Quiero partir diciendo que este juego es un desperdicio de tiempo, de dinero y de intelecto. La narración es básica y de una sola línea: la zurda, careciendo de misticismo en favor de repetir discursos añejos de la izquierda de hace 30 años atrás. Los personajes son olvidables y de plano estúpidos, y se entiende que todo sea así, considerando que el autor de este juego basa su propia personalidad en ser “zurdo” y “revolucionario”. En su intento de dignificar un evento histórico, el autor lo convierte (de manera accidental, imagino) en una caricatura más (o peor) del montón que ya existen, utilizando como plataforma un medio que no llama la atención en su nicho objetivo, generando el efecto contrario de lo que (yo supongo) él desea transmitir.
Cabe mencionar que, si no tienes un control, no puedes jugar Dirty Wars, ya que no está optimizado para teclado. Irónicamente.
Speedruneé el juego dentro de lo que más toleré antes de pedir el reembolso, ya que me parece un despropósito pagar $15.000 pesos chilenos en un producto que no cumple ni con el más mínimo parámetro de calidad. A pesar de ello, y según lo que vi, escribo lo siguiente:
Sobre sus aspectos técnicos
- Para siete años de desarrollo, siento que deja bastante que desear. Los triggers en las secciones de sigilo son azarosos y no tienen mucha lógica. Te puedes esconder tras un palo y no te van a ver, pero si pisas una charca, aparece todo el contingente militar y es game over. El juego no es intuitivo, y lamentablemente llegué a un punto en donde no pude seguir porque se generó un softlock. Tuve que apagar todo pero no tuve el ánimo de seguir.
- Explorar no tiene ningún sentido. Su aporte es netamente para “informar sobre las atrocidades” al jugador y leer la historia personal del director. Si no estás ni ahí con eso, solo tienes que procurar cumplir con lo básico para continuar.
- Las gráficas son DEFICIENTES. Los personajes están desprovistos de esqueleto, las texturas se pierden, las extremidades parecen guantes plásticos, los paisajes son horripilantes y todo alrededor parece hecho con plasticina.
- Los puzzles son fáciles pero tediosos e innecesariamente largos y repetitivos, y eso debido a que la mecánica empleada es deficiente y poco práctica.
- Tengo un especial reclamo sobre el control del volumen, que se desconfigura apenas salta un game over. El volumen se resetea y te obliga a reconfigurar todo si no quieres tus tímpanos reventados.
Sobre sus aspectos artísticos
- Lo único genuinamente bueno que tiene es el arte conceptual. Es una lástima que se viera vandalizado por los horribles modelos 3D animados con el programa gratuito Mixamo.
- El apartado musical es una mezcla entre lo peorcito de marchas militares y Victor Jara tocando en conjunto con un charango. Nada provee de emoción, ni te invita a la acción o al sigilo. El tema romántico literal tiene un pito sonando.
- El trabajo de actuación de voz es fatal. Se nota que se está leyendo un guión, sobre todo en las cinemáticas más largas. Muy aburrido y panfletero. Hay incluso líneas que estan grabadas con manos libres. Irónicamente, las líneas más memorables y chistosas son las de los soldados.
- La historia es básica, idem la narración. Los hechos no tienen ni el menor cuidado en su desarrollo, y esta todo dispuesto según la muy especial visión del director. Me fue imposible sentir empatía por los personajes, que son básicamente una caricatura de su tendencia política, lo cual es aburrido después de un rato.
- Sobre las polémicas escenas de tortura, estas no tienen ningún otro sentido más que forzar al usuario a sentir penita. No ayuda el hecho que todo sea caricaturesco, haciéndolas lucir ridículas. La falta de tacto es tal que incluso pillé una línea de voz haciendo referencia a ellas y me reí a carcajadas, porque el doblador no tuvo la capacidad de proveerla de solemnidad.
Sobre Jorge Olivares, he de decir que se nota que nunca ha jugado un juego en su vida, considerando la mala calidad del producto. Esto es algo que él mismo comentó en sus redes. Me temo que es evidente que él vio una oportunidad en un medio para insertar su agenda, y para más inri, él mismo confiesa dentro del juego que esta sería la historia de sus padres durante el Gobierno Militar. Yo no sé, pero si es así, utilizarla como recurso para hacer dinero me parece de infinito mal gusto.
Cabe mencionar que contó con abundante publicidad (apareció en medios nacionales como La Tercera, Radio BioBio, La Cuarta, CHV, Canal 13, ETC Tv y en medios internacionales como Yahoo News, Reuters y TeleSur, el canal oficial de la dictadura Venezolana). Y así y todo, no se ve a ninguno de sus ayudistas aquí, apoyando el juego.
Para cerrar, mantengo mi postura de que es un producto deficiente y carente de cariño en su ejecución, y mucho más ahora que supe que esta sería la historia de los papás del director. Difícilmente va a encantar a las generaciones futuras y su valor es netamente memético (pero para las risas).
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