Bastante grosero el chiste, si es que se le puede dar ese título, y de paso ofenderá a más de algún animalista o mascotista por el trato altamente humillante, deshonroso y agresivo hacia el can, y ni decir del nombre que alude claramente a una marca de papel higiénico cuyo fabricante es bién recordado por haberse coludido con otras empresas del rubro para inflar artificialmente los precios de tan necesario y noble producto, que es lo que debería haber utilizado el mentado hombre harapiento, descripción que hace pensar sin lugar a dudas en un vagabundo o homeless como diría un millenial siútico y snob, y que analizando la situación de calle del individuo, su nulo aseo personal, sus harapos hediendo a sudor, excremento, orina, vómito y otros fluidos repugnantes y desconocidos, su vulgaridad y extrema brutalidad y su falta de dinero, hacen impensable que contara con papel higiénico sino que además de que tuviera una cita. Seamos más cuidadosos al momento de postear textos que supuestamente se desarrollan con un fin humorístico e hilarante pero que solo nos llevan a una profundísima reflexión o como se puede observar en muchos, a la ira más exacerbada.
