El asunto es que las generadoras como negocio no pueden perder, y por un capricho de los políticos, con su sed de más dinero para robar despilfarrar, estas traspasan los costos al cliente. Ahora imagina a un ciudadano que levantó un molino por las suyas, sin que el Estado en su "infinita bondad lo haya subsidiado", y le impute un gravamen porque sí. Creo que en España sucedió algo así, específicamente con la luz del sol, castigando a toda esa gente que invirtió en paneles.
Los políticos son unos hijos de perra.