Dentro de las vulnerabilidades leguleyas a las que pueden recurrir estos inmigrantes, es la de alegar discriminación, con un precedente ocurrido en Estados Unidos, en donde los negros hasta por un despido justificado alegaban discriminación, ganando en instancias judiciales. Lo mismo está empezando a ocurrir acá, un ejemplo, un colombiano imbécil, tuvo problemas con su vecina de al frente en el departamento piso diez, no encontró nada mejor que arrojar el gato de la vecina desde el balcón, lo pillaron, adivinen pues, alegó una discriminación consecutiva de parte de la vecina. Si estás viendo como extranjero, que la discriminación como figura agrava el delito, puedes hacer usufructo de ella, obviamente la utilizarás para ganar tu causa, estés en lo correcto o no.
Empezará a suceder el fenómeno que ocurre en otros países en este momento por el choque de dos masas de gente distinta, el choque de los musulmanes con los alemanes, obviamente a escala menor. En donde sintiendo amparo por las autoridades y ante la ley, empezarán a amedrentar a desplazar a los nacionales. Por ejemplo he visto como colombianos increpan a la gente que pasa, solo por que los miran.
Como sabemos, los colombianos, son lo peor en cuanto a patudez, flojera, está dentro de su idiosincrasia. Acá en el norte he recogido muchos testimonios de perlas laborales, que han sido despedidos justificadamente, debido a sus malas prácticas, después amedrentando a sus empleadores a modo de vendetta.
No digo que todos sean así, pero un buen porcentaje de ellos, trajo su hórrido modo de vida para acá, y como el gobierno tanto nacional, como municipal, es progresista, pro inmigración, políticamente correcto, les da el permiso de hacer lo que se les plazca. Hasta sicarios tenemos rondando por el centro de la ciudad, así sin más. Faeneros hediondos, de la mano con negras horripilantes, de contextura deforme, con niños chicos, que se seguro poseen una doble vida. Acá el extranjero que se venga, tiene el país a su merced, total esta weá es de todos los que vengan, menos para los pobres y tristes culiados que han vivido toda su vida acá.
No invento las cosas, es cosa de preguntar a un antofagastino, iquiqueño que describa a estas perlas que tenemos campando a sus anchas. Ah claro, obviamente un ciudadano que no sea pro inmigrante, comunista, hediondo a cuete.
Ahora, me alegro que hayan llegado a Santiago, que se estén haciendo notar, cosa que hostiguen a las autoridades para que al fin se haga algo, ya que en este mísero país, si las cosas no suceden en Santiago, concepción, Valparaíso o Viña simplemente son inexistentes.
Bachelet.