davorfinder
Hincha Huevas
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- 2005/06/11
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barnavas dijo:Con esa carta, pues me das la razón por:
Uno. Allende siguió un argumento estrictamente legal y exegético, aprobando lo fallado por la C.S. (que, personalmente, creo lo correcto), desconociendo que los delitos de lesa humanidad no prescriben (según algunos). La imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad fue el criterio que se siguió en todo el orbe luego de los juicios en Alemania, criterio que estaba en esa época por sobre los tribunales de cada país. Allende desconoció eso y, muy por el contrario, este pseudo idealista y adalid de muchos, optó por reproducir argumentos legales o jurisprudenciales mientras el criminal de guerra seguía en nuestro país.
Dos. Allende con su actitud, además de ser inconsecuente con sus ideas en el fondo mismo (pues acá no importa el añadir un párrafo zalamero "...condene una vez más los alevosos crímenes cometidos por el nazismo y sus servidores", como si eso algo significara), desconoció los tratados internacionales válidamente suscritos por nuestro país luego de la Segunda Guerra Mundial, entre ellos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, cuando con su acto pasivo aseguraba la impunidad de un Nazi a quien se le atribuía la muerte de más de 500 mil personas.
Tres. Por ende, esa carta abúlica es un cúmulo de inconsecuencias por al menos dos flancos. Allende defiende la legalidad de nuestra Constitución y de las decisiones de la C.S., pero a la vez, desconoce que con su acto pasivo, como jefe superior del Estado chileno, se transgrede la Convención antes dicha, asegurando la impunidad de un Nazi. Allende no estaba atado de manos como el mismo parece excusarse, pues tenía en su favor TODO el Derecho Internacional y TODAS las Cortes internacionales de Derechos Humanos , pero como era un cagón, optó por no tener problemas en su Gobierno y ahondar así su crisis, tranzando inclusive sus ideales tan amados.
O sea, un chiste.
A esto ya me referí previamente...en la carta, Allende intenta explicar a Wiesenthal que no le corresponde decidir a él sobre la extradición de Rauff, pues ya existe una sentencia de la Corte Suprema, que data del año 62 o 63, es decir, se trata de un asunto en que ya existe cosa juzgada y en el cual el gobierno alemán tuvo la oportunidad de intervenir. Allende no aprueba o desaprueba lo expresado por la CS, se limita a ponerlo en conocimiento del solicitante.
Además, sobre la postura de Allende frente a la imprescriptibilidad de los delitos contra la humanidad, cabe destacar que fue precisamente el asesor jurídico de Allende, Eduardo Novoa Monreal quien defendió esa tesis en el proceso sobre la extradición de Rauff, en representación del Estado Alemán. Ahora bien, por sí, esto no es indicativo de la inclinación por una u otra postura, pero no veo la inconsecuencia de Allende, aún cuando hubiese sido partidario de la prescripción en esta materia, porque de ser así sólo sería una manifestación de una postura personal (que considero errada), ello no tiene relación con el hacer de su "prole".
No entiendo donde está la inconsecuencia, si aún hoy, lo que decidan los Tribunales de Justicia no pasa por el control del Presidente de la República y si se vulneran derechos fundamentales, corresponde dirigirse a un Tribunal Internacional de DDHH , como en el caso "Almonacid y otros contra Chile".
Claro que existían las convenciones sobre crímenes de guerra, pero no los instrumentos jurídicos para que Allende dejara sin efecto lo resuelto por la CS o reabriera el proceso, sin vulnerar también el orden constitucional.
En la misma carta le explica la forma en que tendría que realizarse un nuevo pedido de extradición, señalando que resolverlo corresponde a los Tribunales.
En su libro, Wiesenthal señala todo esto y se refiere a una segunda carta donde se solicitaría la expulsión por vía administrativa de Rauff, lo cual no llegaría a concretarse por la muerte de Allende.
Creo que estas viendo sólo lo que quieres ver.
Eso.