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Teletón 2023 (10 y 11 de noviembre): Conoce la programación y a los artistas que se presentarán en el evento que celebra sus 45 años

Si atendemos al Presupuesto del año en curso del mismo Estado que en opinión de muchas personas “no tiene recursos” para este tema, encontramos con que la cifra de poco más de 32 mil millones de pesos recaudados por la campaña de Teletón en 2016 equivalen a menos del 0,5% de los gastos previstos en 2017 para el Ministerio de Salud; menos del 2% del Ministerio de Defensa, y poco más del 5% del Ministerio de Desarrollo Social. De manera similar, constituye sólo al 44% del monto de más de 72 mil millones de pesos que ese mismo Estado, a través del Instituto Nacional del Deporte, gastó en 2015 para remodelar cuatro estadios del país con motivo de la celebración aquel año de la Copa América y el Mundial Sub17 de fútbol en Chile.

En conclusión, respecto de las cifras y a la luz de los datos disponibles, un aumento de un 0,5% en el presupuesto del Ministerio de Salud para el año 2018 permitiría que el Estado asuma la totalidad de los gastos operativos de los centros de rehabilitación dependientes de Teletón a lo largo del país. Esto, sumado a las transferencias que dicho organismo ya recibe desde el erario público nos permite establecer que la campaña mediática de Teletón y su apelación a la “solidaridad” es económicamente innecesaria, dado que el Estado cuenta con recursos de sobra para hacerse cargo de esta tan loable tarea.

No te leí , pero al parecer eres otro analfabeto con la minuta de que el estaoh debe hacerce cargo de la Teletón. :nonono:

Ni si quiera da para debatir y ponerte sobre la mesa los cientos de estamentos estatales que solo roban y ofrece miserias a cambio.
 
Un estudio realizado por el académico de la UOH e investigador principal del Núcleo Discapacidad y Ciudadanía (DISCA), Juan Andrés Pino, junto al docente de la carrera de Terapia Ocupacional UOH, Rolando Ramírez, analizó los discursos políticos de los/as activistas de la disidencia de la discapacidad en torno a la campaña que lidera Mario Kreutzberger.



Pareciera ser que la Teletón que se realiza en Chile, efectivamente, uniera a toda la población en torno a esta campaña que busca reunir recursos cada fin de año con la finalidad de mantener la tarea rehabilitadora. Sin embargo, existen colectivos de personas con discapacidad, que reconociendo “la importancia y la necesidad” de la rehabilitación de los niños, también son críticos respecto de la obra, ya que sostienen que el principal problema está en la instalación de una “economía de la pena, la dictadura de la caridad”, explica Juan Andrés Pino, académico del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad de O’Higgins (UOH).

La investigación “Neoliberalismo y campañas Teletón en Chile: discursos políticos contra la dictadura de la caridad” -cuyos autores son el académico de la UOH e investigador principal del Núcleo Discapacidad y Ciudadanía, Juan Andrés Pino, y el docente de la carrera de Terapia Ocupacional UOH, Rolando Ramírez- es un estudio cualitativo que recoge la mirada disidente de los y las activistas de la discapacidad, quienes desean manifestar “el descontento con acciones contra el autoritarismo comunicacional y mediático y desmantelar la ideología capacitista: la sombra de la solidaridad”, señala Juan Andrés Pino. El académico acota que “estos hallazgos dan cuenta de una mirada particular y poco reconocida social y culturalmente”.

El trabajo es una investigación -desde una perspectiva interpretativa- que está atenta a los significados que tiene “para las propias personas etiquetadas con discapacidad, como participantes activos del fenómeno estudiado”, explica el académico. Y a renglón seguido, el Dr. Pino adelanta que, del análisis realizado, se concluye que “la dificultad en erradicar la campaña que se critica, está basada en una alianza estratégica entre el modelo de desarrollo neoliberal, la caridad y el espectáculo como mecanismo de estratificación y opresión social”.
¿En qué fundamentan los activistas de la disidencia su oposición a la Teletón?

“La investigación pone especial atención a los sentidos y prácticas que se juegan en torno a la categoría discapacidad. Problematiza el rol que juega el Estado y la sociedad civil en la disputa por una hegemonía política hacia niños y niñas con discapacidad en Chile”.

Juan Andrés Pino plantea la existencia de una “comunión administrativa, económica y simbólica sostenida por años en el imaginario social y en las prácticas asistenciales llevadas adelante por el Estado chileno en conjunto con el empresariado, situando a la discapacidad como un ámbito de abordaje no prioritario como derecho, excluyente. Y, por ende, autorizando a la gestión del lucro privado, dependiente económicamente, por una parte, y a la publicidad, por otra, mediante el espectáculo, tal como si la condena de los sujetos de exclusión fuera una advertencia acerca de la desgracia latente de no ser parte de la comunidad funcional y productiva”.

En el estudio se cita lo expresado por los activistas para graficar su punto de vista respecto de la campaña: “nuestro problema con la Teletón es la construcción simbólica, la construcción social, este sentido común que se instala en la población de quienes somos las personas con discapacidad. Entonces, por ahí es que viene el sentido de nuestras declaraciones, cuando decimos ‘si los discapacitados también somos profesionales, artistas, deportistas, dirigentes sociales o dirigentes políticos’. Entonces, la idea era reivindicar y valorar la discapacidad como un aporte a la sociedad; que no éramos solamente personas pasivas, infantilizadas”.
El rol del Estado

Asimismo, la investigación de Juan Andrés Pino y Rolando Ramírez, señala como una de sus conclusiones que el activismo de las personas en situación de discapacidad “ha estado en la primera línea de las luchas sociales del colectivo, colocando sus cuerpos y experiencias para visibilizar la violación a los derechos humanos que genera la campaña Teletón en Chile”.

El Dr. Pino acota que “no es posible entender el lugar que sostiene el aparente rol ‘solidario’ de la sociedad chilena hacia los ámbitos en que el Estado, supuestamente, no puede dar abasto. Más bien, esto responde a una lógica de entender las prácticas con una intencionalidad neoliberal que asume como válidas las estrategias de marketing, espectáculo y caridad para la gestión de aquellos sujetos que no tienen cabida en la órbita de la funcionalidad del Estado moderno”.

Para el investigador, con ello, el Estado decide “conscientemente externalizar su rol garante de inclusión y protección a entidades privadas que puedan hacer rentable un ámbito visto como gasto, desde la óptica neoliberal. En este supuesto, es más rentable subvencionar el negocio y la industria de la discapacidad -a través de entes privados donde se pueda asegurar la intervención de los cuerpos y vida cotidiana bajo dispositivos médicos- en desmedro de sostener políticas de habilitación y fortalecimiento ciudadano en torno a la diferencia y diversidad como formas legítimas de existir en comunidad”.

El estudio asevera también que la campaña comunicacional “tiene una intención explícita de expropiar la garantía del derecho y transformarla en una mercancía que perpetúa el imaginario social de que, sin el lucro privado, no es posible avanzar en posibilidades de mejoras hacia la vida de los niños y niñas con discapacidad. Es aquí donde se fortalece la alianza entre el modelo médico-rehabilitador y el negocio capitalista-capacitista. En este sentido, los niños y las niñas con discapacidad se conforman como cuerpos dependientes de los dispositivos clínico-funcionalistas, centrándose únicamente en su salud y rehabilitación, obviando las barreras sociales y culturales que los discapacitan”.

Al preguntar al académico, si hay posibilidades de un cambio sobre cómo se enfrenta el tema de la rehabilitación y la inclusión en Chile, señala que “en los últimos años las perspectivas críticas van en aumento por parte del activismo disidente de la discapacidad y acompañado de emergentes espacios académicos, se están levantando posturas cuestionadoras a los supuestos beneficios que generaría la campaña. De la misma manera, la politización de la sociedad chilena y el proceso levantado desde la revuelta social están abriendo nuevas posibilidades sobre el reconocimiento de las personas en situación de discapacidad para otorgarles la dignidad inherente que corresponde por jurisprudencia y transformación cultural”.

Y acota que “este cambio de mirada incluye el descentramiento de la patologización, medicalización y administración económica en clave de negocio caritativo de los cuerpos hacia una perspectiva social y de derechos donde hablen y actúen los propios protagonistas”.

La investigación de Juan Andrés Pino y Rolando Ramírez fue publicada por la Revista Estudios Sociales del Estado, en junio del 2023, en un dossier llamado “No más caridad en la discapacidad”, liderado por las investigadoras argentinas Carolina Ferrante y Daniela Testa y que agrupa una serie de investigaciones sobre las teletones en América Latina.

 
Un estudio realizado por el académico de la UOH e investigador principal del Núcleo Discapacidad y Ciudadanía (DISCA), Juan Andrés Pino, junto al docente de la carrera de Terapia Ocupacional UOH, Rolando Ramírez, analizó los discursos políticos de los/as activistas de la disidencia de la discapacidad en torno a la campaña que lidera Mario Kreutzberger.



Pareciera ser que la Teletón que se realiza en Chile, efectivamente, uniera a toda la población en torno a esta campaña que busca reunir recursos cada fin de año con la finalidad de mantener la tarea rehabilitadora. Sin embargo, existen colectivos de personas con discapacidad, que reconociendo “la importancia y la necesidad” de la rehabilitación de los niños, también son críticos respecto de la obra, ya que sostienen que el principal problema está en la instalación de una “economía de la pena, la dictadura de la caridad”, explica Juan Andrés Pino, académico del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad de O’Higgins (UOH).

La investigación “Neoliberalismo y campañas Teletón en Chile: discursos políticos contra la dictadura de la caridad” -cuyos autores son el académico de la UOH e investigador principal del Núcleo Discapacidad y Ciudadanía, Juan Andrés Pino, y el docente de la carrera de Terapia Ocupacional UOH, Rolando Ramírez- es un estudio cualitativo que recoge la mirada disidente de los y las activistas de la discapacidad, quienes desean manifestar “el descontento con acciones contra el autoritarismo comunicacional y mediático y desmantelar la ideología capacitista: la sombra de la solidaridad”, señala Juan Andrés Pino. El académico acota que “estos hallazgos dan cuenta de una mirada particular y poco reconocida social y culturalmente”.

El trabajo es una investigación -desde una perspectiva interpretativa- que está atenta a los significados que tiene “para las propias personas etiquetadas con discapacidad, como participantes activos del fenómeno estudiado”, explica el académico. Y a renglón seguido, el Dr. Pino adelanta que, del análisis realizado, se concluye que “la dificultad en erradicar la campaña que se critica, está basada en una alianza estratégica entre el modelo de desarrollo neoliberal, la caridad y el espectáculo como mecanismo de estratificación y opresión social”.
¿En qué fundamentan los activistas de la disidencia su oposición a la Teletón?

“La investigación pone especial atención a los sentidos y prácticas que se juegan en torno a la categoría discapacidad. Problematiza el rol que juega el Estado y la sociedad civil en la disputa por una hegemonía política hacia niños y niñas con discapacidad en Chile”.

Juan Andrés Pino plantea la existencia de una “comunión administrativa, económica y simbólica sostenida por años en el imaginario social y en las prácticas asistenciales llevadas adelante por el Estado chileno en conjunto con el empresariado, situando a la discapacidad como un ámbito de abordaje no prioritario como derecho, excluyente. Y, por ende, autorizando a la gestión del lucro privado, dependiente económicamente, por una parte, y a la publicidad, por otra, mediante el espectáculo, tal como si la condena de los sujetos de exclusión fuera una advertencia acerca de la desgracia latente de no ser parte de la comunidad funcional y productiva”.

En el estudio se cita lo expresado por los activistas para graficar su punto de vista respecto de la campaña: “nuestro problema con la Teletón es la construcción simbólica, la construcción social, este sentido común que se instala en la población de quienes somos las personas con discapacidad. Entonces, por ahí es que viene el sentido de nuestras declaraciones, cuando decimos ‘si los discapacitados también somos profesionales, artistas, deportistas, dirigentes sociales o dirigentes políticos’. Entonces, la idea era reivindicar y valorar la discapacidad como un aporte a la sociedad; que no éramos solamente personas pasivas, infantilizadas”.
El rol del Estado

Asimismo, la investigación de Juan Andrés Pino y Rolando Ramírez, señala como una de sus conclusiones que el activismo de las personas en situación de discapacidad “ha estado en la primera línea de las luchas sociales del colectivo, colocando sus cuerpos y experiencias para visibilizar la violación a los derechos humanos que genera la campaña Teletón en Chile”.

El Dr. Pino acota que “no es posible entender el lugar que sostiene el aparente rol ‘solidario’ de la sociedad chilena hacia los ámbitos en que el Estado, supuestamente, no puede dar abasto. Más bien, esto responde a una lógica de entender las prácticas con una intencionalidad neoliberal que asume como válidas las estrategias de marketing, espectáculo y caridad para la gestión de aquellos sujetos que no tienen cabida en la órbita de la funcionalidad del Estado moderno”.

Para el investigador, con ello, el Estado decide “conscientemente externalizar su rol garante de inclusión y protección a entidades privadas que puedan hacer rentable un ámbito visto como gasto, desde la óptica neoliberal. En este supuesto, es más rentable subvencionar el negocio y la industria de la discapacidad -a través de entes privados donde se pueda asegurar la intervención de los cuerpos y vida cotidiana bajo dispositivos médicos- en desmedro de sostener políticas de habilitación y fortalecimiento ciudadano en torno a la diferencia y diversidad como formas legítimas de existir en comunidad”.

El estudio asevera también que la campaña comunicacional “tiene una intención explícita de expropiar la garantía del derecho y transformarla en una mercancía que perpetúa el imaginario social de que, sin el lucro privado, no es posible avanzar en posibilidades de mejoras hacia la vida de los niños y niñas con discapacidad. Es aquí donde se fortalece la alianza entre el modelo médico-rehabilitador y el negocio capitalista-capacitista. En este sentido, los niños y las niñas con discapacidad se conforman como cuerpos dependientes de los dispositivos clínico-funcionalistas, centrándose únicamente en su salud y rehabilitación, obviando las barreras sociales y culturales que los discapacitan”.

Al preguntar al académico, si hay posibilidades de un cambio sobre cómo se enfrenta el tema de la rehabilitación y la inclusión en Chile, señala que “en los últimos años las perspectivas críticas van en aumento por parte del activismo disidente de la discapacidad y acompañado de emergentes espacios académicos, se están levantando posturas cuestionadoras a los supuestos beneficios que generaría la campaña. De la misma manera, la politización de la sociedad chilena y el proceso levantado desde la revuelta social están abriendo nuevas posibilidades sobre el reconocimiento de las personas en situación de discapacidad para otorgarles la dignidad inherente que corresponde por jurisprudencia y transformación cultural”.

Y acota que “este cambio de mirada incluye el descentramiento de la patologización, medicalización y administración económica en clave de negocio caritativo de los cuerpos hacia una perspectiva social y de derechos donde hablen y actúen los propios protagonistas”.

La investigación de Juan Andrés Pino y Rolando Ramírez fue publicada por la Revista Estudios Sociales del Estado, en junio del 2023, en un dossier llamado “No más caridad en la discapacidad”, liderado por las investigadoras argentinas Carolina Ferrante y Daniela Testa y que agrupa una serie de investigaciones sobre las teletones en América Latina.

Karen Paola Karen Paola


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