Ya se viene el momento en donde el matrimonio, como institución garantizada por los estados, se va a terminar. Y está bien que sea así, especialmente con una estructura que nació, en los estados modernos, de manera conjunta con el desarrollo del capitalismo y la no separación de los vínculos entre política y religión.
Y no veo que se vaya a acabar el mundo por relaciones familiares de más de dos personas, además de que sean del mismo sexo. A menos que se trate del estúpido del pastor Soto.