía veo muchos lugares vacíos en las fosas.". Se tiraba gente viva en pozos gigantes, elegían a aquellos con sida para que violen a las mujeres. Maestros asesinaban alumnos, pacientes a sus médicos, se quemaban iglesias con gente adentro, se mataban bebés tirándolos contra la pared y los curas denunciaban a los refugiados.
Nyamata, una localidad en la que se mataron 50 mil de los 59 mil Tutsis que vivían.
En Ruanda, todavía hoy, hay gente que no come pescado. Durante el genocidio miles de cuerpos se arrojaron al lago Kivu. Como los peces empezaron a alimentarse de carne humana, varias personas decidieron eliminarlos de su dieta: no quieren ingerir los restos de sus propios familiares. Terminado todo, debieron sacrificar a los perros, que habían desarrollado un apetito especial por la carne humana.
La pregunta es, de ayer a hoy, del genocidio al desarrollo, ¿cómo se pasó?
El primer factor que explica el desarrollo ruandés es la ayuda extranjera. Cuando la matanza estalló, Europa no le presto atención y la ONU retiró su contingente: envió una mínima fuerza de paz que no tenía mandato de intervenir. Francia, por su parte, había colaborado con la formación de los Interahamwe (una empresa de ese país le vendió las armas). La culpa que sintió el primer mundo luego de la masacre fue mucha, y se tradujo en donaciones de euros y dólares que Ruanda aprovechó. Además, el país cambió su bandera (el rojo de la sangre fue sustituido por el celeste del cielo ruandés), su idioma (el francés asociado a la matanza fue gradualmente reemplazado por el inglés) y su Constitución añadió un artículo clave, que pena con prisión a la apología del genocidio.
Actual bandera de Ruanda
En una entrevista, Gaspar, un guía del Murambi -un centro memorial de los mas importantes ubicado en Kigali- declaró, cuando le preguntaron cómo se hace para convivir con asesinos: "Imaginate que sos Tutsi y que mataron a toda tu familia. Es comprensible que, si sobreviviste, te quieras vengar de los que te dejaron sin tus seres queridos. Entonces vas y matás a los culpables. Y luego, la familia de ellos va a querer matarte a vos. Y así, en poco tiempo, el país habrá dejado de existir. Hoy en día, en el gobierno de Kagame, que es Tutsi, hay muchos Hutus y nuestro objetivo es la reconciliación. Costó mucho, pero creo que la mayoría entendió que somos ruandeses y humanos antes que todo lo demás. Y perdonamos.