Suzaku
Come Mierda
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Introducción
Se acerca un próximo periodo de votaciones en Chile, en un ambiente que a mi parecer está bastante condensado. En las casas, en los colegios, las universidades, los trabajos, la gente, las familias, los amigos conversan sobre la política actual, y en mi caso personal, a mi alrededor sólo escucho quejas respecto al mal funcionar de la gestión jurisdiccional y administrativa que se lleva a cabo en los altos cargos políticos.
Mi principal duda, y lo que básicamente me detiene de realizar cualquier tipo de manifestación pública al respecto, es que posiblemente mi punto de vista esté afecto al medio en que me desenvuelvo, cuyo rango social considero no pequeño, pero sí limitado. En otras palabras, no estoy seguro de que mi consideración respecto al ambiente político-social nacional sea el mismo en todos los grupos sociales que conforman la sociedad chilena. De lo que sí estoy ciertamente más seguro, es que el único grupo social que se siente tranquilo y conforme, sin importar su posición son los mismos políticos.
Y esto es lo que me llama mayoritariamente la atención: la nula capacidad por parte de la sociedad civil de generar cambios reales en la política chilena. Desde todos los ámbitos en que se desenvuelve el estado chileno.
Desarrollo
Debo ser claro, no realizo esta crítica social esperando generar ideales de un país mejor, más libre, o más igualitario, a pesar de que ese sí sea mi sueño personal. Lo cierto es que existen infinitos factores que determinan el bienestar personal y grupal de los chilenos y es casi imposible que una organización compuesta por humanos pueda solventar los defectos y limitaciones de un humano y su naturaleza. Esta es mi primera hipótesis: no existirá una organización libre de defectos ni se podrá formular una sociedad ideal.
Derribando inmediatamente la posibilidad de lograr una sociedad comunista, un mercado democrático y abierto, un gobierno incorruptible, etc. Todos ideales fuertemente ligados al sueño de un mundo en que los humanos sean exactamente iguales unos de otros, debo realizar una analogía: si un niño debe ser castigado por su madre al hacer algo "malo" desde el punto de vista de ella, si un ladrón debe ser castigado al cometer un "crimen" desde el punto de vista de la víctima, si un trabajador debe ser expulsado de su trabajo al no "rendir" adecuadamente desde el punto de vista de su empleador; ¿por qué la sociedad civil no puede realizar acciones correctivas hacia los encargados de resguardar al estado chileno si ellos realizan acciones que sean erradas desde el punto de vista de la mayoría?
Y es que me enajena de ira el enterarme de noticias tan absurdas como los robos realizados en municipalidades, la falta de interés por parte del poder legislativo para presentarse en sus lugares de trabajo, la nula concordancia entre el "buen accionar" desde el punto de vista civil y el "buen accionar" desde el punto de vista judicial, los ultrajes a la población sin las consiguientes disculpas públicas, las faltas de respeto hacia el ciudadano al arrebatar de raíz sus derechos amparados en la constitución, la venta sin consulta de los recursos naturales nacionales a transnacionales extranjeras cuya consideración ambiental se limita al cumplimiento mínimo, las colusiones, la notoria búsqueda del bienestar personal por sobre el bienestar general.
Sin embargo, lo que me causa aún mayor sorpresa, y me hace sentir una cólera profunda, es observar cómo el ciudadano común conversa sobre los temas anteriores como si fueran un mero tema de conversación sin afección directa a su condición actual. Esos ciudadanos que sienten una antipatía muchas veces bien fundamentada respecto a la situación nacional actual, pero por alguna razón perciben esas acciones como algo tan ajeno a su entorno que se limitan a mencionarlo, sintiéndose incapacitados para generar un cambio, para realizar una acción correctiva, para mejorar el estado actual de las cosas.
Y el problema, mi problema, y lo que hace que me cause tal nivel de indignación, es que me doy cuenta que yo soy exactamente igual que ese ciudadano. Soy el tipo que conversa sobre el estado actual del país sin poder hacer algo al respecto, debido a que me siento limitado por las herramientas que se me entregan. Y es en ese momento en que pasan por mi mente las situaciones más ridículas, como imaginarme entrando a la moneda con un lanzallamas, o lanzando granadas hacia el interior del Congreso nacional, o incluso organizando una guerra civil.
Luego me nace escribir al respecto, tal vez pensando que alguien lea mis palabras y se sienta identificado, tal vez pensando que a través de esto, pueda generar un cambio, por muy mínimo que parezca, tal vez buscando acallar mi ira latente.
(Intento de) Conclusión
Lamentablemente sé que no puedo escribir siempre sobre lo mismo, y que no podré tolerar mucho más esta sensación, y espero no ser el único que se sienta de la misma forma, y espero que un día, dentro de pronto, pueda levantar la voz, o alguien la levante antes de mí y me de ánimos para actuar y por fin liberarnos de el statu quo que nos aprisiona y nos ultraja como ciudadanos.
Se que no he escrito opciones para cambiar el estado actual y evitar volver a lo mismo, a pesar de haber pensado en muchas. Pero ¿cómo pensar en las opciones, si no he logrado llegar aún a una solución para eliminar la estructura imperante? y lo más difícil, ¿Cómo encontrar una solución que no incluya un derramamiento de sangre cuando parece que el poder es una droga tan poderosa que impide que sus adictos lo dejen sin atacar?
En fin, sólo me queda seguir escribiendo.
Se acerca un próximo periodo de votaciones en Chile, en un ambiente que a mi parecer está bastante condensado. En las casas, en los colegios, las universidades, los trabajos, la gente, las familias, los amigos conversan sobre la política actual, y en mi caso personal, a mi alrededor sólo escucho quejas respecto al mal funcionar de la gestión jurisdiccional y administrativa que se lleva a cabo en los altos cargos políticos.
Mi principal duda, y lo que básicamente me detiene de realizar cualquier tipo de manifestación pública al respecto, es que posiblemente mi punto de vista esté afecto al medio en que me desenvuelvo, cuyo rango social considero no pequeño, pero sí limitado. En otras palabras, no estoy seguro de que mi consideración respecto al ambiente político-social nacional sea el mismo en todos los grupos sociales que conforman la sociedad chilena. De lo que sí estoy ciertamente más seguro, es que el único grupo social que se siente tranquilo y conforme, sin importar su posición son los mismos políticos.
Y esto es lo que me llama mayoritariamente la atención: la nula capacidad por parte de la sociedad civil de generar cambios reales en la política chilena. Desde todos los ámbitos en que se desenvuelve el estado chileno.
Desarrollo
Debo ser claro, no realizo esta crítica social esperando generar ideales de un país mejor, más libre, o más igualitario, a pesar de que ese sí sea mi sueño personal. Lo cierto es que existen infinitos factores que determinan el bienestar personal y grupal de los chilenos y es casi imposible que una organización compuesta por humanos pueda solventar los defectos y limitaciones de un humano y su naturaleza. Esta es mi primera hipótesis: no existirá una organización libre de defectos ni se podrá formular una sociedad ideal.
Derribando inmediatamente la posibilidad de lograr una sociedad comunista, un mercado democrático y abierto, un gobierno incorruptible, etc. Todos ideales fuertemente ligados al sueño de un mundo en que los humanos sean exactamente iguales unos de otros, debo realizar una analogía: si un niño debe ser castigado por su madre al hacer algo "malo" desde el punto de vista de ella, si un ladrón debe ser castigado al cometer un "crimen" desde el punto de vista de la víctima, si un trabajador debe ser expulsado de su trabajo al no "rendir" adecuadamente desde el punto de vista de su empleador; ¿por qué la sociedad civil no puede realizar acciones correctivas hacia los encargados de resguardar al estado chileno si ellos realizan acciones que sean erradas desde el punto de vista de la mayoría?
Y es que me enajena de ira el enterarme de noticias tan absurdas como los robos realizados en municipalidades, la falta de interés por parte del poder legislativo para presentarse en sus lugares de trabajo, la nula concordancia entre el "buen accionar" desde el punto de vista civil y el "buen accionar" desde el punto de vista judicial, los ultrajes a la población sin las consiguientes disculpas públicas, las faltas de respeto hacia el ciudadano al arrebatar de raíz sus derechos amparados en la constitución, la venta sin consulta de los recursos naturales nacionales a transnacionales extranjeras cuya consideración ambiental se limita al cumplimiento mínimo, las colusiones, la notoria búsqueda del bienestar personal por sobre el bienestar general.
Sin embargo, lo que me causa aún mayor sorpresa, y me hace sentir una cólera profunda, es observar cómo el ciudadano común conversa sobre los temas anteriores como si fueran un mero tema de conversación sin afección directa a su condición actual. Esos ciudadanos que sienten una antipatía muchas veces bien fundamentada respecto a la situación nacional actual, pero por alguna razón perciben esas acciones como algo tan ajeno a su entorno que se limitan a mencionarlo, sintiéndose incapacitados para generar un cambio, para realizar una acción correctiva, para mejorar el estado actual de las cosas.
Y el problema, mi problema, y lo que hace que me cause tal nivel de indignación, es que me doy cuenta que yo soy exactamente igual que ese ciudadano. Soy el tipo que conversa sobre el estado actual del país sin poder hacer algo al respecto, debido a que me siento limitado por las herramientas que se me entregan. Y es en ese momento en que pasan por mi mente las situaciones más ridículas, como imaginarme entrando a la moneda con un lanzallamas, o lanzando granadas hacia el interior del Congreso nacional, o incluso organizando una guerra civil.
Luego me nace escribir al respecto, tal vez pensando que alguien lea mis palabras y se sienta identificado, tal vez pensando que a través de esto, pueda generar un cambio, por muy mínimo que parezca, tal vez buscando acallar mi ira latente.
(Intento de) Conclusión
Lamentablemente sé que no puedo escribir siempre sobre lo mismo, y que no podré tolerar mucho más esta sensación, y espero no ser el único que se sienta de la misma forma, y espero que un día, dentro de pronto, pueda levantar la voz, o alguien la levante antes de mí y me de ánimos para actuar y por fin liberarnos de el statu quo que nos aprisiona y nos ultraja como ciudadanos.
Se que no he escrito opciones para cambiar el estado actual y evitar volver a lo mismo, a pesar de haber pensado en muchas. Pero ¿cómo pensar en las opciones, si no he logrado llegar aún a una solución para eliminar la estructura imperante? y lo más difícil, ¿Cómo encontrar una solución que no incluya un derramamiento de sangre cuando parece que el poder es una droga tan poderosa que impide que sus adictos lo dejen sin atacar?
En fin, sólo me queda seguir escribiendo.