Agregar - además - que son una manga de cobardes que nada hace para luchar por la ruina sociopolítica de su país. Sí, claro está que Venezuela recibió a numerosos chilenos (y más extranjeros) en tiempos de crisis, pero al menos todos lucharon - de alguna u otra medida - con acciones concretas y regresaron para aportar con su experiencia.
En estos días, sólo veo que los venezolanos gritan y disparan por redes sociales; esperanzados en una eventual intervención armada foránea, puesto que no quieren quebrarse las uñas, romperse la espalda o despeinarse (no han intervenido en guerra alguna, a los últimos 150 años): Nada más, fabricar reinas de belleza operadas y vender ilusiones por sus - paulatinamente - impopulares telenovelas.