Si una película de Batgirl con Keaton se consideró un riesgo demasiado grande para Warner Bros. Discovery, eso no es un buen augurio para los proyectos "en desarrollo" previamente anunciados como Black Canary, Static, Hourman, Plastic Man y Zatanna. Con Wonder Twins ya cancelada tras el proceso de casting, parece que a Zaslav le falta imaginación cuando se trata de la variedad de personajes, tonos y géneros a su disposición.
Warner Bros. quiere estar donde está Marvel Studios, pero le falta la paciencia y la comprensión de sus personajes para llegar allí. Quiere hits de mil millones de dólares sin hacer hits de $ 300 millones primero. Quiere que todos los personajes destacados se reúnan sin crear un mundo de personajes secundarios de nivel B y C que le interesen al público. Quiere el dinero fácil, que, si ese pensamiento continúa, resultará ser la muerte del DCEU.
Warner Bros. ha tenido acceso a la fantástica biblioteca de personajes de DC desde los años 70 y ni siquiera puede lanzar una película de Batgirl, y mucho menos hacer que una franquicia moderna de Superman se dispare. Si bien algunos de los sospechosos habituales dentro del fandom de DC han estado celebrando la cancelación de Batgirl, pensando que es un buen augurio para ellos obtener las películas de DC que quieren, no es un buen augurio para cualquiera que se preocupe por estos personajes. Si el estudio prefiere perder $ 90 millones en una película de Batgirl casi terminada, entonces ciertamente no pagará por una película de $ 200 millones que no garantiza que sea una ganancia financiera inesperada.
¿Alguien realmente quiere que el futuro de las películas sea decidido por una calculadora? Aparentemente, no hay previsión de en qué podrían convertirse estos personajes, las posibilidades de las franquicias de presupuesto medio o la inclusión delante o detrás de la cámara. Cada año, se siente como si Warner simplemente estuviera tirando los dados con DC y comenzando el juego nuevamente. Si bien el liderazgo y la propiedad pueden haber cambiado, Warner Bros. todavía está atrapada en el mismo lío que hace seis años, dejando que los trajes reaccionarios den forma a su universo y dejando a su talento al margen.
Si bien The Batman 2 de Matt Reeves y Joker: Folie à Deux, de Todd Phillips, recientemente citados, son apuestas seguras por ahora, el estudio, que solía ser conocido como el estudio del cineasta, exige precaución. Hace solo una década, Christopher Nolan entregó su último capítulo de Batman, The Dark Knight Rises, y ayudó a establecer un universo compartido con Man of Steel. Diez años después, Nolan se fue a Universal, y el público en general aún espera el potencial de ese universo compartido. Sí, ha habido muchas películas buenas, incluso geniales, de DC del estudio durante la última década, pero Warner nunca se ha quedado con nada el tiempo suficiente para que gane tracción real o una sensación de escalada.
Las decisiones se vacilan, avanzan y retroceden hasta que solo hay una colección de ideas y falsos comienzos. Al universo nunca se le da la oportunidad de escapar de la sombra de la duda o de la narrativa del fracaso que Warner creó al hacer las mismas apuestas de mil millones de dólares que sigue haciendo. Es una narrativa que solo se alarga con la noticia de Batgirl.
Es difícil ver la cancelación de Batgirl como algo más que dinero desperdiciado, tiempo perdido del elenco y el equipo, una oportunidad desperdiciada para las voces minoritarias en este espacio y buena voluntad desperdiciada por parte de los fanáticos. En poco tiempo, la fusión de Warner Bros. con Discovery ha creado un entorno que puede hacer que los creadores se detengan antes de firmar en ser otra reducción de impuestos. Se merecen algo mejor. El elenco y el equipo de Batgirl y Scoob: Holiday Haunt se merecen algo mejor. El público merece algo mejor. Y, francamente, es agotador que me pidan creer continuamente que este estudio, tal como existe ahora, puede volar con estas propiedades cuando cada vez que se pone en marcha, se distrae y cae sobre los cables trampa decorados con billetes de dólar.
Hamada