Más que por el incendio del Café Torres, ayer varios pedían decretar preemergencia por el humo que salió de la última locura de Aníbal Mosa: traer a Marcelo Bielsa al Colo.
Imagínese semejante notición, que, hay que admitirlo, desde que se oyó por primera vez a través de la radio Agricultura, para muchos no pasó de ser una chantería propia del “día de los inocentes”, pero que con el correr de las horas agarró un vuelo insospechado. Digno del Loco.
A ver. Para que cache el mote: el próximo 17 de estes mes, habrá directorio en B&N y Mosa quiere, sí o sí, ser el nuevo toqui. Y ahí entró en escena Víctor Cañas, periodista, ex dirigente de Puerto Montt y amigo personal del máximo accionista del Albo, quien le soltó a Pedro Carcuro que la meta de su socio es traer a Bielsa para que de una vez lo pesquen.
“Ya inició conversaciones con un representante de Bielsa para tantear la posibilidad de repatriarlo”, contó Cañas a La Cuarta, explicando que la idea es, aparte de reflotar al Eterno en la cancha, recuperar money. “Aníbal está preocupado, porque el club no tiene retornos. Ha invertido más de 20 millones de dólares y ve que el equipo no levanta cabeza. Entonces quiere dar un golpe a la cátedra”, dijo Cañas al diario pop.
La dura es que hasta ahí no pasaba de ser un cuento bonito, pero tirado de las mechas partiendo de la base que el Loco, cuando se fue de Chile, justamente peló que B&N había sido una de las empresas que estaban matando a nuestro tablón. De hecho, Cañas lo admitió “pues el tema ideológico es algo que deben resolver Aníbal y Bielsa”, pero el intento igual está en marcha.
Es más. Mosa encomendó a su socio Paul Fontaine la pega de sondear al DT del Athletic, por lo que el ex asesor de Marco Enríquez-Ominami, voló a España y ya sostuvo un primer acercamiento con el ex DT de la Roja.
Según cercanos a la transa, Fontaine había logrado acercarse al Loquito para presentarle el proyecto, que en el círculo de Mosa significaría invertir cerca de 3 palos verdes para repatriarlo, y hoy se espera que el rosarino dé una respuesta para, al menos, sentarse a negociar.
Una locura total...
