Soldadodeodin
Plasta Culiad@
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Shimon Peres pasará a la historia como uno de los impulsores de los Acuerdos de Oslo con los palestinos, con los que ganó el Premio Nobel en 1994. Una imagen, la de artífice de la paz, que cultivó en sus últimos años de vida, con su Centro Peres para la Paz, su apuesta por mantener el diálogo con los palestinos y el encuentro en el Vaticano con Mahmoud Abbas, invitados por el Papa Francisco en 2014, entre muchas otras actuaciones.
Sin embargo, el ex Presidente israelí, fallecido en la madrugada de ayer, encierra una historia plagada de aparentes contradicciones, donde se entremezcla un halcón y una paloma, un militarista y un negociador. “El fue evolucionando políticamente a la par con los acontecimientos de la historia de Israel”, dijo a La Tercera el biógrafo de Peres, Michael Bar-Zohar.
Las contradicciones en la vida de Peres -miembro de la segunda generación de dirigentes israelíes, no de la de los padres fundadores- fueron “fructíferas y fascinantes, y complicadas en lugar de sencillas, en varias capas, en lugar de ser directas. Eso fue su mayor fortaleza, pero también su mayor debilidad. En la mayor parte de su vida, el público israelí eludió la complejidad de Peres. Fue malinterpretado como un signo de deshonestidad e incluso de corrupción. Provocó temor y hostilidad, antes de que estas emociones evolucionaran, en el ocaso de su vida, hacia el aprecio y admiración”, escribió ayer el diario israelí Haaretz.
No por nada fue alguna vez considerado el “eterno perdedor”. Fue derrotado una y otra vez en las elecciones internas del laborismo, nunca ganó en unos comicios legislativos cuando encabezó la lista de su partido y mordió el polvo una vez más, en 2000, antes de conquistar la Presidencia de Israel, en 2007. (salvador allende style)
Al asumir como jefe de Estado, Peres declaró que “mi sueño no fue ser un Presidente. Mi sueño fue ser pastor o poeta de las estrellas”, pero durante toda su vida mostró su pasta de operador, negociador, político y dirigente. Su faceta de pacificador vendría mucho más adelante. En 1947 se sumó a la Haganá, la milicia judía que sería la matriz para el futuro Ejército israelí, pero a diferencia de la mayoría de los jóvenes, no participó en acciones en terreno, sino que se le asignó la tarea de adquirir armamentos.
Fue adoptado políticamente por David Ben Gurion, quien lo puso en un camino distinto al de Moshe Dayan, Isaac Rabin o Ariel Sharon. Peres no llevaría uniforme militar, sino que traje y corbata y se transformaría en alguien esencial para la defensa del naciente Israel. A los 30 años fue nombrado director general del Ministerio de Defensa. Su rol fue clave en las alianzas militares, en las compra de armamentos, en el desarrollo de la industria militar israelí. Por algo “fue llamado y considerado como el ‘Señor Seguridad’”, explicó Bar-Zohar.
También fue quien negoció con la Francia de Charles de Gaulle la compra en 1959, de un reactor nuclear y es considerado el padre del arsenal atómico israelí, cuya existencia nunca ha sido reconocida. Además, tras la guerra de Yom Kippur, en 1973, le correspondió la tarea de reconstruir el Ejército, equipándolo con misiles, tanques y aviones de combate, algunos de los cuales construidos en Israel. Pero también empujó el acuerdo de paz con Egipto y fue clave en la negociación posterior con Jordania.
En los últimos años se mostró contrario al desarrollo de los asentamientos en Cisjordania, pero en los años 70 permitió la creación de las colonias judías de Moreh y Kedumin, aprobó el surgimiento de Ofra y participó en el establecimiento de Ariel.
Toma messi conchetumare!
Su competencia política con Isaac Rabin fue permanente, algo que pareció apaciguarse en los meses previos al asesinato del primer ministro, en 1995. Mal que mal ambos dirigentes, junto al palestino Yasser Arafat, recibieron el Premio Nobel de la Paz. Tras el crimen de Rabin, Peres asumió la jefatura del gobierno y lanzó en 1996 la campaña militar “Uvas de la Ira” contra la guerrilla chiita Hizbulá, en Líbano. En esa ofensiva Peres fue acusado por la masacre de Qana, un campo de refugiados donde murió un centenar de civiles.
Sin embargo, el ex Presidente israelí, fallecido en la madrugada de ayer, encierra una historia plagada de aparentes contradicciones, donde se entremezcla un halcón y una paloma, un militarista y un negociador. “El fue evolucionando políticamente a la par con los acontecimientos de la historia de Israel”, dijo a La Tercera el biógrafo de Peres, Michael Bar-Zohar.
Las contradicciones en la vida de Peres -miembro de la segunda generación de dirigentes israelíes, no de la de los padres fundadores- fueron “fructíferas y fascinantes, y complicadas en lugar de sencillas, en varias capas, en lugar de ser directas. Eso fue su mayor fortaleza, pero también su mayor debilidad. En la mayor parte de su vida, el público israelí eludió la complejidad de Peres. Fue malinterpretado como un signo de deshonestidad e incluso de corrupción. Provocó temor y hostilidad, antes de que estas emociones evolucionaran, en el ocaso de su vida, hacia el aprecio y admiración”, escribió ayer el diario israelí Haaretz.
No por nada fue alguna vez considerado el “eterno perdedor”. Fue derrotado una y otra vez en las elecciones internas del laborismo, nunca ganó en unos comicios legislativos cuando encabezó la lista de su partido y mordió el polvo una vez más, en 2000, antes de conquistar la Presidencia de Israel, en 2007. (salvador allende style)
Al asumir como jefe de Estado, Peres declaró que “mi sueño no fue ser un Presidente. Mi sueño fue ser pastor o poeta de las estrellas”, pero durante toda su vida mostró su pasta de operador, negociador, político y dirigente. Su faceta de pacificador vendría mucho más adelante. En 1947 se sumó a la Haganá, la milicia judía que sería la matriz para el futuro Ejército israelí, pero a diferencia de la mayoría de los jóvenes, no participó en acciones en terreno, sino que se le asignó la tarea de adquirir armamentos.
Fue adoptado políticamente por David Ben Gurion, quien lo puso en un camino distinto al de Moshe Dayan, Isaac Rabin o Ariel Sharon. Peres no llevaría uniforme militar, sino que traje y corbata y se transformaría en alguien esencial para la defensa del naciente Israel. A los 30 años fue nombrado director general del Ministerio de Defensa. Su rol fue clave en las alianzas militares, en las compra de armamentos, en el desarrollo de la industria militar israelí. Por algo “fue llamado y considerado como el ‘Señor Seguridad’”, explicó Bar-Zohar.
También fue quien negoció con la Francia de Charles de Gaulle la compra en 1959, de un reactor nuclear y es considerado el padre del arsenal atómico israelí, cuya existencia nunca ha sido reconocida. Además, tras la guerra de Yom Kippur, en 1973, le correspondió la tarea de reconstruir el Ejército, equipándolo con misiles, tanques y aviones de combate, algunos de los cuales construidos en Israel. Pero también empujó el acuerdo de paz con Egipto y fue clave en la negociación posterior con Jordania.
En los últimos años se mostró contrario al desarrollo de los asentamientos en Cisjordania, pero en los años 70 permitió la creación de las colonias judías de Moreh y Kedumin, aprobó el surgimiento de Ofra y participó en el establecimiento de Ariel.
Toma messi conchetumare!
Su competencia política con Isaac Rabin fue permanente, algo que pareció apaciguarse en los meses previos al asesinato del primer ministro, en 1995. Mal que mal ambos dirigentes, junto al palestino Yasser Arafat, recibieron el Premio Nobel de la Paz. Tras el crimen de Rabin, Peres asumió la jefatura del gobierno y lanzó en 1996 la campaña militar “Uvas de la Ira” contra la guerrilla chiita Hizbulá, en Líbano. En esa ofensiva Peres fue acusado por la masacre de Qana, un campo de refugiados donde murió un centenar de civiles.
Sionismo es terrorismo
