SEATTLE (Reuters) - Un profesor estadounidense que prometió después de los ataques del 11 de septiembre no afeitarse hasta que Osama bin Laden fuera capturado o asesinado, finalmente cortó su barba cuando escuchó la noticia de que el líder de Al Qaeda había muerto.
Gary Weddle, un profesor de 50 años del estado de Washington cuya barba creció cerca de 15 pulgadas (38 centímetros) de largo, dijo que empezó a cortar su barba por primera vez luego de casi una década el domingo por la noche.
"Sigo muy conmovido por esto, por todas las muertes y destrucción", dijo Weddle en una entrevista. "Finalmente tengo un cierre", agregó.
Weddle, quien vive en East Wenatchee, Washington, dijo que estaba determinado a no afeitarse o cortar su barba en los días que siguieron al 11 de septiembre del 2001 tras leer que en Afganistán los líderes talibanes ejecutarían a hombres que se afeitaran.
"Yo soy un hombre temerario de Dios", dijo Weddle recordando cuán horrorizado estaba "al saber que miles de personas estaban siendo aplastadas", durante los ataques.
"No quiero olvidar. No voy a olvidar", declaró.
Weddle fue homenajeado el lunes por Jill Palmquist, director del colegio donde él trabaja, al anunciar a los estudiantes por medio del altavoz, que Weddle mantuvo su promesa en honor a las vidas que se perdieron en los ataques.
"Durante 3.454 días, el señor Weddle cumplió su promesa, de forma fiel y verdadera", dijo Palmsquit a los estudiantes. "Soportó burlas, bromas y comentarios sobre que era una causa perdida", agregó.
Weddle reconoció que a medida que su barba crecía se convirtió en una especie de estorbo.
Estaba en el jardín de su hogar cuando un amigo lo llamó el domingo en la tarde para contarle la noticia de la muerte de bin Laden.
Weddle dijo que al principio pensó que era una broma, pero que después de llorar por unos minutos, rápidamente empezó a quitarse el vello facial, cortándolo con tijeras para luego afeitarse con una navaja.
Sus vecinos se reunieron para ver y grabar el evento.
Su esposa Donita, feliz por tener un esposo que parece más joven, ahora "está siempre sonriendo", dijo Weddle, y el montón de barba lo guardó en una bolsa plástica.
"Nadie ganó realmente", dijo. "Todos resultaron heridos en esto", concluyó.
Tras diez años de espera, el profesor se quitó una espesa barba de 38 centímetros. 
