Pero en las últimas horas la Justicia santafesina recibió los estudios de ADN realizados al bebé y el caso dio un giro aun más impactante. La menor no había sido atacada por los profesores sino que el abusador, y padre, resultó ser su propio hermano de 16 años.
Tras los resultados contundentes del análisis de ADN ordenado por la fiscal Milagros Parodi, se pidió la intervención de la subsecretaría de la Niñez, que citó a los padres de Rocío para comunicarles el resultado. En consecuencia, el acusado fue puesto bajo la custodia del sistema de cuidado alternativo del organismo.