ARRIBA GRUPO DE INMIGRANTES HAITIANOS A TRABAJAR EN LA AGROINDUSTRIA
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Por:
Roberto Fernández Fotografía: Mauricio Ulloa
2016-11-29
Empresa les ofreció contratos como operarios en las líneas de proceso de congelados
Idea podría ser imitada por otras firmas locales ante la escasez de mano de obra en el agro
Wilner Jneel Perre (28) es haitiano, vive hace 8 meses en Chile y es uno de los 41 inmigrantes que arribaron este martes a Chillán en busca de una oportunidad de trabajo en Frutícola Olmué, como parte de una iniciativa de la empresa con la fundación Servicio Jesuita a Migrantes, que busca insertar social y laboralmente a extranjeros que han llegado a Chile en busca de empleo.
El grupo, compuesto por 14 mujeres y 27 hombres, es mayoritariamente haitiano (35 personas), aunque también hay inmigrantes de Ecuador, Venezuela, Perú y España.
En la planta, ubicada en Parque Lantaño, donde fueron recibidos por los máximos ejecutivos de la empresa, fue necesaria la labor de un intéprete, pues solo unos pocos haitianos dominan bien el español. Uno de ellos es Wilner Jneel Perre, quien contó que aprendió el idioma en República Dominicana, donde vivió seis años, y que decidió viajar a Chile porque una hermana vive en Santiago. En Haití quedaron su madre y el resto de sus hermanos, todos mayores y con hijos.
“Yo no tengo trabajo todavía, pero ya estoy contento de estar acá, yo me siento mejor en Chile. Allá en Haití no hay trabajo, es muy difícil, hay que tener muchos conocidos en el gobierno para trabajar, y hay mucha desigualdad”, relató.
Según explicó Florencia Saffirio, coordinadora nacional del área social de la fundación jesuita, hay una fuerte discriminación hacia los haitianos en República Dominicana, por lo que en la práctica, no es una alternativa laboral muy conveniente. La profesional añadió que el grupo que llegó este martes está compuesto principalmente por inmigrantes solos, que viajaron sin sus hijos o cónyuges, y que cuentan con algún nivel de formación.
Saffirio sostuvo, además, que una de las preocupaciones de la entidad es que los inmigrantes accedan a trabajos formales, “porque el estar cotizando es lo que les permite, más adelante, acceder a la residencia. En ese sentido, atendimos las solicitudes de las empresas que estén dispuestas a ofrecer trabajos formales con condiciones laborales que no sean abusivas”.
En el caso del grupo que llegó este martes, éste recibió una inducción sobre el rubro de la empresa y las medidas de higiene y seguridad, y aquellos interesados en trabajar firmaron contratos provisorios que agilizarán los trámites para obtener los permisos de trabajo en Extranjería, una gestión en la que el Gobierno Regional comprometió su apoyo para su celeridad, “de manera que puedan comenzar a trabajar a partir del 5 o 6 de diciembre”, explicó Jaime Roessler, gerente de operaciones de Frutícola Olmué.
En lo concreto, los inmigrantes tendrán contratos de 11 meses para desempeñar la función de operarios en las líneas de proceso de frutas y hortalizas congeladas, con jornada de 45 horas semanales, por un salario superior a los $330 mil líquidos más bonos.
Roessler añadió que la empresa apoyará a los nuevos trabajadores en la búsqueda de hospedaje.
Escasez de mano de obra
Consultado el ejecutivo sobre la decisión de incorporar inmigrantes, desestimó que con esto se busque suplir la escasez de mano de obra: “es un tema de responsabilidad social de la empresa, Frutícola Olmué es parte de Empresas Sutil, que tiene una política ética al respecto, y que se expresa en otras acciones, como el apoyo a escuelas, por ejemplo”.
Y si bien reconoció que cada día se hace más difícil contar con mano de obra, principalmente en los meses de verano, que son de mayor actividad, expuso que la legislación establece que la planta de trabajadores no puede contar con más de un 15% de extranjeros. “Tampoco es justo decir que ellos vienen a quitarle el trabajo a los chilenos, pues Ñuble es una zona que exhibe un gran crecimiento, el sector frutícola está demandando cada vez más mano de obra porque está en franca expansión. Ellos vienen a potenciar la zona porque hay un déficit tremendo de mano de obra”.
De hecho, otra empresa del rubro frutícola, ubicada en Coihueco, también está gestionando la incorporación de inmigrantes.
Sin embargo, para el vicepresidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, Carlos Smith, el concepto de escasez de mano de obra no es tan exacto, “pues el problema que yo veo es el de la baja productividad de los trabajadores y es algo que confirmo en mi campo con los recolectores, donde las diferencias entre uno y otro son abismantes. Y eso también es un problema de poca y mala formación”, sostuvo, por lo que anticipó que la automatización de los distintos procesos comienza a verse como la respuesta. En ese sentido, manifestó que sería interesante ver los niveles de productividad de los inmigrantes.