Coronavirus: la "arriesgada" apuesta de Suecia de luchar contra el covid-19 protegiendo la economía y la libertad ciudadana
Mientras que sus vecinos nórdicos han seguido a Italia, España y Francia ordenando el cierre de escuelas, restaurantes y centros turísticos, la población sueca aún cuenta con la posibilidad de degustar un plato en una terraza y hasta de viajar a sus concurridos centros de esquí.
La crisis del coronavirus ha vaciado de gente cada una las habitualmente abarrotadas capitales occidentales, a excepción de una: Estocolmo.
Mientras que en ciudades como París, Londres o Madrid es imposible sentarse en un restaurante, los locales de comida en la capital de Suecia
continúan operativos y recibiendo clientes.
También siguen abiertas las escuelas para jóvenes menores de 16 años, los gimnasios, las tiendas de ropa y hasta algunas concurridas estaciones de esquí.
Y es que las únicas medidas que el gobierno del país escandinavo ha tomado ante la pandemia de covid-19 es prohibir las aglomeraciones públicas de más de 50 personas, cerrar las instituciones de educación superior y sugerirles a los trabajadores que trabajen desde casa, si pueden.
Al mismo tiempo, las cifras de infectados por coronavirus en Suecia siguen avanzando.
Según el recuento de la Universidad Johns Hopkins, Suecia había confirmado 3.000 casos y 100 muertes en la tarde del viernes.
"La estrategia del gobierno sueco es inhibir la propagación del virus, proteger a los grupos vulnerables y no sobrecargar el sistema de salud, pero
al mismo tiempo el gobierno quiere reducir las consecuencias económicas y (proteger) a nuestras industrias con diferentes paquetes de estímulo del Ministerio de Finanzas", le dice a BBC Mundo Maja Fjaestad, viceministra de Salud de Suecia.
Así lucía una terraza en el centro de Estocolmo el 26 de marzo. Entre tanto, la mayoría de los países europeos han implementado medidas de confinamiento y ordenado el cierre de bares y restaurantes.
Pese a que en países como España e Italia no son pocos los que lamentan no haber actuado antes con más severidad, Fjaestad explica que el país europeo apuesta por implementar "las acciones adecuadas en el momento adecuado" y que sus políticas para enfrentar la epidemia están
basadas en la ciencia.
"Mantenemos una estrecha cooperación con la comunidad científica y con expertos de la Agencia de Salud Pública", agrega, antes de resaltar la importancia para su país de que tanto el comercio como la sociedad sigan funcionando.
Una apuesta "arriesgada"
Para el danés Lars Christensen, especialista en economía internacional, se trata sin duda de una apuesta "arriesgada".
Christensen apunta que los suecos están poniendo más en riesgo la salud de su población que otros gobiernos que han impuesto restricciones muy severas a la libertad de movimiento.
"Pero, por otro lado,
están arriesgando menos económicamente", le dice a BBC Mundo. "¿Qué tanto en términos de desempleo y producción estás dispuesto a arriesgar para proteger a, tal vez, unos pocos ciudadanos?", cuestiona.
Christensen agrega que si un gobierno no quiere tomar riesgos, simplemente puede poner a toda su población en confinamiento e implementar restricciones de viaje para contener el brote, como lo han hecho países como Italia y España, pero advierte que estas medidas tienen "
costos económicos tremendos".
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