Daniel Alcaíno representa la opinión de una parte no menor de los chilenos: ignorantes, resentidos y profundamente llenos de odio a causa de las "injusticias" que han tenido que tolerar en muchos ámbitos. Personas como Alcaíno son parte del día a día en las poblaciones, donde nace este concepto de "pueblo" que tiene una carga semántica y emocional muy fuerte. Los pueblos son los que resisten a los embates de las conquistas, también teniendo una historia muy fuerte con el ejemplo del "pueblo" mapuche. Es una pelea de emociones, todas negativas, que encausan un mensaje político.
Ahora ese mensaje político está plagado de clichés y soluciones de izquierda. Porque no me van a decir que aquellos que se quejan de las demandas sociales "son de derecha e izquierda". No, la gran mayoría es de izquierda y los que no, dejaron de ir a Plaza Italia por lo mismo. Personajes como Alcaino y todo el gremio de actores no hacen más que glorificar la violencia porque la consideran justa, necesaria y eficaz para mandar un mensaje. Un mensaje que no llega a nadie, que hace daño a todos y sobre todo a aquellas personas que, muy por el contrario de lo que ellos creen, sufren las enormes consecuencias de ver quemados, saqueados y vulnerados sus negocios y emprendimientos personales.
Así que sí, gente como Alcaino hay mucha en Chile. Y toda vale la misma mierda.
