Parece lejana aquella jornada del 19 de abril de 1925, cuando el bar Quita Penas un grupo de visionarios y rebeldes jóvenes querían darle un vuelco al fútbol profesional, se fueron de Magallanes y querían fundar un club que representara la sangre de nuestro pueblo, esa sangre de guerrero, que “va a la lucha tenaz sin descansar”.
Lucho Contreras en aquella jornada dijo “tiene que ser un nombre que represente lo netamente chileno, Colo Colo”. “¿Por qué no?” Dijo el resto encabezados por el gran David Arellano. Era el principio de la gloria, que incluyó giras por todo el país, la primera expedición europea de un elenco nacional, que se llevó la vida del fundador haciendo nacer el mito y la siembra de lo que hoy se ve: una popularidad forjada desde el principio, con ese arraigo característico de esta nación, de lucha, de coraje, de empuje.
De ahí en más comenzó el desfile de nombres insignes, de seleccionados chilenos, de hombres, guerreros, que llevaron el indio tatuado a fuego en el corazón y lo defendieron siempre que vistieron la gloriosa enseña inculcada por los fundadores, aquella camiseta blanca por la pureza, el pantalón negro por la seriedad y el luto imperecedero por el mártir David Arellano.
Uno no quisiera dejar a nadie afuera, pero inevitablemente algunos nombres se nos quedarán en el tintero. No importa, cada cual sabe lo importante que ha sido para esta institución. Quisiéramos recordar, por ejemplo, a Misael Escuti, Roberto Rojas, José Daniel Morón, Marcelo Ramírez, insignes goleros. A Isaac Carrasco, Chita Cruz, Mario Galindo, Arturo Farías, Leonel Herrera padre e hijo, Rafael González, Lizardo Chano Garrido, Aldo Valentini, Caupolicán Peña, todos baluartes.
También, cómo no, a Cua Cua Hormazábal, Francisco Hormazábal, Gabriel Coca Mendoza, Walter Jiménez, Sergio Messen, Raúl el “Bocón” Ormeño, Atilio Cremaschi, Jorge Toro, Francisco Chamaco Valdés, Severino Vasconcelos, Jaime Pizarro, Elson Beyruth.
Se nos vienen a la memoria los hermanos Robledo, Sergio Ahumada, el histórico goleador Luis Hernán Álvarez, Juan Aranda, Bernardo Bello, Carlos Humberto Caszely, Rubén Martínez, Alfonso Domínguez, Mario Súperclase Moreno, Manuel Colo Colo Muñoz, Enrique el Tigre Sorrel, Juan Soto, Tomás Rojas…
Y prohibido olvidar a las nuevas glorias, del fin del milenio pasado y del comienzo del nuevo, como Marcelo Fabián Espina, Marcelo Pablo Barticciotto o los jóvenes del semillero que tantas alegrías nos dieron hace no tanto como Claudio Bravo, Arturo Vidal, Matías Fernández y el Multicampeón Luis Mena… A ellos, hoy le sumamos a los que pasaron a la historia con la estrella 30: gente como Justo Villar o Julio Alberto Barroso que quizás hace un par de años no tenían idea de lo que era esta institución y hoy se emocionan con nosotros; Gonzalo Fierro, otro que sabe de muchas vueltas; Felipe Flores, un hincha más que supo redimirse; Esteban Pavez y Jaime Valdés, dos albos de tomo y lomo; Esteban Efraín Paredes, la leyenda...