Lo que me llama la atención es cómo le arde el hoyito a los progres el hecho de que en el foro no corren las reglas de Twitter. Acá no se puede bloquear usuarios, no se pueden tener bandos de trisómicos con la misma tara, no se pueden encender hogueras basadas en su emocionalidad-nula racionalidad.
Acá el tema es el hueveo dirigido a su adoctrinamiento infantil, liderado por gente que lucra con discursos tan pobremente redactados. Ese grupito del Boric, Vallejos, Jackson, la Cariola es el ejemplo mas reciente de las sanguijuelas que con puro toyo y el uso de masas de tontos útiles que les compran todo, llegan a posiciones de poder relativo, con el beneplácito de la verdadera oligarquía chilena. Ven que están todos pendientes de las marionetas de turno, mientras ellos saquean los recursos naturales, contaminan y mantienen a todos endeudados con sus bancos y multitiendas.
Nosotros nos reímos de su falta de visión periférica, como los caballos de feria, con los ojos tapados para solo mirar al frente. Entiendan que son el insumo de gente inescrupulosa, que los bombardea con discursos risibles para el que tiene pensamiento crítico. La plataforma del pajarraco es la herramienta ideal para masificar los cuentos que tan ávidamente se tragan y no tienen la capacidad de discriminar, como sistema de control de masas. Todos contra todos y en vez de aprender de nuestro desprecio por lo políticamente correcto, se entregan a la ridiculez de la doctrina escrita en papel de volantín.
Entiendan que El Antro es mucho mas que una página alojada en un servidor, con fondo negro, usuarios con avatares ridículos y pesadez extrema.
El antro es una comunidad de cucarachas desconfiadas que puede adaptarse a cualquier formato y no va a desaparecer, por mucho que les de con la comunidad de aldeanos de los triglicéridos altos.
Hueveen lo que quieran, que su hoguera virtual no tiene peso para nosotros. Los que están mal son ustedes, porque están adoctrinados para ver enemigos imaginarios que validen su forma de pensar. No somos su enemigo. Estamos en otro plano. Somos los que los observamos mientras ustedes están en el terrario de twitter, como ranitas que no se han dado cuenta que están en cautiverio.