El ser humano está por sobre cualquier especie animal, porque el ser humano, si bien es animal, es también un embrión en el espíritu: nace en la carne y se desarrolla lentamente en el espíritu, y en la vida terrenal surge el dilema de estas dos naturalezas que conviven en la experiencia diaria. Las ratas no son vuestros hermanos, los que realmente son vuestros hermanos son todo hombre, mujer y niño - toda criatura dotada de personalidad y libre albedrío es hijo de Dios - pero supongo que es más difícil ser verdaderos hermanos con el prójimo que con animales, porque el hombre tiene la terrible debilidad de amar sólo a quienes los aman y le demuestran afecto.
El ser humano tiene pleno derecho de ejercer dominio sobre la naturaleza y sobre los animales pero este dominio debe al mismo tiempo ir progresando en inteligencia, sabiduría y conmiseración. Si la naturaleza y los animales son dominadas por individuos primitivos e irracional y no civilizados, prudentes y sabios, este "dominio" salvaje resultará en semilla de destrucción, del mismo modo que lo es la tala indiscriminada matando el terreno y haciéndolo infertil.