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Plasta Culiad@
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Los conflictos diplomáticos que detonaron la Primera Guerra Mundial se endurecieron con la firma de los Tratados de Versalles. La crisis económica de los años 30 y la consolidación de ideologías fascistas concluyó en la Segunda Guerra Mundial, y terminó con la vida de más de 60 millones de personas alrededor del mundo. La totalidad del orbe reaccionó ante el conflicto que superaba las escalas de la que se creía había sido la Gran Guerra. Tras ocho años de lucha, si se considera desde el inicio de la guerra en el Pacífico, el mundo reparó en las consecuencias del enfrentamiento que cambió la historia para siempre.
Desde entonces, el conflicto ha sido ampliamente estudiado, documentado y analizado, pero aquellos que amamos la historia sabemos que ésta siempre guardara episodios con misterio e incógnitas. Aquí, un listado de situaciones no resueltas de la guerra y personajes que desaparecieron con los años.
La bandera sagrada de los nazis
Como parte del descontento generado por el armisticio de la Primera Guerra Mundial y los consecuentes Tratados de Versalles, Hitler encabezó un golpe de estado en 1923 con miras a establecer un gobierno de extrema derecha.
El Putsch de Münich intentó tomar los principales edificios gubernamentales de la ciudad y declarar la provincia en rebeldía, esperando que el resto de la población alemana se uniera.
En un golpe que recuerda al levantamiento de Mussolini, 3 mil nazis tomaron como prisionero al alcalde de la provincia y ocuparon edificios públicos. La policía, leal a la República, enfrentó a los golpistas, detuvo el golpe y arrestó a los nacionalsocialistas, Hitler entre ellos. Enjuiciado y sentenciado, tras nueve meses en la cárcel, Hitler recibió una bandera nazi con la sangre de los 16 miembros muertos en el golpe; la Blutfahne.
De este modo, la mítica bandera del Putsch se convirtió en el primer símbolo de la mitología nazi, siendo la responsable de “santificar” al resto de banderas de la Alemania nacionalsocialista. Fue vista por última vez en octubre de 1944 pero se desconoce si fue destruida o tomada como botín de guerra por algún soldado. El guardia de la SS responsable de su cuidado sobrevivió a la guerra, sin certeza del paradero de la bandera y murió en la pobreza.
La lista de soldados británicos en Auschwitz
Auschwitz, el campo de concentración más terrible en la historia de la Alemania nazi, guarda múltiples secretos, algunos de los cuales pueden ser develados en el documental Auschwitz: Inside the Nazi State. Uno de esos misterios surgió en 2009, durante trabajos de mantenimiento del campo cuando se encontró un papel con una extraña lista de 17 nombres de soldados británicos seguidos de checkmarks y palabras en alemán: “nunca”, “desde entonces”, “ahora”.
Al respecto de esta lista, existen múltiples teorías. Una establece, por ejemplo, que eran prisioneros británicos en el campo que habían cambiado de bando o bien, que los nombres de Osborne, Lawrence o Gardiner eran parte de una división británica de la SS que peleó del lado alemán.
El gran globo terráqueo de Hitler
Satirizado por la película The Great Dictator, de Charles Chaplin, el misterio consiste en el paradero del gran globo terráqueo que adornaba la oficina privada de Hitler en Berlín. Este tipo de globos Columbus fueron populares entre los dirigentes nazi, y a pesar de que varios se exhiben en los museos de Berlín, ninguno ha podido confirmarse como el del Führer, que se dice era tan grande como un Volkswagen.
Raoul Wallenberg
Tras la ocupación nazi de Hungría, en 1944, la deportación de judíos se aceleró en aras de concluir la exterminación de la población judía europea. Sin embargo, Raoul Wallenberg, diplomático sueco, se encargó de repartir papeles suecos para salvar a más de 100 mil judíos. Con la llegada del Ejército Rojo a Budapest, fue arrestado por los soviéticos y desapareció. Las versiones difieren en este punto, puesto que se cree que murió en 1947 por un ataque al corazón en una prisión soviética tras un largo interrogatorio, aunque no todos aceptan esta versión y consideran que aún hay más información que debe salir a la luz.
Heinrich Müller
El Jefe de la Policía secreta alemana, la Gestapo, desapareció en los últimos días de la guerra para evitar ser arrestado y enjuiciado por las autoridades aliadas. La versión oficial indica que murió en Berlín, en 1945, y que fue enterrado en una fosa común de un cementerio judío, información que se sabe a partir del testimonio del propio sepulturero y de un presunto certificado de muerte. Sin embargo, en los últimos días de la guerra, con la presión del ejército soviético avanzando sobre Berlín, aquellas cabecillas nazis que no se suicidaron, fingieron su muerte, consiguieron certificados de muerte falsos y escaparon de la ciudad a través de salvoconductos. El Jefe de la temible Gestapo nunca fue enjuiciado por sus crímenes de guerra.
El cadáver de la Operación Mincemeat
En 1943, los aliados prepararon un gran desembarco en costas mediterráneas para asegurar el control del mar, debilitando las posiciones del Eje en la zona. Con el ojo fijo en Sicilia, desde donde podría iniciarse una invasión a gran escala, los aliados idearon un plan para distraer la atención de los alemanes respecto al lugar dónde se llevaría acabo la invasión. Por ello, idearon el plan de arrojar un cadáver en las costas españolas con documentos confidenciales que los alemanes pudieran interceptar, decodificar y creer que el gran desembarco sería en los Balcanes. El cadáver tuvo una identidad falsa, como comandante William Martin, quien tenía novia, tarjeta bancaria y había sido declarado como baja en los diarios británicos.
Los alemanes interceptaron el cadáver, cayeron en la trampa y movieron las tropas hacia Atenas y las islas de Córcega y Cerdeña, permitiendo que los aliados llevaran a cabo la Operación Husky. Respecto al cadáver utilizado para la Operación Mincemeat, se desconoce la verdadera identidad del hombre pero la versión con mayor credibilidad consiste en que se utilizó el cadáver de un granjero que había muerto por neumonía y cumplía con los requisitos para aparentar una muerte en el mar.
El traidor de Jean Moulin
La Resistencia francesa es un ícono de la Segunda Guerra Mundial, que a través del sabotaje y el espionaje lucharon contra los nazis desde la clandestinidad y sirvieron como fuente de información para las tropas aliadas que se abrían paso en territorio ocupado. Los máximos dirigentes de la Resistencia permanecen aún hoy en el anonimato, aunque en 1943, la Gestapo irrumpió en una junta de los líderes y arrestó a algunas de las cabecillas.
Los presentes fueron arrestados, incluido Jean Moulin, el dirigente más importante de la Resistencia capturado por los nazis. Hasta la fecha, la identidad de la persona que reveló el lugar y la hora de la junta en Caluire es un misterio, aunque se sospecha de un joven miembro de la resistencia, quien no fue esposado durante el arresto y no fue perseguido por la Gestapo. Jean Moulin fue interrogado, torturado y murió camino a Berlín.
Rudolf Hess
El Secretario de Hitler, figura clave en el organigrama nazi, voló en solitario hacia Inglaterra el 10 de mayo de 1941 desde una pista privada. Burlando las defensa de la RAF, logró saltar en paracaídas y entregarse a un granjero local. En su interrogatorio con las autoridades británicas, Hess afirmó que su visita respondió a negociaciones de paz, puesto que Alemania pronto entraría en guerra con la Unión Soviética y quería evitarse una guerra de dos frentes.
El gobierno nazi nunca se posicionó al respecto, por lo que Hess fue hecho prisionero en la Torre de Londres, donde permaneció hasta el final de la guerra, manteniendo el misterio de su solitario viaje. Más tarde, Hess participó en los Juicios de Nüremberg, fue sentenciado y murió en prisión en los años 80.
El avión fantasma del Pacífico
El 8 de diciembre de 1942, los radares de Estados Unidos en la base de Pearl Harbor detectaron un avión solitario que provenía del mar. Dos cazas despegaron para cumplir la misión de reconocimiento, encontrando un avion P-40 estadounidense con marcas utilizadas un año antes, en el ataque de Pearl Harbor. El avión tenía el tren de aterrizaje destruido, la cabina con rastros de metralla y el piloto desplomado en la cabina, con lo que parecía sangre fresca.
Los pilotos aseguran que el hombre a bordo del P-40 se movió y saludó a los pilotos antes de que su nave se fuera en picada y se estrellara. Los soldados inspeccionaron el sitio del choque pero no encontraron rastros del piloto, sólo un diario en el que leyeron que el piloto había despegado de la isla de Mindanao, a mil 300 millas de Hawai. La única teoría respecto a este misterioso avión fue que quizá el piloto sobrevivió en la isla de Mindanao, reunió las partes necesarias para reparar su avión e intentó volver a casa, muriendo en el camino.
http://culturacolectiva.com/misterios-resueltos-de-la-segunda-guerra-mundial/
don 
serugiran charcha culiao
