De hecho, si hay algo en lo que el progre reculiao no quiere fijarse, es que los españoles, palestinos, chinos y estadounidenses que llegaron al país, vinieron a poner sus negocios, sus talleres, sus imprentas, sus empresas de telas y ropa, sus tiendas de novedades, sus sucuchos de tecnología, sus restaurantes, etcetera, que contribuyen con más impuestos y con más empleo para las personas. No llegaron mendigándole bonos al estado, victimizándonse, creyéndose refugiados, sentados en la plaza de armas con sus celus en las manos, ni amparados bajo ningún ala progre.
Llegaron solitos y toda la burocracia mierdera de Chile, se la mamaron solitos... y aún así lograron establecerse e integrarse al país, sus leyes y sus costumbres siendo una parte activa y respetada de la sociedad y no avanzando contra la corriente como los simios metamorfoseados de piel oscura que circulan hoy en la calle, ya sean de Haití, república dominicana, colombia o venezuela.