Ayer salí con mi madre, la acompañé a hacer las compras y a pagar cuentas.
En eso andábamos por el paseo peatonal de Concepción (frente a Falabella) cuando la interceptó un venezolano: Señora, con todo respeto, quiero ofrecerle a usted... a lo que yo, de inmediato, reaccioné para apartar a mi mamá (porque como buena chilena algo Berta, cree en las buenas intenciones de las personas y ya le estaba poniendo atención a las mierdas que le decía el mono ql.
Él estaba sacando unos lápices pasta de su banano, yo recordé al vuelo la estafa de los cepillos (en que a nuestras Bertas se las cagan con el vuelto en billetes). Probablemente si mi mamita hubiera andado sola, se la habrían cagado.
"No, mamá, vamos, esto es estafa" vociferé, a lo que el veneco, haciéndose víctima, decía "si él quiere ser discriminador y racista contra nosotros los venezolanos..." a lo que le respondí: "soy discriminador contra los ladrones y los estafadores, que es muy distinto" y seguimos nuestro camino sin mediar más palabra.
decir que estas en la mil y quedar en la 1001
CONGOZOLANOS
