Chile se pasó por el chico a Mistral antes. La menospreciaban tanto como educadora (pues le enrostraban su falta de educación formal en pedagogía) como poetisa (se ganó el Nobel y otros varios reconocimientos internacionales antes del premio nacional de Literatura) e incluso como mujer (colocando a la palestra su supuesto lesbianismo). Y como buenos huasos lalos, solo después de que recibio consagración mundial nos acordamos de que era una de los nuestros. Al final, uno siempre vive donde más lo quieren, y si la intelectualidad extranjera la apreciaba más que la nacional, por qué quedarse?
Por lo demás, al artista se le admira por su arte, no por cómo vivió su vida, ni mucho menos por su supuesto amor y dádiva al país, cosas que de seguro Mistral entregaba más que varios chilenos residentes supuestamente patriotas y amantes del "cosplay de huaso", pero que apenas tienen oportunidad se cagan a sus connacionales o al mismo Estado.
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