Hola antronianos, quiero desahogarme un poco con ustedes.
Mi padre sufría de una depresión severa y por efecto de esa maldita enfermedad terminó con su vida...
Él el día antes que falleciera me llamó por teléfono, yo estudio en Concepción y esa era la manera en la que se comunicaba conmigo, y yo no le contesté en todo el día pues estaba hecho mierda de curao y volao, porque estaba "celebrando" el haber pasado un ramo que tenía pendiente para marzo. Conversando con mi hermano el me dijo que ese día mi papi lo llamó a él también y le dijo que lo quería mucho, quizás se estaba despidiendo...
Además, el mes de enero me quede en Conce por esa misma wea de ramo pendiente e hice la misma, pasaba curao y/o volao la mayor parte del mes y no le contestaba a mi papá, pensando en no hacerle sufrir por ser un wea.
En febrero viaje a mi casa, pasé un poco de tiempo con él, de nuevo por culpa de esa porquería de ramo... Y cuando pude salí con él a dar una vuelta, conversamos largo y extenso; él tenía miedo que yo me enfermara de algo similar a su afección, ya que yo tengo una personalidad muy parecida a la de él, a parte de que el a mi edad inició con esa porquería de enfermedad. Me decía en esas pocas charlas que sostuvimos que se sentía raro, desganado, sin motivación por nada. Que cómo hacía yo para afrontar la vida; yo le decía lo que podía.
Lo que me vuelve el alma al cuerpo es que el año pasado compartí bastante con él, ya que estaba enfermo de una artrosis en la cadera y yo lo acompañaba a todos lados. Cuando se recuperó de eso estábamos en el "sur", donde uno de sus hermanos y me invitó a cortar maleza o "murra" al campo con guadaña y esas cuestiones; me enseñó harto y extendido, platicamos como nunca antes, como muy buenos amigos, me decía como tomar la guadaña donde pegarle a la planta y me contaba sus tallitas y anécdotas. Mi papá era una caja de pandora y lo bueno pal webeo jaja era innato en él.
En esas fechas andaba bien de su depresión, vino a recaer debido a los incendios, soy oriundo del Maule, se sentía muy mal por la pobre gente, tenía miedo de perder su casa otra vez, ya la había perdido cuando niño por un incendio y ya de adulto a causa del tsunami de 2010. Gracias a dios no perdimos la casa.
Mi viejo fue muy sufrido y esforzado siempre, se desmadraba por pagarnos la pensión (pieza) a mi hermano y a mí en Concepción. Sentía un profundo orgullo por nosotros. Eso me da algo de tranquilidad y fortaleza. Lo quería mucho...
Sin embargo, él jamás nos dijo que tan mal estaba, lo ocultó lo más que pudo, siempre se esmeraba en sonreír; aunque por dentro estuviese destruido. Creo que esa es una lección, siempre confiar en los tuyos y no guardarse nada, por más duro que seas.
Él era profesor y dejó un gran legado en la docencia, luchaba con gran ahínco por su gremio, sin embargo sus colegas dejaban harto que desear (no todos por supuesto). Una frase que rescato de mi hermano "los profesores usan una gran máscara", pues deben ocultar sus problemas para no trasmitirlos a su alumnado.
Ojalá el gremio aprenda algo de él, de su entusiasmo y humildad.
Que esto que no vuelva a suceder...
Bueno antroneros, espero no haberlos aburrido en demasía, he liberado un poco con esto la obstrucción que tengo en el alma.
Gracias por leer.
bien dicho
