Nah, el problema intrínseco del sistema universitario gringo es bastante más viejo y general. Desde su fundación, las universidades en EE.UU. (las más prestigiosas, privadas sin fines de lucro) han basado su existencia en el mecenazgo de poderosos y prestigiados privados (tradicionalmente los
WASPs), junto con financiamiento público y contratos de I+D+i, pero también han sido bastante competitivas en el plano deportivo; y son tremendos semilleros políticos. Y ahora último, se han convertido en un tremendo negocio privado, tanto para Ues con fines de lucro como para las instituciones que financian préstamos estudiantiles.
Por todo lo anterior, las universidades allá, si bien son altamente selectivas (Harvard creo que anda por el 5% de aceptación, Yale por el 7% o por ahi), también toman bastante en cuenta habilidades horizontales destacables del postulante (actividades deportivas nivel seleccionado, liderazgo estudiantil, participación en voluntariados, emprendimientos lucrativos, etc.) que no son objetivamente cuantificables como las pruebas estandarizadas; y es
secreto a voces que los parientes de personas destacadas y de ex-alumnos que hayan aportado en dinero o renombre tienen
fast-track para entrar, reservandose la universidad al final el derecho a aceptar bajo criterios arbitrarios. Tampoco es ningún misterio que sus cupos reservados para deportistas en deportes masivos (practicados mayoritariamente por sectores marginales y académicamente desfavorecidos de la población) son altamente cotizados porque en las ligas deportivas universitarias corre muchísimo dinero, y lo que menos importa es que el alumno aprenda algo en esa universidad o que sea una "calculadora con patas".
Ese nivel de parcialidad y flexibilidad en el ingreso ha provocado que se formen tremendos forados a la hora de aceptar admisiones, y que se haya dado estos casos de personas que negocian con intermediarios de las universidades, que con suerte tienen mandos medios en ellas, para facilitar los trámites, adulterar procesos, y aumentar o garantizar las chances de aceptación. En resumen, la admisión universitaria siempre ha sido relativamente arbitraria y discrecional, solo que ahora "no la supieron hacer" y abusaron, y terminaron siendo funcionarios de medio pelo los que, a cambio de dinero, empezaron a meter mano al sistema de admisión.