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Busco microcuento o cuento breve de corte fantástico para publicar en revista digital.

Elenrrad

Come Mierda
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2008/07/22
Mensajes
16.984
Saludos, estimados antronianos.

Estoy viendo si algún usuario de este foro quisiera postular alguno de sus escritos para publicarnos al interior de una revista en la que estoy involucrado.

Específicamente, se anda buscando un microcuento o cuento breve (una página) que sea de corte fantástico, es decir, propio del mundo fantástico o maravilloso.

La revista es la Mae Govannen, la cual tuvo varios números impresos en el pasado y que tras años de suspensión, quiere volver al tiraje, solo que en plataformas digitales.

Si a alguien le interesa, pude publicar su cuento original en este tema o enviarme un mensaje privado para así revisarlo junto al comité editorial de la revista. Lamentablemente, el plazo que tengo para escoger es hasta el 30 de julio del presente año.

Estaré atento a sus comentarios :vale:
 
Fuera de plazo pero igual lo dejo...un cuento que hice hace unos 15 años en la universidad...

Se llama "El VIajero".

Corría la mitad del invierno. Un invierno encrudecido por un frío tenebroso que parecía provenir del mismísimo centro de los huesos. Recuerdo que podía sentir el calor en mis pulmones cada vez que le daba una fumada a mi cigarro. Suponía que iba a recordar esa noche por tan endemoniado frío.

El ambiente estaba húmedo, oscuro, afilado. El encorvamiento ya me daba dolor de espalda. El lucho no se quejaba de nada. Atizaba el fuego y continuaba hablando de historias de monstruos viajando por el tiempo, portales estelares, etc..Como queriendo meterme miedo. La conversación era interesante, tal vez poco coherente pero entretenida. Me imaginaba criaturas que nos rodeaban en las tinieblas que había alrededor. Éramos nosotros, nuestra fogata y nuestros monstruos imaginarios.

Pasado un rato y dentro de toda la humareda me aleje un poco del fuego, hacia unos árboles que se erguían a nuestras espaldas. El lucho lucia tendido en el suelo, borracho e ido...raja.

Me tiré a descansar cerca de un álamo, seco y resquebrajado. Repentinamente, una especia de humo de colores se cernía sobre mí. Era como una vapor raro...me quedé pensando en los relatos del lucho y sospeche burlonamente que representaban el portal a otra dimensión. Una dimensión en la cual moraban horrendas criaturas desterradas en una gran batalla estelar fuera de nuestro tiempo, fuera del entendimiento humano.

Cuando me iba a cagar de la risa por mi propia tontera...en un solo instante me encontré rodeado de luz.

Sin siquiera notarlo, me hallé en una ciudad extraordinaria, rodeado de gente. La transición fue tan imperceptible que ni siquiera me espanté al verme en un lugar completamente diferente, fue como si mi cerebro lo aceptase con toda naturalidad, como si incluso fuera una orden suya...la de viajar.

Estaba parado sobre una acera metálica, a mi izquierda había un edificio con forma de pirámide, de un tamaño descomunal, como el Tupungato.

Habían personas de todas las razas, vestían trajes cibernéticos, con un cinturón lleno de equipos electrónicos. Caminaban muy lento, muy arduamente. Se veía una inusual cantidad de enfermos de parálisis. Las vías para inválidos estaban por todos lados, yo diría que la mitad de la población tenía problemas musculares, o sicomotores, en fin, no eran para nada gente saludable.

Por mi parte yo me sentía de maravilla, sentía que mi mente había experimentado un cambio, estaba consciente de todo lo que me estaba pasando, sabía que me hallaba en otro mundo, sin embargo eso no me alarmaba, nada me importaba, sentía una profunda paz interior. Sin ningún rastro de preocupación me puse a caminar...así tranquilo, desenfadado.

Algunas personas me saludaban al pasar, como si yo fuera un actor o alguien que es popular. Simplemente respondía los saludos con igual cortesía. Estaba extrañado, es natural, pero igual me sentía sobrado de confianza, como si estuviera recorriendo mi casa.

Afuera de la gran pirámide, había una especie de recepción especial, 4 personas de traje y una doctora preciosa. A medida que avanzaba me di cuenta que me esperaban a mi. la doctora me saludo afectuosamente.

- Hola Hernán.

- Hola doctora.

- Como estuvo el viaje?

- Bien, agradable gracias, sigo sintiéndome extraño ahora...de que se trata todo esto?

- Esta bien, se te pasará. Que te pareció la ciudad?

- Oh, muy hermosa. Siempre soñé que vivía unos 300 años y conocía como sería la cosa en el futuro.

- 740 para ser exacto.

Obviamente me encontraba 740 años en el futuro. La doctora me explicaba que el hombre había alcanzado la tecnología para multiplicar las neuronas. Como es sabido, el hígado es el único tejido humano capaz de regenerarse, esto, gracias a un gen en particular que lo permite. Este gen, o más bien, la cadena de ADN correspondiente, fue aislada e insertada en los códigos genéticos de las neuronas. El resultado fue la inmediata reposición de las neuronas muertas. Esto fue logrado cerca del año 2530. Con este avance, se estimuló el cerebro hasta capacidades increíbles para la gente de mi tiempo. Super-inteligencia, telequinesis, telepatía, etc...en el 2590 se completó la teoría del campo unificado y 80 años después se alcanzó el viaje en el tiempo.

Me contó además que este mundo se hallaba en decadencia. Al descubrir la capacidad de desplazarse sin esfuerzo, el ser humano se volvió flojo, se vino un síndrome de atrofiamiento muscular. El genoma humano había entendido que no requería del uso de músculos por lo que se adaptó genéticamente heredando grandes capacidades telepáticas a nuestros hijos, pero a su vez una total parálisis.

- El ser humano ha degenerado, necesitamos genes de gente saludable y con la tecnología disponible los traemos desde el pasado.

- No se vuelven locos los viajeros?, acaso yo ya estoy loco?.

- No. eso lo manejamos en tu cerebro. Modificamos un poco tu capacidad sensorial de modo que entiendas la magnitud de este proyecto. Que lo entiendas hasta el fondo de tu sabiduría humana, por eso has estado tan tranquilo, tu cerebro estuvo preparado para entenderlo, y por lo tanto no enloqueció.

- Lo que mi cerebro entiende doctora, es que ustedes lo alteraron de alguna forma y es precisamente por eso que están metidos en este lío.

La doctora calló, me indicó que la siguiera y me llevó a un salón repleto de gente. Había todo tipo de jóvenes, de todas las épocas como lo indico ella. Pude reconocer algunos rostros como Jim Morrison y Jimi Hendrix. Ya comenté que todo me parecía normal.

- Doctora aquí están puro tomando y fumando.

- Así es, este es el salón de estimulación sicoactiva, puedes consumir todas las drogas que quieras.

- Nanaaa, en serio?, y por que?...

- Para tu propia estimulación mental y erótica, recuerda que te necesitamos por tus genes.

- pero y las drogas...?

- Eso lo corregimos a nivel de cromosomas, no hay peligro...

Aparecieron en seguida una serie de hermosas mujeres, digo hermosas. Con vestimentas sensuales así como lingerie.

- Puedes llevar todas las que quieras contigo, mientras a más fertilices mejor.

- De acuerdo doctora.

Si alguna vez se pensó en el paraíso del hombre moderno, yo me imagino que era algo como aquí. Imagina tener a dos minas ahí para que les hagas el amor. Son inteligentes, preciosas y tienen poderes...es como tener a mi bella genio y la hechizada juntas!.

La doctora explicaba que el portal del tiempo era inexacto aún con la tecnología disponible. El campo debía ser enfocado en áreas poco pobladas. Sus efectos son mortales los primeros minutos. Gente de mi tiempo murió al ser expuesta al campo, y lo identifiqué como la combustión espontánea. Pasada una hora recién podía comenzar el ingreso de gente y esto demoraba días. Por su ubicación muchos transportados no eran más que indios o ermitaños, los que con sus relatos distorsionaban la leyenda. La tecnología, por supuesto, fue mejorando hasta ser casi inofensiva, como en el caso mío.

- Yo oí que aquí habían criaturas horrorosas de una guerra estelar. - La doctora se largó a reír.

- Eso es puro cuento, Hernán. Aquí solo estamos los que aún podemos caminar y los enfermos. Sobre los enfermos no habló mucho. Yo supe a través de la gente que había allí, que tenían grandes instalaciones llenas de seres humanos postrados en sus camas, renunciando a su capacidad de desplazamiento mental, una especie de desear el lugar de destino y encontrarse ahí al momento siguiente. Preferían el paupérrimo movimiento de sus brazos antes de morir, extrañando, habiéndose farreado la vida.

Me contaban que la comunidad había tomado conciencia muy pocos años atrás y que la población sana no superaba el 5% mundial.

- Entonces esas instalaciones deben ser gigantes, millones.- le comentaba a un gringo.

- A mi no me importa para nada los inválidos, yo no me he ido por las mujeres.

- Es que uno puede irse cuando quiera?.

- Si, es como la ley aquí para nosotros. Nos invitan, nos ofrecen toda esta maravilla y si no nos gusta nos vamos.

- Ya veo, cuanto llevas aquí?.

- Un año.

- Y piensas volver?

- Eso no lo sé...pero siempre está la posibilidad.

A decir verdad, lo estaba pasando el descueve. Los transportados en el tiempo éramos celebridades, salvadores. Veníamos a recomponer la decadente genética del futuro con genes sanos y firmes. Las mujeres se nos ofrecían al paso. El gobierno compensaba económicamente a las madres que entregaban hijos fuertes al país. El asunto alcanzaba ribetes sociales y étnicos.

Se nos daba de todo, absolutamente todo. Todo lo que quisiéramos, excepto llevarnos a las instalaciones de enfermos. Decían que nos podríamos contaminar...me parece un cuento, en fin, con tanta vida soñada a quién le importa.

Sin embargo igual pensaba que había algo raro con los enfermos, es que eran demasiados. Sin autorización, me adentré en una de las gigantescas pirámides, que ahora ya sabía lo que eran. Simulando problemas para caminar, pase totalmente desapercibido. A nadie se le ocurriría que un viajero quisiera visitar la antesala del infierno. Pude adentrarme hasta las cámaras subterráneas, de las cuales había oído, se hallaban los casos mas dramáticos. Me encontré en una terraza sobre una arena, desde la cual podía observar diversas criaturas, humanoides por decirlo así. Alguien habló a mis espaldas.

- Eres un viajero verdad?

- Al voltearme quede petrificado de horror. El monstruo más espantoso, la figura mas abominable que jamás se me hubiera imaginado, me hablaba con cordialidad.

Sin poder evitarlo, vomité a sus pies. Su presencia era repugnante hasta el asco biológico. Este ser era lo más vil que hubiera presenciado. Me limpié la boca y levanté tan solo un poco la cabeza. La idea de volver a mirar el atroz aspecto de su rostro ya me daba arcadas nuevamente.

- Discúlpame.

- Te entiendo, pero me alegra que estés aquí.

- Por qué?

- Porque descubrirás la verdad sobre el futuro, la verdad sobre los enfermos.

- Que verdad?

- Que nos están exterminando.

- A ver...primero, que enfermos, tu estas enfermo?

- Sí.

- Se supone que se están quedando paralíticos, que te paso a ti?

- La parálisis es una enfermedad saludable en estos días. La deformación muscular genética es lo que extinguirá nuestra raza.

- Deformación muscular?, genética?, extinción?...de que hablas?...espera, ahora sòlo nacen engendros?

- Masas revueltas de carne, como yo...hay millones. Velos allá abajo.

- Me asomé y vi una jauría de animales grotescos, deformes, asquerosos.

- A nosotros nos están aniquilando, no aportamos a la sociedad. La polaridad de nuestras ondas es anulada por la pirámide. No podemos usar nuestras habilidades y por lo tanto no podemos salir.

- Es decir que el mundo actual tiene al 95% de la población convertida en..mmmm...y además encerrada para exterminar?

- Así es. Debes revelar a tu mundo las atrocidades que ocurren aquí.

- Y por qué, que tiene que ver mi mundo?.

- Es que no lo entiendes?, aquí ejecutan 4000 vidas todos los días! Semejante matanza no te conmueve?

- Si, por supuesto.

- O es que nuestro aspecto te repulsa tanto que nos prefieres muertos tu también?.

- No, no...simplemente no sé como ayudarte.

- Destruye el campo magnético de la pirámide.

- Espera, hablas de detonar una revolución.

El ser se alejo aparatosamente. Con un gesto como mandándome a la mierda.

- Otro lo hará.

Me sentí muy descorazonado de vivir en una sociedad similar a la que esclavizó a los negros, o a la nazi de hitler. Conversé este tema con los otros viajeros, dijeron que si no me gustaba podía irme, pero que de liberar a los monstruos, nadie estaba de acuerdo.

La doctora reconoció que me había ocultado la verdad. Que ya había habido una guerra y que en ese periodo incluso engendros habían escapado hasta mi tiempo, dando origen a supuestas criaturas estelares. Incluso las historias de monstruos de viajeros que habían llegado a mi tiempo eran ciertas.

Le pedí a la doctora que invirtiera el cambio hecho en mi, y que me borrara la memoria. Supuse que tenían la tecnología. Ella asintió tratando de convencerme que me quedara, que tuviera más hijos. Me negué obtusamente y me indicó que me intervendrían unos minutos antes del viaje de vuelta.

Cuando ingrese al salón del tiempo quede asombrado. Era una tecnología asombrosa, fuera de mi descripción. Había una silla...como decirlo, exagerada al centro, llena...pero llena de cables y sensores. La doctora me ofreció por última vez la oportunidad de quedarme. Escuchó mis razones solemnemente y se despidió.

Me quede solo en el cuarto, sentado en la gran silla. La doctora me observaba desde una consola de control, fuera de la bóveda del tiempo. Me relajé y pensé por última vez lo que estaba dejando: las mujeres, el carrete. Pero luego recordé a todos esos terribles seres, condenados a muerte por su deformidad, cuantas vidas humanas, torcidas por la mano intrusa de la ciencia. No pude evitarlo, un sentimiento de afecto hacia mi condición humana me hizo respetar la vida y contradecir lo que ahí se hacia.

Lunes 12 de junio, 11:54 pm. Estoy preparado para viajar en el tiempo y sucede lo inesperado. Un leve temblor sacude las instalaciones, algunas luces se apagan y vuelven a encender, la doctora se agita.

Elevo un poco la cabeza y veo hacia el pasillo un combate trabado entre dos guardias y una criatura morbosa. Esta los destroza con la desmesurada fuerzas de sus pseudo-brazos. Las doctora da ordenes, comienzan a aparecer mas guardias, se oyen disparos...explotan cabezas.

La situación se sale de control, las criaturas avanzan por los pasillos aniquilando a quien se le cruce, la pirámide debe ser evacuada y destruida.

- Debemos irnos Hernán, éste edificio será pulverizado.

- Yo no voy a ninguna parte, a mi me mandas de vuelta a mi casa!

El temblor era aún más fuerte, se desprendían paneles del techo, se apagaron las luces. Todo el lugar se venia abajo. La doctora me dio una ultima mirada furiosa y grito:

- De acuerdo. Te quieres ir?... vete!

- Acto seguido giró la llave del panel de control y yo regresé a mi tiempo.

Es increíble pensar en la guerra futurista que se desató al momento de mi partida. Vivo sabiendo que en otro tiempo se están aniquilando criaturas tal como lo cuentan en las leyendas. Vivo pensando en el momento en que lleguen aquí o cuando nosotros lleguemos a "ellos".

Como ya es obvio, la doctora no borró mi memoria. Volví a la ladera del cerro. A la fogata, con el lucho durmiendo plácidamente su sueño etílico. Sin decir una sola palabra me encamine a casa. El año que viví allá fue solo un segundo en mi época.


FIN.
 
Todo un éxito
Saludos, estimados antronianos.

Estoy viendo si algún usuario de este foro quisiera postular alguno de sus escritos para publicarnos al interior de una revista en la que estoy involucrado.

Específicamente, se anda buscando un microcuento o cuento breve (una página) que sea de corte fantástico, es decir, propio del mundo fantástico o maravilloso.

La revista es la Mae Govannen, la cual tuvo varios números impresos en el pasado y que tras años de suspensión, quiere volver al tiraje, solo que en plataformas digitales.

Si a alguien le interesa, pude publicar su cuento original en este tema o enviarme un mensaje privado para así revisarlo junto al comité editorial de la revista. Lamentablemente, el plazo que tengo para escoger es hasta el 30 de julio del presente año.

Estaré atento a sus comentarios :vale:
 
Fuera de plazo pero igual lo dejo...un cuento que hice hace unos 15 años en la universidad...

Se llama "El VIajero".

Corría la mitad del invierno. Un invierno encrudecido por un frío tenebroso que parecía provenir del mismísimo centro de los huesos. Recuerdo que podía sentir el calor en mis pulmones cada vez que le daba una fumada a mi cigarro. Suponía que iba a recordar esa noche por tan endemoniado frío.

El ambiente estaba húmedo, oscuro, afilado. El encorvamiento ya me daba dolor de espalda. El lucho no se quejaba de nada. Atizaba el fuego y continuaba hablando de historias de monstruos viajando por el tiempo, portales estelares, etc..Como queriendo meterme miedo. La conversación era interesante, tal vez poco coherente pero entretenida. Me imaginaba criaturas que nos rodeaban en las tinieblas que había alrededor. Éramos nosotros, nuestra fogata y nuestros monstruos imaginarios.

Pasado un rato y dentro de toda la humareda me aleje un poco del fuego, hacia unos árboles que se erguían a nuestras espaldas. El lucho lucia tendido en el suelo, borracho e ido...raja.

Me tiré a descansar cerca de un álamo, seco y resquebrajado. Repentinamente, una especia de humo de colores se cernía sobre mí. Era como una vapor raro...me quedé pensando en los relatos del lucho y sospeche burlonamente que representaban el portal a otra dimensión. Una dimensión en la cual moraban horrendas criaturas desterradas en una gran batalla estelar fuera de nuestro tiempo, fuera del entendimiento humano.

Cuando me iba a cagar de la risa por mi propia tontera...en un solo instante me encontré rodeado de luz.

Sin siquiera notarlo, me hallé en una ciudad extraordinaria, rodeado de gente. La transición fue tan imperceptible que ni siquiera me espanté al verme en un lugar completamente diferente, fue como si mi cerebro lo aceptase con toda naturalidad, como si incluso fuera una orden suya...la de viajar.

Estaba parado sobre una acera metálica, a mi izquierda había un edificio con forma de pirámide, de un tamaño descomunal, como el Tupungato.

Habían personas de todas las razas, vestían trajes cibernéticos, con un cinturón lleno de equipos electrónicos. Caminaban muy lento, muy arduamente. Se veía una inusual cantidad de enfermos de parálisis. Las vías para inválidos estaban por todos lados, yo diría que la mitad de la población tenía problemas musculares, o sicomotores, en fin, no eran para nada gente saludable.

Por mi parte yo me sentía de maravilla, sentía que mi mente había experimentado un cambio, estaba consciente de todo lo que me estaba pasando, sabía que me hallaba en otro mundo, sin embargo eso no me alarmaba, nada me importaba, sentía una profunda paz interior. Sin ningún rastro de preocupación me puse a caminar...así tranquilo, desenfadado.

Algunas personas me saludaban al pasar, como si yo fuera un actor o alguien que es popular. Simplemente respondía los saludos con igual cortesía. Estaba extrañado, es natural, pero igual me sentía sobrado de confianza, como si estuviera recorriendo mi casa.

Afuera de la gran pirámide, había una especie de recepción especial, 4 personas de traje y una doctora preciosa. A medida que avanzaba me di cuenta que me esperaban a mi. la doctora me saludo afectuosamente.

- Hola Hernán.

- Hola doctora.

- Como estuvo el viaje?

- Bien, agradable gracias, sigo sintiéndome extraño ahora...de que se trata todo esto?

- Esta bien, se te pasará. Que te pareció la ciudad?

- Oh, muy hermosa. Siempre soñé que vivía unos 300 años y conocía como sería la cosa en el futuro.

- 740 para ser exacto.

Obviamente me encontraba 740 años en el futuro. La doctora me explicaba que el hombre había alcanzado la tecnología para multiplicar las neuronas. Como es sabido, el hígado es el único tejido humano capaz de regenerarse, esto, gracias a un gen en particular que lo permite. Este gen, o más bien, la cadena de ADN correspondiente, fue aislada e insertada en los códigos genéticos de las neuronas. El resultado fue la inmediata reposición de las neuronas muertas. Esto fue logrado cerca del año 2530. Con este avance, se estimuló el cerebro hasta capacidades increíbles para la gente de mi tiempo. Super-inteligencia, telequinesis, telepatía, etc...en el 2590 se completó la teoría del campo unificado y 80 años después se alcanzó el viaje en el tiempo.

Me contó además que este mundo se hallaba en decadencia. Al descubrir la capacidad de desplazarse sin esfuerzo, el ser humano se volvió flojo, se vino un síndrome de atrofiamiento muscular. El genoma humano había entendido que no requería del uso de músculos por lo que se adaptó genéticamente heredando grandes capacidades telepáticas a nuestros hijos, pero a su vez una total parálisis.

- El ser humano ha degenerado, necesitamos genes de gente saludable y con la tecnología disponible los traemos desde el pasado.

- No se vuelven locos los viajeros?, acaso yo ya estoy loco?.

- No. eso lo manejamos en tu cerebro. Modificamos un poco tu capacidad sensorial de modo que entiendas la magnitud de este proyecto. Que lo entiendas hasta el fondo de tu sabiduría humana, por eso has estado tan tranquilo, tu cerebro estuvo preparado para entenderlo, y por lo tanto no enloqueció.

- Lo que mi cerebro entiende doctora, es que ustedes lo alteraron de alguna forma y es precisamente por eso que están metidos en este lío.

La doctora calló, me indicó que la siguiera y me llevó a un salón repleto de gente. Había todo tipo de jóvenes, de todas las épocas como lo indico ella. Pude reconocer algunos rostros como Jim Morrison y Jimi Hendrix. Ya comenté que todo me parecía normal.

- Doctora aquí están puro tomando y fumando.

- Así es, este es el salón de estimulación sicoactiva, puedes consumir todas las drogas que quieras.

- Nanaaa, en serio?, y por que?...

- Para tu propia estimulación mental y erótica, recuerda que te necesitamos por tus genes.

- pero y las drogas...?

- Eso lo corregimos a nivel de cromosomas, no hay peligro...

Aparecieron en seguida una serie de hermosas mujeres, digo hermosas. Con vestimentas sensuales así como lingerie.

- Puedes llevar todas las que quieras contigo, mientras a más fertilices mejor.

- De acuerdo doctora.

Si alguna vez se pensó en el paraíso del hombre moderno, yo me imagino que era algo como aquí. Imagina tener a dos minas ahí para que les hagas el amor. Son inteligentes, preciosas y tienen poderes...es como tener a mi bella genio y la hechizada juntas!.

La doctora explicaba que el portal del tiempo era inexacto aún con la tecnología disponible. El campo debía ser enfocado en áreas poco pobladas. Sus efectos son mortales los primeros minutos. Gente de mi tiempo murió al ser expuesta al campo, y lo identifiqué como la combustión espontánea. Pasada una hora recién podía comenzar el ingreso de gente y esto demoraba días. Por su ubicación muchos transportados no eran más que indios o ermitaños, los que con sus relatos distorsionaban la leyenda. La tecnología, por supuesto, fue mejorando hasta ser casi inofensiva, como en el caso mío.

- Yo oí que aquí habían criaturas horrorosas de una guerra estelar. - La doctora se largó a reír.

- Eso es puro cuento, Hernán. Aquí solo estamos los que aún podemos caminar y los enfermos. Sobre los enfermos no habló mucho. Yo supe a través de la gente que había allí, que tenían grandes instalaciones llenas de seres humanos postrados en sus camas, renunciando a su capacidad de desplazamiento mental, una especie de desear el lugar de destino y encontrarse ahí al momento siguiente. Preferían el paupérrimo movimiento de sus brazos antes de morir, extrañando, habiéndose farreado la vida.

Me contaban que la comunidad había tomado conciencia muy pocos años atrás y que la población sana no superaba el 5% mundial.

- Entonces esas instalaciones deben ser gigantes, millones.- le comentaba a un gringo.

- A mi no me importa para nada los inválidos, yo no me he ido por las mujeres.

- Es que uno puede irse cuando quiera?.

- Si, es como la ley aquí para nosotros. Nos invitan, nos ofrecen toda esta maravilla y si no nos gusta nos vamos.

- Ya veo, cuanto llevas aquí?.

- Un año.

- Y piensas volver?

- Eso no lo sé...pero siempre está la posibilidad.

A decir verdad, lo estaba pasando el descueve. Los transportados en el tiempo éramos celebridades, salvadores. Veníamos a recomponer la decadente genética del futuro con genes sanos y firmes. Las mujeres se nos ofrecían al paso. El gobierno compensaba económicamente a las madres que entregaban hijos fuertes al país. El asunto alcanzaba ribetes sociales y étnicos.

Se nos daba de todo, absolutamente todo. Todo lo que quisiéramos, excepto llevarnos a las instalaciones de enfermos. Decían que nos podríamos contaminar...me parece un cuento, en fin, con tanta vida soñada a quién le importa.

Sin embargo igual pensaba que había algo raro con los enfermos, es que eran demasiados. Sin autorización, me adentré en una de las gigantescas pirámides, que ahora ya sabía lo que eran. Simulando problemas para caminar, pase totalmente desapercibido. A nadie se le ocurriría que un viajero quisiera visitar la antesala del infierno. Pude adentrarme hasta las cámaras subterráneas, de las cuales había oído, se hallaban los casos mas dramáticos. Me encontré en una terraza sobre una arena, desde la cual podía observar diversas criaturas, humanoides por decirlo así. Alguien habló a mis espaldas.

- Eres un viajero verdad?

- Al voltearme quede petrificado de horror. El monstruo más espantoso, la figura mas abominable que jamás se me hubiera imaginado, me hablaba con cordialidad.

Sin poder evitarlo, vomité a sus pies. Su presencia era repugnante hasta el asco biológico. Este ser era lo más vil que hubiera presenciado. Me limpié la boca y levanté tan solo un poco la cabeza. La idea de volver a mirar el atroz aspecto de su rostro ya me daba arcadas nuevamente.

- Discúlpame.

- Te entiendo, pero me alegra que estés aquí.

- Por qué?

- Porque descubrirás la verdad sobre el futuro, la verdad sobre los enfermos.

- Que verdad?

- Que nos están exterminando.

- A ver...primero, que enfermos, tu estas enfermo?

- Sí.

- Se supone que se están quedando paralíticos, que te paso a ti?

- La parálisis es una enfermedad saludable en estos días. La deformación muscular genética es lo que extinguirá nuestra raza.

- Deformación muscular?, genética?, extinción?...de que hablas?...espera, ahora sòlo nacen engendros?

- Masas revueltas de carne, como yo...hay millones. Velos allá abajo.

- Me asomé y vi una jauría de animales grotescos, deformes, asquerosos.

- A nosotros nos están aniquilando, no aportamos a la sociedad. La polaridad de nuestras ondas es anulada por la pirámide. No podemos usar nuestras habilidades y por lo tanto no podemos salir.

- Es decir que el mundo actual tiene al 95% de la población convertida en..mmmm...y además encerrada para exterminar?

- Así es. Debes revelar a tu mundo las atrocidades que ocurren aquí.

- Y por qué, que tiene que ver mi mundo?.

- Es que no lo entiendes?, aquí ejecutan 4000 vidas todos los días! Semejante matanza no te conmueve?

- Si, por supuesto.

- O es que nuestro aspecto te repulsa tanto que nos prefieres muertos tu también?.

- No, no...simplemente no sé como ayudarte.

- Destruye el campo magnético de la pirámide.

- Espera, hablas de detonar una revolución.

El ser se alejo aparatosamente. Con un gesto como mandándome a la mierda.

- Otro lo hará.

Me sentí muy descorazonado de vivir en una sociedad similar a la que esclavizó a los negros, o a la nazi de hitler. Conversé este tema con los otros viajeros, dijeron que si no me gustaba podía irme, pero que de liberar a los monstruos, nadie estaba de acuerdo.

La doctora reconoció que me había ocultado la verdad. Que ya había habido una guerra y que en ese periodo incluso engendros habían escapado hasta mi tiempo, dando origen a supuestas criaturas estelares. Incluso las historias de monstruos de viajeros que habían llegado a mi tiempo eran ciertas.

Le pedí a la doctora que invirtiera el cambio hecho en mi, y que me borrara la memoria. Supuse que tenían la tecnología. Ella asintió tratando de convencerme que me quedara, que tuviera más hijos. Me negué obtusamente y me indicó que me intervendrían unos minutos antes del viaje de vuelta.

Cuando ingrese al salón del tiempo quede asombrado. Era una tecnología asombrosa, fuera de mi descripción. Había una silla...como decirlo, exagerada al centro, llena...pero llena de cables y sensores. La doctora me ofreció por última vez la oportunidad de quedarme. Escuchó mis razones solemnemente y se despidió.

Me quede solo en el cuarto, sentado en la gran silla. La doctora me observaba desde una consola de control, fuera de la bóveda del tiempo. Me relajé y pensé por última vez lo que estaba dejando: las mujeres, el carrete. Pero luego recordé a todos esos terribles seres, condenados a muerte por su deformidad, cuantas vidas humanas, torcidas por la mano intrusa de la ciencia. No pude evitarlo, un sentimiento de afecto hacia mi condición humana me hizo respetar la vida y contradecir lo que ahí se hacia.

Lunes 12 de junio, 11:54 pm. Estoy preparado para viajar en el tiempo y sucede lo inesperado. Un leve temblor sacude las instalaciones, algunas luces se apagan y vuelven a encender, la doctora se agita.

Elevo un poco la cabeza y veo hacia el pasillo un combate trabado entre dos guardias y una criatura morbosa. Esta los destroza con la desmesurada fuerzas de sus pseudo-brazos. Las doctora da ordenes, comienzan a aparecer mas guardias, se oyen disparos...explotan cabezas.

La situación se sale de control, las criaturas avanzan por los pasillos aniquilando a quien se le cruce, la pirámide debe ser evacuada y destruida.

- Debemos irnos Hernán, éste edificio será pulverizado.

- Yo no voy a ninguna parte, a mi me mandas de vuelta a mi casa!

El temblor era aún más fuerte, se desprendían paneles del techo, se apagaron las luces. Todo el lugar se venia abajo. La doctora me dio una ultima mirada furiosa y grito:

- De acuerdo. Te quieres ir?... vete!

- Acto seguido giró la llave del panel de control y yo regresé a mi tiempo.

Es increíble pensar en la guerra futurista que se desató al momento de mi partida. Vivo sabiendo que en otro tiempo se están aniquilando criaturas tal como lo cuentan en las leyendas. Vivo pensando en el momento en que lleguen aquí o cuando nosotros lleguemos a "ellos".

Como ya es obvio, la doctora no borró mi memoria. Volví a la ladera del cerro. A la fogata, con el lucho durmiendo plácidamente su sueño etílico. Sin decir una sola palabra me encamine a casa. El año que viví allá fue solo un segundo en mi época.


FIN.

Muchísimas gracias. Lo leeré y luego lo discutiré con el equipo editorial. Te pediré un nombre después o un nick para fimar el relato y así respetar tus derechos de autor :vale:

Gracias nuevamente.


Todo un éxito

Que haya aparecido un cuento ya es muestra de que fue un éxito... pensando en que los usuarios de la Elite hacen pinturas y esculturas más que literatura :awesome:
 
Habia una vez un hombre tan, pero tan pobre, que lo único que tenía era dinero.
Fin.
 
Muchísimas gracias. Lo leeré y luego lo discutiré con el equipo editorial. Te pediré un nombre después o un nick para fimar el relato y así respetar tus derechos de autor :vale:

Gracias nuevamente.




Que haya aparecido un cuento ya es muestra de que fue un éxito... pensando en que los usuarios de la Elite hacen pinturas y esculturas más que literatura :awesome:

Muchas gracias.
 
¿hasta cuando hay plazo?

Era hasta hace unas semanas... pero igual he tenido que retrasar todo por imprevistos.

Así que si tienes algo que te gustaría compartir para luego publicar en la revista, lo posteas acá o lo envías por interno.
 
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