GUSTAVO PETRO
La filtración de grabaciones del equipo de Gustavo Petro enturbia la campaña en Colombia
En los videos se discuten estrategias para desacreditar a rivales políticos. El candidato de izquierdas lo asume como un escándalo de espionaje, un “Watergate”, que debe ser investigado
La filtración de una serie de grabaciones en las que diferentes miembros de la campaña de
Gustavo Petro discuten estrategias para atacar y desacreditar a sus rivales políticos, que se conocen a escasos días de la segunda vuelta de las presidenciales que lo enfrenta a
Rodolfo Hernández, promete enturbiar –aún más– la recta final de unos comicios marcados por la polarización entre dos opciones antagónicas. Desde el Pacto Histórico, la variopinta coalición de izquierdas que respalda a Petro, se sienten víctimas de un escándalo de espionaje, a pesar de que aún no es clara la fuente de las filtraciones, mientras desde otras orillas políticas cuestionan con renovados brios sus formas de hacer campaña.
La controversia estalló después de que la revista Semana publicó la noche de miércoles un paquete de videos de reuniones internas en las que participan varios miembros de la alianza de izquierdas. En las grabaciones queda en evidencia, entre otras cosas, que en la campaña buscaban controlar los daños ante la noticia de que dirigentes del Pacto Histórico habrían ofrecido a criminales en las cárceles que no los extraditarían,
en medio de la polvareda por la propuesta de “perdón social” que ha mencionado Petro. O la manera en que planeaban desacreditar a Federico
Fico Gutiérrez, el candidato de la derecha, y socavar las opciones de Alejandro Gaviria, uno de los aspirantes de la coalición de centro que al final encabezó Sergio Fajardo.
La controversia emerge en momentos en que Petro ha dado alcance a Hernández en las encuestas, que por ahora apuntan a un empate técnico en la segunda vuelta del 19 de junio. El exalcalde de Bucaramanga, un político inclasificable de discurso populista y antisistema, que también ha protagonizado filtraciones en las que hace declaraciones violentas o machistas, comenzó la recta final con algo de ventaja, pero Petro ha cerrado la brecha. Este jueves superaba por segundo día consecutivo a Hernández en el ‘tracking’ que hace la firma GAD3 para el Canal RCN, con 48,5% de las preferencias frente a 46,7%. El empresario de 77 años, que ya había rechazado presentarse a los debates con Petro, también anunció este jueves que ha decidido
cancelar todas sus apariciones públicas hasta las elecciones, pues asegura temer que atenten contra su vida.
En su primera reacción, el líder de izquierda señaló que su campaña en realidad era víctima de un escándalo de espionaje, y que
Semana estaba “desesperada” ante su ascenso en las encuestas. “Están publicando simplemente la evidencia de que nos grabaron ilegalmente. ¿Quiénes? Los mismos que le entregaron grabaciones: el Gobierno. Un ‘Watergate’ que debe ser investigado por una comisión independiente”, escribió en Twitter. También aseguró que la revista tiene horas de grabaciones echas a través de la plataforma de comunicaciones de Colombia Humana –su movimiento–, y pidió que se publicaran completas, sin ediciones ni manipulaciones, para que cada ciudadano pueda sacar sus propias conclusiones.
El principal protagonista de varias de las filtraciones hasta ahora publicadas –en algunas de las cuales aparece el propio Petro, pero a duras penas participa– es el senador Roy Barreras. Sobre el episodio de las reuniones en las cárceles con los llamados “extraditables”, aunque el contexto no es tan claro, Barreras sugiere “estallar” el escándalo de manera controlada, como si se tratara de un explosivo. En otras grabaciones, propone repartir roles para tomar “acciones políticas” con el objetivo de dividir al centro, una típica estrategia de campaña, e irse “al ataque contra Alejandro Gaviria”.
“Afortunadamente cuando los oyentes escuchan esta y las demás grabaciones encuentran que lo que hay allí es absolutamente normal, legal”, se defendió Barreras a primera hora de este jueves en una entrevista con
Caracol Radio. “No hay ni siquiera un adjetivo o un insulto a los competidores, que son por supuesto en el
marketing electoral amenazas electorales”, apuntó antes de hacerse eco a la denuncia de espionaje que ha lanzado Petro. Lo que dejan claro las grabaciones, ha señalado, es “que nuestra campaña ha sido espiada, chuzada, infiltrada; lo que es un delito”.
Uno de los agraviados, Alejandro Gaviria, ya ha señalado que se propone votar en la segunda vuelta con algunos reparos por Petro, por considerarlo la opción de cambio “más responsable, institucional y liberal”. Hace poco le dijo a EL PAÍS que considera que otras figuras del centro subestiman los riesgos de un eventual Gobierno de Rodolfo Hernández. A raíz de los videos que han circulado, publicó una nueva
reflexión en sus redes sociales. “Recibí muchos ataques. Algunos de ellos viles y mentirosos. De la izquierda y de la derecha (…) Me dolieron muchos de los ataques y calumnias por supuesto. Pero no voy a quedarme rumiando rencores y coleccionando agravios”, escribió. “Rechazo la mezquindad en la política, pero creo que uno debe tomar decisiones pensando sobre todo en el futuro de la democracia y el bienestar de todos”.
Otras figuras políticas asumieron un tono mucho menos conciliador. “No solo no comparto sus ideas, también rechazo sus métodos”, dijo desde la derecha Fico Gutiérrez, que nunca dejó a atacar a Petro durante la campaña. “Llevan años destruyendo al que se les enfrente y no se arrodille. Utilizan todas las formas de lucha. Dividen tareas en privado, para que unos aparezcan como ángeles en público. Falsos”, reaccionó por su parte Fajardo, que también aparece mencionado en las grabaciones, ha mantenido
incontables desencuentros con Petro que han dividido al sector alternativo y ha dejado claro que no lo piensa votar, a pesar de que sus programas tenían varios puntos de encuentro. “Se puede hacer política limpia. No lo duden. Llegará el momento. Estos son lo mismo de siempre”, valoró.
En los videos se discuten estrategias para desacreditar a rivales políticos. El candidato de izquierdas lo asume como un escándalo de espionaje, un “Watergate”, que debe ser investigado
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