del blog de bradanovic.
Dos mitos estúpidos
La avalancha de inmigrantes desde Venezuela, que se agolpaban hace unos días en la frontera de Chacalluta, está trayendo de vuelta el chauvinismo odioso de mucha gente que descalifica a los extranjeros por el solo hecho de haber nacido en otro país. Eso no es bueno, lógico ni inteligente, hay dos argumentos especialmente estúpidos que me gustaría dejar bien claro que yo no comparto.
El primero es descalificar a bulto por nacionalidad, no podemos hablar en general contra los haitianos o los colombianos, por poner un ejemplo, eso demuestra ignorancia y una manera muy primitiva de pensar. Yo personalmente tengo amigos haitianos y colombianos que son excelentes personas y me alegra que hayan venido a Chile porque son un gran aporte.
Lo equivocado es clasificar a la gente a bulto por su nacionalidad o cualquier otra característica. tal como hay chauvinistas ignorantes que dicen que todos los haitianos son sucios, malos y todos los colombinos son sicarios, también hay otros más imbéciles, como los del Servicio Jesuita al Migrante que aseguran que todos los haitianos y colombianos son seres de luz, gente buena y culta. Llevan varios años repitiendo esa mentira y a estas alturas es ridículo que la sigan sosteniendo.
El segundo argumento estúpido es que los inmigrantes son mano de obra barata que compite con los trabajadores chilenos, la competencia siempre es buena y la mano de obra barata es excelente para la economía. El Banco Central en su último informe de Política Monetaria menciona el impacto de la masiva inmigración de los últimos años y muestra algunos estudios comparados que muestran que la inmigración en general ayuda al desarrollo.
La mano de obra barata es buena porque presiona los salarios a la baja y por lo mismo los costosa la baja, con mano de obra barata el costo de vida también es menor, las empresas son más competitivas por lo que se producen más negocios y más empleo. En Arica vemos todos los días el buen efecto sobre la economía de tener trabajadores peruanos que trabajan por salarios menores que los chilenos, eso nos permite hacer mejoras en la casa y negocios que de otra manera no habríamos podido hacer. De no existir la mano de obra barata de los peruanos yo jamás habría podido ampliar mi casa, y ese es el caso de muchos ariqueños. Bienvenida la mano de obra barata.
Eso es lo bueno, veamos ahora lo malo
El problema es que vivimos en un país donde gobiernos demagogos han ido repletando de subsidios de toda clase a la gente para ganar elecciones. Los famosos bonos de Bachelet, el "pilar solidario" de las pensiones, la cantidad creciente de servicios médicos pagados por el estado y la peor política pública de todas, que consiste en regalar -práctcamente- departamentos a la gente solo por ser "vulnerables"
Porque en todos los países hay gente buena y mala. El problema es que durante el gobierno de Bachelet, no se si por estupidez, perversidad o que oculto propósito, se dejó entrar adrede de manera masiva a personas que en muchos casos eran la peor escoria en sus países: sicarios, delincuentes, traficantes y en el mejor de los casos gente que solo sirve para mendigar y que ni siquiera hablan el idioma castellano.
¿Qué habrá tenido en mente Bachelet al emitir el instructivo presidencial que dejó entrar a esta gente de manera indiscriminada, contradiciendo lo que la propia ley vigente establece. El D.L. 1094 "Establece normas sobre extranjeros en Chile" dice:
Artículo 15.- Se prohibe el ingreso al país de los
siguientes extranjeros:
(...)
4.- Los que no tengan o no puedan ejercer profesión u oficio, o carezcan de recursos que les permitan vivir en Chile sin constituir carga social;
Esta disposición legal se se ha estado burlando de manera flagrante, desde que Michelle Bachelet envió el
Instructivo Presidencial 009 del 2 de septiembre de 2008 que contradice de manera explícita al D.L. 1094, este instructivo abrió la puerta para el escandaloso tráfico humano que trajo cientos de miles de haitianos al país y que los tiene hoy viviendo en las peores condiciones. Tambén al amparo de este instructivo entraron criminales y narcotraficantes colombianos.
Bachelet importó pordioseros y delincuentes
El problema de la inmigración masiva, indiscriminada de gente sin preparación, con enfermedades contagiosas propias de sus países de origen y con costumbres y cultura chocante con la nuestra no es solo de Chile, es un problema mundial de grandes proporciones. Tampoco es un fenómeno improvisado, porque alguien financia a las organizaciones, los medios de transporte y el lobby destinado a proteger a los inmigrantes, en su mayoría ilegales.
Hay organizaciones religiosas, como el Servicio Jesuita al Migrante, y otras no gubernamentales que se dedican exclusivamente a defender y conseguir recursos de los estados para esta gente ¿quien financia y organiza, quien está detrás de todo esto?
Tom McDonnell me comenta que en su último viaje a Londres, donde él vivió por varios años, se encontró con una ciudad desconocida, llena de miseria, suciedad y criminales protegidos por la dictadura de lo políticamente correcto y la no discriminación.
Hubo una época en que el gobierno en Chile estuvo forrado en plata, después de 10 años de crecimiento a tasas superiores al 7% seguido por un superciclo de precios del cobre ¿y qué hicieron los políticos con esos recursos? Se los farrearon, primero robando para ellos y sus familias, multiplicando en varios órdenes de magnitud la planilla fiscal con toda clase de parásitos, luego ofreciendo toda clase de servicios médicos -carísimos- de manera gratuita y universal, incluyendo cosas tan absurdas como cirugías plásticas y cambios de sexo, luego ofreciendo bonos (regalos en efectivo) y pensiones de jubilación a los que nunca ahorraron un solo peso. Para que hablar del regalo de departamentos a"a los pobres" que apenas los reciben, los arriendan o los vender para seguir postulando con el resto de su familia.
Nadie ha sido capaz de poner fin a este derroche monumental y suicida, desde luego que el cobarde presidente Piñera no se ha atrevido a tocar un pelo el esquema ruinoso que heredó de Bachelet, al contrario, hace todo lo que puede para gastar todavía más.
La guinda de la torta fue la importación indiscriminada de indigentes, un delito de tráfico humano hecho por instrucciones de la propia Bachelet que en poco tiempo van a llevar al país a la ruina. El actual esquema de "beneficios sociales" ya no se soporta ni siquiera para los chilenos, mucho menos para los inmigrantes. Todos estos beneficios crean una fábrica de parásitos, a los políticos no les importó haber malgastado los miles de millones de dólares que acumuló Chile cuando tuvo buenas políticas y suerte en los precios del cobre, hace rato que se terminó esa plata y desde Bachelet el estado empezó a endeudarse de manera vertiginosa.
Como Piñera no muestra el más mínimo interés por parar el derroche, esto seguirá escalando hasta reventar. Cuando eso pase sufriremos nosotros, los giles, porque los responsables se van a asegurar de quedar bien forrados como está hoy Bachelet, feliz y forrada.