La verdadera representación política hoy no está en los Partidos Institucionalizados –que están siendo desplazados y reemplazados por los “movimientos ciudadanos” –,y además, ninguno de ellos es realmente de “Centro”. A lo sumo, pueden ser catalogados de “centroizquierda”, esto es, parte de la “izquierda”, o de “centro-derecha”, esto es, parte de la “derecha”.En Chile no existe un “Centro Político”, tanto por su ubicuidad, por su relativismo, por la ausencia de criterios que nos permitan identificarlo de manera efectiva, así como por el notable “desbalance” entre ambos extremos del “continuo izquierda-derecha”.La polarización “hacia los extremos” que ha venido instalándose en la política chilena, es en realidad, la expresión de Fuerza y de transferencia de Poder hacia sectores de la “Izquierda Extraparlamentaria” y“No Institucionalizada”, y también hacia el Antisistemismo y el Asistemismo. Por su parte, la “Derecha”ha visto desplazadas sus coordenadas ideológicas, no hacia un supuesto “Centro”, sino directamente a categorías propias del Neo-Comunismo, por la vía del Neo-Liberalismo en términos valóricos.A partir de este diagnóstico, es posible pronosticar una polarización creciente e incremento del uso de la fuerza en las demandas políticas y sociales, surgidas desde sectores no institucionalizados,horizontales, en desmedro de soluciones institucionalizadas, verticales.En ese escenario, el supuesto “Centro” político, no sólo no existe, sino que no tiene cabida alguna.