Al principio, estos conocimientos se utilizarán para prevenir enfermedades como la fibrosis quística o problemas de corazón. Luego, se dará el salto a querer otro tipo de ventajas, pues habrá gente que deseará darle a sus hijos una vida más larga, ciertas cualidades atléticas y, en último término, llegarán las mejoras de la capacidad intelectual. Y la persona que tenga dinero, siempre encontrará a alguien que le vaya a hacer este experimento. Ahora bien, se plantea un dilema ético: que sólo las clases acomodadas tendrán una descendencia mejor, abriéndose más el abismo entre ricos y pobres.
Todo esto es una consecuencia lógica del capitalismo combinado con los avances de la biotecnología. Estas nuevas tecnologías son un arma de doble filo: pueden curar enfermedades y proporcionar una vida más fácil, pero, si todo lo va a controlar el dinero, la sociedad se escindirá. Así, se puede predecir que la raza humana se dividirá en dos especies. Y esto lo va a causar los propios individuos, lo que no es censurable, aunque tampoco quita que las consecuencias puedan ser horribles.