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El siguiente opúsculo (libro pequeño, pa' que entiendan) fue escrito por un autor argentino llamado Ebbenezer Cunningham, en el cual describe de manera genial y magistral COMO SON LOS ZURDOS.
Si bien el libro es de 1998 y su última publicación en internet data de 2004, NO HA PERDIDO PARA NADA SU VIGENCIA.
Y si bien este pequeño libro describe a los zurdos con jerga argentina y algunas situaciones propias de ese país, la descripción NO PIERDE NINGUNA VALIDEZ SI SE APLICA A CUALQUIER OTRO PAÍS.
Por lo mismo, y dada la INSURRECCIÓN REVOLUCIONARIA, por que NUNCA FUE UN ESTALLIDO SOCIAL, DESATADA POR LA IZQUIERDA EN OCTUBRE DEL AÑO PASADO, procedo a colocarlo a disposición del antroniano para ayudar a comprender mejor este proceso nefasto que tiene a nuestro país con el culo a 2 manos por culpa de estos nefastos y cancerosos parásitos rojos.
PRIMERA PARTE:
Si bien el libro es de 1998 y su última publicación en internet data de 2004, NO HA PERDIDO PARA NADA SU VIGENCIA.
Y si bien este pequeño libro describe a los zurdos con jerga argentina y algunas situaciones propias de ese país, la descripción NO PIERDE NINGUNA VALIDEZ SI SE APLICA A CUALQUIER OTRO PAÍS.
Por lo mismo, y dada la INSURRECCIÓN REVOLUCIONARIA, por que NUNCA FUE UN ESTALLIDO SOCIAL, DESATADA POR LA IZQUIERDA EN OCTUBRE DEL AÑO PASADO, procedo a colocarlo a disposición del antroniano para ayudar a comprender mejor este proceso nefasto que tiene a nuestro país con el culo a 2 manos por culpa de estos nefastos y cancerosos parásitos rojos.
FUNDACION BLACKWAR
Organización no Gubernamental de ecología social,
por un país sin plagas.
Presenta:
"PERDÓN POR LA IZQUIERDA"
Por
EBBENEZER CUNINGHAM
(Agente de la CIA - Ex asesor de Tachito Somoza- Mano de obra desocupada)
Colección Viva Perón, vol. CLIV
Editorial Viva Perón
Ciudad Eva Perón, MCMXCVIII
Ultima Tirada, MMIV
Organización no Gubernamental de ecología social,
por un país sin plagas.
Presenta:
"PERDÓN POR LA IZQUIERDA"
Por
EBBENEZER CUNINGHAM
(Agente de la CIA - Ex asesor de Tachito Somoza- Mano de obra desocupada)
Colección Viva Perón, vol. CLIV
Editorial Viva Perón
Ciudad Eva Perón, MCMXCVIII
Ultima Tirada, MMIV
PRIMERA PARTE:
INTRODUCCIÓN
Gilbert K. Chesterton
Cuenta una vieja leyenda apócrifa que cierta vez un huérfano recibió como regalo un jugoso costillar de novillo. Aunque había escuchado hablar de la existencia del asado, la ausencia de un padre que lo iniciara en tan antigua costumbre le privaba de toda experiencia práctica en la materia. Decidió entonces buscar en los libros la solución a su problema culinario.
Nuestro huérfano era economista, así que estudió la manera de obtener la mayor cantidad de proteínas con el menor esfuerzo y reduciendo costos.
Invitó a sus amigos al festín y les sirvió carne cruda.
Como la carne estaba algo abombada, los más débiles murieron o enfermaron. Los más fuertes, en cambio, superada la repulsión inicial, no solamente terminaron con el costillar sino que siguieron con los cadáveres, luego con los enfermos y al final -ya irrevocablemente cebados por la sangre- comenzaron a devorarse entre ellos.
El anfitrión sacó una conclusión científica: "el canibalismo es una ley de la naturaleza".
Fue el primer liberal.[1]
Otro economista -primo del anterior y guacho[2] como su pariente- reaccionó con violencia y lanzó al mundo universo una verdad indiscutible: no importa cuanto cueste, la carne debe comerse cocida.
Y satisfecho de sí mismo y de su antítesis, dejó el asado en las brasas hasta que se quemó por completo.
Fue el primer zurdo.
Un zurdo es, entonces, alguien que cree que para evitar el canibalismo hay que comer carbón.
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[1] Este trabajo trata sobre la izquierda revolucionaria y socialdemócrata por lo que sólo incidentalmente me referiré a los liberales. Esta omisión voluntaria obedece a la necesidad de limitar debidamente el tema y no a que los liberales -padres del capitalismo- sean ninguna joya. Si sobrevivo con éxito a la publicación de este librito, tal vez dedique otro a los liberales, inseparables compañeros de ruta de los zurdos y sus socios en el nuevo orden mundialista.
[2] Recuérdese que ambos son huérfanos.
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I - ALGUNAS DEFINICIONES
II - GENESIS DEL ZURDO
III - HABITAT
IV - CLASIFICACION
V - COSMOVISION
VI - LOS INTELECTUALES
VII - LABUROFOBIA (TRABAJOFOBIA)
VIII - EL ZURDO NO NACE, SE HACE
IX - LO QUE CUESTA VALE
X - FINANCIAMIENTO
XI - ¡ZURDO AMARGADO!
XII - EL TERCER OJO
XIII - LA ALIENACION PERMANENTE
XIV - SOLIDARIDAD DEL ZURDO
El que todos lleguemos a vivir en casas igualmente hermosas, es un sueño que podrá o no realizarse; pero el que todos vivamos juntos en la misma encantadora morada, no es ya un sueño, sino una espantosa pesadilla. Que un hombre pueda sentir afecto para todas las viejas existentes es un ideal que parece imposible; pero que llegue a ver a todas las viejas con los mismos ojos que a su madre, no sólo es imposible, sino abominable.
Gilbert K. Chesterton
Nuestro huérfano era economista, así que estudió la manera de obtener la mayor cantidad de proteínas con el menor esfuerzo y reduciendo costos.
Invitó a sus amigos al festín y les sirvió carne cruda.
Como la carne estaba algo abombada, los más débiles murieron o enfermaron. Los más fuertes, en cambio, superada la repulsión inicial, no solamente terminaron con el costillar sino que siguieron con los cadáveres, luego con los enfermos y al final -ya irrevocablemente cebados por la sangre- comenzaron a devorarse entre ellos.
El anfitrión sacó una conclusión científica: "el canibalismo es una ley de la naturaleza".
Fue el primer liberal.[1]
Otro economista -primo del anterior y guacho[2] como su pariente- reaccionó con violencia y lanzó al mundo universo una verdad indiscutible: no importa cuanto cueste, la carne debe comerse cocida.
Y satisfecho de sí mismo y de su antítesis, dejó el asado en las brasas hasta que se quemó por completo.
Fue el primer zurdo.
Un zurdo es, entonces, alguien que cree que para evitar el canibalismo hay que comer carbón.
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[1] Este trabajo trata sobre la izquierda revolucionaria y socialdemócrata por lo que sólo incidentalmente me referiré a los liberales. Esta omisión voluntaria obedece a la necesidad de limitar debidamente el tema y no a que los liberales -padres del capitalismo- sean ninguna joya. Si sobrevivo con éxito a la publicación de este librito, tal vez dedique otro a los liberales, inseparables compañeros de ruta de los zurdos y sus socios en el nuevo orden mundialista.
[2] Recuérdese que ambos son huérfanos.
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I - ALGUNAS DEFINICIONES
ABSURDO: dícese de cualquier doctrina filosófica o política procedente de la izquierda.
IZQUIERDA: Conjunto de grupos políticos partidarios del cambio (Pequeño Larousse)
IZQUIERDEAR: Apartarse de lo recto.(Id.)
IZQUIERDISTA: Partidario de la izquierda (Ibid.)
ZURDO: Imberbe, infiltrado; sinónimo: estúpido que grita (Juan Domingo Perón, 01/05/1974)
IZQUIERDA: Conjunto de grupos políticos partidarios del cambio (Pequeño Larousse)
IZQUIERDEAR: Apartarse de lo recto.(Id.)
IZQUIERDISTA: Partidario de la izquierda (Ibid.)
ZURDO: Imberbe, infiltrado; sinónimo: estúpido que grita (Juan Domingo Perón, 01/05/1974)
II - GENESIS DEL ZURDO
Según recientes investigaciones de tan afamados como ignotos científicos, un zurdo puede producirse por tres causas, a saber:
a) Por reacción.
b) Por contagio.
c) Por formación.
a) El zurdo por reacción o zurdo con causa
Es el que está en contra de la propiedad privada por verse privado de toda propiedad. En realidad no está en contra de la propiedad privada, si no de la propiedad ajena. Es el proletario desposeído y sin esperanza de poseer que se rebela contra el capitalista que cree que lo oprime y que, además, efectivamente lo oprime. No es este zurdo, que actúa por móviles humanos y comprensibles, el objeto de nuestro estudio. Quien se hace marxista para alimentar a su familia, deja de serlo cuando consigue trabajo, vivienda y crédito barato.
Ningún proletario va a comer carbón si se le permite llevar a la mesa un buen plato de tallarines con tuco.
b) El zurdo por contagio o pavolche
Típico exponente de la clase media/media alta, que se hace zurdo por solidaridad con la clase obrera, porque es muy sensible, porque es un cazador de utopías, porque el Che Guevara está divino con esa boina, porque le fascina Neruda, porque está angustiado, porque es intelectual, porque el padre no le presta el auto y para que no ganen los peronistas.
Suelen veranear en Las Leñas, Camboriú o Punta del Este, mueren por el Nano Serrat y Mercedes Sosa (la que anda en Mercedes... Benz) y, of course, darling, votaron a Graciela. (Y ahora son K.)
c) El zurdo por formación o zurdo terminal
Aunque parezca difícil de creer, es aquel zurdo que invirtió varios años de su vida estudiando para ser zurdo, de tal manera que cuando se recibe uno no sabe si felicitarlo o darle el pésame. Preferentemente se inclinan hacia el magisterio, trabajo social, psicología, sociología, periodismo o sacerdocio católico.
a) Por reacción.
b) Por contagio.
c) Por formación.
a) El zurdo por reacción o zurdo con causa
Es el que está en contra de la propiedad privada por verse privado de toda propiedad. En realidad no está en contra de la propiedad privada, si no de la propiedad ajena. Es el proletario desposeído y sin esperanza de poseer que se rebela contra el capitalista que cree que lo oprime y que, además, efectivamente lo oprime. No es este zurdo, que actúa por móviles humanos y comprensibles, el objeto de nuestro estudio. Quien se hace marxista para alimentar a su familia, deja de serlo cuando consigue trabajo, vivienda y crédito barato.
Ningún proletario va a comer carbón si se le permite llevar a la mesa un buen plato de tallarines con tuco.
b) El zurdo por contagio o pavolche
Típico exponente de la clase media/media alta, que se hace zurdo por solidaridad con la clase obrera, porque es muy sensible, porque es un cazador de utopías, porque el Che Guevara está divino con esa boina, porque le fascina Neruda, porque está angustiado, porque es intelectual, porque el padre no le presta el auto y para que no ganen los peronistas.
Suelen veranear en Las Leñas, Camboriú o Punta del Este, mueren por el Nano Serrat y Mercedes Sosa (la que anda en Mercedes... Benz) y, of course, darling, votaron a Graciela. (Y ahora son K.)
c) El zurdo por formación o zurdo terminal
Aunque parezca difícil de creer, es aquel zurdo que invirtió varios años de su vida estudiando para ser zurdo, de tal manera que cuando se recibe uno no sabe si felicitarlo o darle el pésame. Preferentemente se inclinan hacia el magisterio, trabajo social, psicología, sociología, periodismo o sacerdocio católico.
III - HABITAT
El zurdo es un bicho con definida vocación insular.
Vive en islas, aislado de la realidad que lo circunda y avasalla. Por ejemplo en Cuba, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o en la Universidad Nacional de La Plata.
Cuando la geografía no los favorece construyen muros, como el de Berlín, para evitar que los capitalistas entren a gozar de los beneficios del socialismo triunfante.
Vive en islas, aislado de la realidad que lo circunda y avasalla. Por ejemplo en Cuba, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o en la Universidad Nacional de La Plata.
Cuando la geografía no los favorece construyen muros, como el de Berlín, para evitar que los capitalistas entren a gozar de los beneficios del socialismo triunfante.
IV - CLASIFICACION
Abarcan desde los microorganismos hasta algunos vertebrados inferiores, como los reptiles. De estos últimos se conocen más de cinco mil especies.
Los microorganismos se caracterizan por su virulencia y aunque suelen ser invisibles hasta para el microscopio electrónico a veces tienen graves secuelas como tachos de basura destruídos, vidrieras rotas y ómnibus incendiados.
Estas células zurdas, si bien sumamente peligrosas, suelen perder fuerza por su invencible tendencia a la cariocinesis.
Por ejemplo, del Partido Bolchevique surgen el Partido Bolchevique Revolucionario y el Partido Trotskista. El Partido Bolchevique Revolucionario se divide en Partido Bolchevique 22 de Agosto y Partido Bolchevique Auténtico; el Partido Trotskista, a su vez, se parte en Partido Trotskista Leninista y Partido Trotskista Proletario. Del Partido Bolchevique 22 de Agosto surge la línea Partido Bolchevique 22 de Agosto a la mañana, mientras el Partido Bolchevique Auténtico genera al Auténtico Partido Comunista. Al mismo tiempo, disidentes trotskistas fundan la Agrupación Socialismo Revolucionario. Finalmente, algunos integrantes de cada movimiento constituyen el FRENTE UNIDAD DE IZQUIERDA, que a su vez se fracciona en la Unidad de la Izquierda Auténtica y las Fuerzas Revolucionarias Guevaristas. Y así...
Entre los zurdos mas evolucionados se destacan los del subgenero metamorfico, especie parásita de otros organismos superiores. El metamórfico puede parecer radical, peronista o conservador, pero es zurdo. Esta especie, perseguida por el celebre David Vincent, se distingue de los seres humanos únicamente porque no sangran, no pueden doblar el dedo meñique y sus cadáveres desaparecen[1]
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1] Observese que el filosofo zurdo de moda en Francia, Andre Gorz, no se define a si mismo como “marxista” sino como “marxiano” (Ver “La Nacion” del 8/11/97, pag. 27). Es lo que yo digo, los zurdos son de otro planeta.
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Los microorganismos se caracterizan por su virulencia y aunque suelen ser invisibles hasta para el microscopio electrónico a veces tienen graves secuelas como tachos de basura destruídos, vidrieras rotas y ómnibus incendiados.
Estas células zurdas, si bien sumamente peligrosas, suelen perder fuerza por su invencible tendencia a la cariocinesis.
Por ejemplo, del Partido Bolchevique surgen el Partido Bolchevique Revolucionario y el Partido Trotskista. El Partido Bolchevique Revolucionario se divide en Partido Bolchevique 22 de Agosto y Partido Bolchevique Auténtico; el Partido Trotskista, a su vez, se parte en Partido Trotskista Leninista y Partido Trotskista Proletario. Del Partido Bolchevique 22 de Agosto surge la línea Partido Bolchevique 22 de Agosto a la mañana, mientras el Partido Bolchevique Auténtico genera al Auténtico Partido Comunista. Al mismo tiempo, disidentes trotskistas fundan la Agrupación Socialismo Revolucionario. Finalmente, algunos integrantes de cada movimiento constituyen el FRENTE UNIDAD DE IZQUIERDA, que a su vez se fracciona en la Unidad de la Izquierda Auténtica y las Fuerzas Revolucionarias Guevaristas. Y así...
Entre los zurdos mas evolucionados se destacan los del subgenero metamorfico, especie parásita de otros organismos superiores. El metamórfico puede parecer radical, peronista o conservador, pero es zurdo. Esta especie, perseguida por el celebre David Vincent, se distingue de los seres humanos únicamente porque no sangran, no pueden doblar el dedo meñique y sus cadáveres desaparecen[1]
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1] Observese que el filosofo zurdo de moda en Francia, Andre Gorz, no se define a si mismo como “marxista” sino como “marxiano” (Ver “La Nacion” del 8/11/97, pag. 27). Es lo que yo digo, los zurdos son de otro planeta.
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El metamórfico puede parecer radical, peronista o conservador, pero es zurdo.
V - COSMOVISION
El universo del zurdo se divide en tres categorías:
a) Los explotadores, que mantienen la superestructura capitalista.
b) Los explotados (también llamados giles, es decir, nosotros) que se dejan explotar por inconscientes prejuicios burgueses.
c) Los zurdos, que avivando giles, destruirán a los explotadores.
Resulta que los explotadores se quedan con un coso que se llama plusvalia –luego volveremos sobre este tema- y que parece ser que producen los giles, que son tan giles que ni saben que lo producen. De ahí que la misión apostólica del zurdo consista en conscientizar giles.
Todavía perdura por tradición oral, en las campiñas alemanas, aquella conocida historia del zurdo que en pleno siglo XIX fue a convencer a un tosco campesino. El diálogo nos ha llegado casi intacto:
ZURDO: Camarada: una vez que en el curso del desarrollo hayan desaparecido las diferencias de clase y se haya concentrado toda la producción en individuos asociados, el poder público perderá su carácter político. El poder político, hablando propiamente, es la violencia organizada de una clase para la opresión de la otra.
CAMPESINO: ¡Qué lo parió...! Se me corre, que me está pisando la cebolla.
ZURDO: Si en la lucha contra la burguesía el proletariado se constituyó indefectiblemente en clase; si mediante la revolución se convierte en clase dominante y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza las viejas relaciones de producción, las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de las clases en general, y, por lo tanto, su propia dominación como clase.
CAMPESINO: Parece que la papa va a venir bien este año.
ZURDO: ¡Vamos todos por la revolución hacia el triunfo final!
CAMPESINO: Si Dios quiere.
El zurdo se fue a hacer la revolución y el otro a buscar la regadera.
Y así anduvo el pobre zurdo como cuarenta años, porque en la teoría de Marx nada podía hacerse sino esperar que el determinismo histórico-dialéctico cumpliera su ciclo científicamente inexorable: feudalismo, capitalismo, conversión del campesino en obrero industrial, revolución del proletariado, el zurdo en el poder.
Llegó 1905 y en Rusia al sufrido Lenin le estaban saliendo hongos en las orejas esperando que el determinismo histórico predicado por su mentor espiritual desembocara en la inevitable y ansiada revolución. Y nada, che.
Entonces don Vladimir tuvo una idea brillante y original: inventó la vanguardia revolucionaria, un puñado de intelectuales que asumirían la dirigencia y conducción de los obreros en el camino hacia la revolución, es decir, se dedicaron a avivar giles.
El gran mérito de Lenin -mérito que nadie puede disputarle- es que fue el primer político de la historia en darle una función útil a los intelectuales.
a) Los explotadores, que mantienen la superestructura capitalista.
b) Los explotados (también llamados giles, es decir, nosotros) que se dejan explotar por inconscientes prejuicios burgueses.
c) Los zurdos, que avivando giles, destruirán a los explotadores.
Resulta que los explotadores se quedan con un coso que se llama plusvalia –luego volveremos sobre este tema- y que parece ser que producen los giles, que son tan giles que ni saben que lo producen. De ahí que la misión apostólica del zurdo consista en conscientizar giles.
Todavía perdura por tradición oral, en las campiñas alemanas, aquella conocida historia del zurdo que en pleno siglo XIX fue a convencer a un tosco campesino. El diálogo nos ha llegado casi intacto:
ZURDO: Camarada: una vez que en el curso del desarrollo hayan desaparecido las diferencias de clase y se haya concentrado toda la producción en individuos asociados, el poder público perderá su carácter político. El poder político, hablando propiamente, es la violencia organizada de una clase para la opresión de la otra.
CAMPESINO: ¡Qué lo parió...! Se me corre, que me está pisando la cebolla.
ZURDO: Si en la lucha contra la burguesía el proletariado se constituyó indefectiblemente en clase; si mediante la revolución se convierte en clase dominante y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza las viejas relaciones de producción, las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y de las clases en general, y, por lo tanto, su propia dominación como clase.
CAMPESINO: Parece que la papa va a venir bien este año.
ZURDO: ¡Vamos todos por la revolución hacia el triunfo final!
CAMPESINO: Si Dios quiere.
El zurdo se fue a hacer la revolución y el otro a buscar la regadera.
Y así anduvo el pobre zurdo como cuarenta años, porque en la teoría de Marx nada podía hacerse sino esperar que el determinismo histórico-dialéctico cumpliera su ciclo científicamente inexorable: feudalismo, capitalismo, conversión del campesino en obrero industrial, revolución del proletariado, el zurdo en el poder.
Llegó 1905 y en Rusia al sufrido Lenin le estaban saliendo hongos en las orejas esperando que el determinismo histórico predicado por su mentor espiritual desembocara en la inevitable y ansiada revolución. Y nada, che.
Entonces don Vladimir tuvo una idea brillante y original: inventó la vanguardia revolucionaria, un puñado de intelectuales que asumirían la dirigencia y conducción de los obreros en el camino hacia la revolución, es decir, se dedicaron a avivar giles.
El gran mérito de Lenin -mérito que nadie puede disputarle- es que fue el primer político de la historia en darle una función útil a los intelectuales.
VI - LOS INTELECTUALES
Y ahí está el punto. La revolución marxista no es la revolución del proletariado.
No.
Es la revolución del parasitado.
André Gidé, un novelista zurdo con premio Nobel y todo, viajó al Congo y a la vuelta escribió: "sentirse feliz nada significa: la felicidad consiste en hacer felices a los demás".
Pero si los demás no quieren ser felices, la misión del zurdo es obligarlos a que lo sean.
Por eso cuando cien millones de pequeños propietarios rurales se resistieron a la colectivización impuesta por el padrecito Stalin, los amenazaron con la deportación a Siberia (además de varios millones muertos de hambre en Ucrania). Es que el trabajador no debe hacer lo que él cree que le conviene sino lo que dialécticamente le conviene. Y el que sabe que es lo que dialécticamente le conviene al proletario es, casualmente, el zurdo que, para ello, debe estar en el poder.
O sea que la zurda es un curro como cualquier otro.
Por eso el Che Guevara, cuando volvió del Congo (moraleja, no viaje al Congo) se fue a armar la guerrilla boliviana. Típico de argentino: hacer una revolución para conseguirse un puesto de gerente.
No.
Es la revolución del parasitado.
André Gidé, un novelista zurdo con premio Nobel y todo, viajó al Congo y a la vuelta escribió: "sentirse feliz nada significa: la felicidad consiste en hacer felices a los demás".
Pero si los demás no quieren ser felices, la misión del zurdo es obligarlos a que lo sean.
Por eso cuando cien millones de pequeños propietarios rurales se resistieron a la colectivización impuesta por el padrecito Stalin, los amenazaron con la deportación a Siberia (además de varios millones muertos de hambre en Ucrania). Es que el trabajador no debe hacer lo que él cree que le conviene sino lo que dialécticamente le conviene. Y el que sabe que es lo que dialécticamente le conviene al proletario es, casualmente, el zurdo que, para ello, debe estar en el poder.
O sea que la zurda es un curro como cualquier otro.
Por eso el Che Guevara, cuando volvió del Congo (moraleja, no viaje al Congo) se fue a armar la guerrilla boliviana. Típico de argentino: hacer una revolución para conseguirse un puesto de gerente.
VII - LABUROFOBIA (TRABAJOFOBIA)
En la década del '70 había un zurdo que se paraba en la esquina y predicaba la revolución obrera internacional; un tano que vendía gladiolos en la vereda de enfrente comentó: -"Que falta que le haría a éste agarrar la pala". El tano, brutazo, no comprendía los profundos alcances metafísicos de sus palabras, definitorias de un antagonismo epopéyico, más todavía, de una agonía cósmica:
Hércules y la Hidra.
Perseo y la Gorgona.
San Jorge y el Dragón.
El zurdo y la pala.
Según el terapeuta de Marx, cuyo nombre desgraciadamente no nos ha llegado, un incidente infantil marcó el inconsciente del filósofo con un estigma que lo acompañaría toda su vida y sería transmitido a sus discípulos.
Dormía Carlitos, cuenta el psicólogo, cuando en sueños apareciósele la Materia, creadora de todas las cosas y fulminólo sin anestesia con esta maldición:
"Pondré enemistad entre ti y la pala, entre tu linaje y el suyo. Ella te partirá la cabeza y tú le acecharas el calcañar (talón)".
De ello se sigue que en realidad los zurdos no odian -como dicen- a los patrones. Lo que odian es el laburo (trabajo).
Concordantemente con la maldición bíblica, la periodista Alicia Dujovne Ortiz informa en el diario "La Nación"[1] que para la nueva izquierda europea -con André Gorz a la cabeza- la sociedad perfecta no surgirá del pleno empleo sino de subsidiar vagos. Para ello, dice la cronista, habrá que abandonar "la idea de la sacralización del esfuerzo; el sudor de la frente ya no debe ser la medida del trabajo humano". En lugar de trabajar, hay que dedicarse a cobrar el subsidio (es decir, vivir a costa del trabajo ajeno) y a realizar "autoactividades" que pueden ser artísticas, deportivas, culturales, etc. Boludear, bah.
Algunos inmigrantes rumanos introdujeron en nuestro país la costumbre pagana de colgar en la puerta de su casa una pala junto con una ristra de ajo, para repeler a los zurdos. Si el zurdo es trotskista, es más efectiva una picota. Con el tiempo la costumbre se acriolló y el padre familia, al colgar la herramienta protectora, repetía tres veces esta jaculatoria: "Alpargatas sí, libros no"; y los niños contestaban Amén.
Si el zurdo es además sacerdote, se lo ahuyenta gritando Dóminus vobiscum.
A todo esto, aquel zurdo de la esquina un día se fue y no apareció más.
Nunca más.
Le habrán mostrado una pala...
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[1] Cfr. nota 3.
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Hércules y la Hidra.
Perseo y la Gorgona.
San Jorge y el Dragón.
El zurdo y la pala.
Según el terapeuta de Marx, cuyo nombre desgraciadamente no nos ha llegado, un incidente infantil marcó el inconsciente del filósofo con un estigma que lo acompañaría toda su vida y sería transmitido a sus discípulos.
Dormía Carlitos, cuenta el psicólogo, cuando en sueños apareciósele la Materia, creadora de todas las cosas y fulminólo sin anestesia con esta maldición:
"Pondré enemistad entre ti y la pala, entre tu linaje y el suyo. Ella te partirá la cabeza y tú le acecharas el calcañar (talón)".
De ello se sigue que en realidad los zurdos no odian -como dicen- a los patrones. Lo que odian es el laburo (trabajo).
Concordantemente con la maldición bíblica, la periodista Alicia Dujovne Ortiz informa en el diario "La Nación"[1] que para la nueva izquierda europea -con André Gorz a la cabeza- la sociedad perfecta no surgirá del pleno empleo sino de subsidiar vagos. Para ello, dice la cronista, habrá que abandonar "la idea de la sacralización del esfuerzo; el sudor de la frente ya no debe ser la medida del trabajo humano". En lugar de trabajar, hay que dedicarse a cobrar el subsidio (es decir, vivir a costa del trabajo ajeno) y a realizar "autoactividades" que pueden ser artísticas, deportivas, culturales, etc. Boludear, bah.
Algunos inmigrantes rumanos introdujeron en nuestro país la costumbre pagana de colgar en la puerta de su casa una pala junto con una ristra de ajo, para repeler a los zurdos. Si el zurdo es trotskista, es más efectiva una picota. Con el tiempo la costumbre se acriolló y el padre familia, al colgar la herramienta protectora, repetía tres veces esta jaculatoria: "Alpargatas sí, libros no"; y los niños contestaban Amén.
Si el zurdo es además sacerdote, se lo ahuyenta gritando Dóminus vobiscum.
A todo esto, aquel zurdo de la esquina un día se fue y no apareció más.
Nunca más.
Le habrán mostrado una pala...
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[1] Cfr. nota 3.
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VIII - EL ZURDO NO NACE, SE HACE
Esta repulsión hacia el laburo (trabajo) del zurdo no es absoluta. Incluso hasta hay zurdos que disfrutan trabajando: son los que laburan (trabajan) de zurdos, los periodistas, por ejemplo.
Tampoco es absolutamente cierto que el zurdo no trabaje por odio y nada más. El zurdo no trabaja, además, porque necesita tiempo para hacerse zurdo. Y no se piense que estoy exponiendo una crítica impiadosamente destructiva. Nada más erróneo. En esto sigo la más impoluta ortodoxia marxista.
Charlie el Infalible sostenía que los llamados derechos naturales o la naturaleza del hombre vigentes en las sociedades capitalistas no eran más que prejuicios derivados de la filosofía de la clase dominante. Así, que un niño sea criado por sus padres no es natural, sino cultural. En una cultura proletaria bien podría ese mismo niño ser criado por el Partido. O como dijo una socióloga marxista (perdón por la redundancia) por TV, "la familia no es un padre y una madre sino una estructura protectora".
Ahora bien, la sociedad occidental forma burgueses sin esfuerzo. Cualquier persona medianamente normal aprecia ser propietario de una casa, trabajar en lo que se le da la gana, comprar un auto o cambiarlo por otro mejor, tener una abuela que cocine buñuelos los días de lluvia y otros nefastos prejuicios por el estilo. Es más, si no fuera por Marx nadie se hubiera avivado de que estas cosas no son naturales sino nefastos prejuicios por el estilo.
Hasta el filósofo zurdo Henri Lefebvre reconoce que "para el hombre a quien su vida, su experiencia o sus estudios no lo llevan a analizar el misterio del capitalismo, nada más claro y natural: hay dinero, riqueza, bienes, máquinas, gente que trabaja, otros que no trabajan, etc. Todo eso parece simple y claro a causa de su carácter familiar".
Pero de esto se infiere como una conclusión de hierro que para que un hombre se dé cuenta que la casa que construyó con el trabajo de toda su vida debe quedar para el Estado y no para su hijo hay que educarlo... y francamente, hay que educarlo mucho.
Por lo que, siguiendo a Marx, si la cultura occidental no es natural, el socialismo tampoco.
Entonces el zurdo no nace, se hace.
Y hacerse zurdo cuesta.
Tiempo y plata.
Tampoco es absolutamente cierto que el zurdo no trabaje por odio y nada más. El zurdo no trabaja, además, porque necesita tiempo para hacerse zurdo. Y no se piense que estoy exponiendo una crítica impiadosamente destructiva. Nada más erróneo. En esto sigo la más impoluta ortodoxia marxista.
Charlie el Infalible sostenía que los llamados derechos naturales o la naturaleza del hombre vigentes en las sociedades capitalistas no eran más que prejuicios derivados de la filosofía de la clase dominante. Así, que un niño sea criado por sus padres no es natural, sino cultural. En una cultura proletaria bien podría ese mismo niño ser criado por el Partido. O como dijo una socióloga marxista (perdón por la redundancia) por TV, "la familia no es un padre y una madre sino una estructura protectora".
Ahora bien, la sociedad occidental forma burgueses sin esfuerzo. Cualquier persona medianamente normal aprecia ser propietario de una casa, trabajar en lo que se le da la gana, comprar un auto o cambiarlo por otro mejor, tener una abuela que cocine buñuelos los días de lluvia y otros nefastos prejuicios por el estilo. Es más, si no fuera por Marx nadie se hubiera avivado de que estas cosas no son naturales sino nefastos prejuicios por el estilo.
Hasta el filósofo zurdo Henri Lefebvre reconoce que "para el hombre a quien su vida, su experiencia o sus estudios no lo llevan a analizar el misterio del capitalismo, nada más claro y natural: hay dinero, riqueza, bienes, máquinas, gente que trabaja, otros que no trabajan, etc. Todo eso parece simple y claro a causa de su carácter familiar".
Pero de esto se infiere como una conclusión de hierro que para que un hombre se dé cuenta que la casa que construyó con el trabajo de toda su vida debe quedar para el Estado y no para su hijo hay que educarlo... y francamente, hay que educarlo mucho.
Por lo que, siguiendo a Marx, si la cultura occidental no es natural, el socialismo tampoco.
Entonces el zurdo no nace, se hace.
Y hacerse zurdo cuesta.
Tiempo y plata.
"Incluso hasta hay zurdos que disfrutan trabajando: son los que laburan (trabajan) de zurdos, los periodistas, por ejemplo".
Miriam Lewin, periodista argentina.
¡¡Miguel "Cogote" Bonasso con los 12,70 en la mano!!
Miriam Lewin, periodista argentina.
¡¡Miguel "Cogote" Bonasso con los 12,70 en la mano!!
IX - LO QUE CUESTA VALE
Para ser zurdo hay que tener plata.
No es pa' cualquiera la bota e' potro.
La concientización para no ser un gil debe pagarse. En primer lugar, hay que ir al analista. Porque nadie que quiera ser un buen zurdo puede pretender solucionar sus problemas personales por sí mismo, como se verá mas adelante.
También hay que pagarle alimentos a la ex bruja, porque ningún zurdo que se precie se va a casar (o juntar o eso que hacen entre ellos) para toda la vida.
Hasta el diario es más caro. Cualquier pasquín burgués cuesta un peso; Página 12, uno veinte.
Un contacto secreto, mano de obra desocupada infiltrada en las organizaciones de derechos humanos, consiguió una copia del resumen de gastos mensuales de un zurdo promedio, que a continuación reproduzco:
GASTOS MENSUALES DE UN ZURDO PROMEDIO
Terapia (4 sesiones a $ 50 c/u) $ 200,00
Alimentos ex bruja $ 300,00
Viaje a Cuba (cuota) $ 225,00
Cuota curso de teatro $ 100,00
Facultad de Sociología Ignacio de Loyola $ 250,00
Festival Madres de Plaza de Mayo (precios populares) $ 5,00
Festival Abuelas de Plaza de Mayo (precios populares) $ 5,00
Festival H.I.J.O.S. (precios populares) $ 5,00
Festival de Silvio Rodríguez
(precios antipopulares pero para pagar la Revolución) $ 45,00
Libro de Cortázar (para mí) $ 25,00
Libro de Benedetti (para regalar) $ 25,00
Compra de El Capital (cuota) $ 20,00
Compra de Cómo Leer El Capital y Entender Algo (cuota) $ 125,00
Sueldo de la muchacha
(para que limpie la casa mientras yo lucho por liberarla) $ 200,00
Aborto de la camarada Meneca
(cuota cooperativa con 4 compañeros) $ 50,00
Curso de karate (por si llega la Revolución)
$ 100,00
Caja de Ahorro para la fianza
(por si la Revolución no llega) $ 100,00
Suscripción Página 12 $ 37,20
Curso sobre Educación Moderna de los Niños $ 100,00
Guardería (para dejar a los niños mientras hago el curso) $ 150,00
Estampilla del Che, emitida por el Correo Argentino $ 0,75
--------------------------------------------------------------------------
| T O T A L: $ 2.067,95 |
--------------------------------------------------------------------------
La liquidación no incluye ropa, comida, transporte ni alquiler (no digo hipoteca, porque como la propiedad privada es un robo...)
No es pa' cualquiera la bota e' potro.
La concientización para no ser un gil debe pagarse. En primer lugar, hay que ir al analista. Porque nadie que quiera ser un buen zurdo puede pretender solucionar sus problemas personales por sí mismo, como se verá mas adelante.
También hay que pagarle alimentos a la ex bruja, porque ningún zurdo que se precie se va a casar (o juntar o eso que hacen entre ellos) para toda la vida.
Hasta el diario es más caro. Cualquier pasquín burgués cuesta un peso; Página 12, uno veinte.
Un contacto secreto, mano de obra desocupada infiltrada en las organizaciones de derechos humanos, consiguió una copia del resumen de gastos mensuales de un zurdo promedio, que a continuación reproduzco:
GASTOS MENSUALES DE UN ZURDO PROMEDIO
Terapia (4 sesiones a $ 50 c/u) $ 200,00
Alimentos ex bruja $ 300,00
Viaje a Cuba (cuota) $ 225,00
Cuota curso de teatro $ 100,00
Facultad de Sociología Ignacio de Loyola $ 250,00
Festival Madres de Plaza de Mayo (precios populares) $ 5,00
Festival Abuelas de Plaza de Mayo (precios populares) $ 5,00
Festival H.I.J.O.S. (precios populares) $ 5,00
Festival de Silvio Rodríguez
(precios antipopulares pero para pagar la Revolución) $ 45,00
Libro de Cortázar (para mí) $ 25,00
Libro de Benedetti (para regalar) $ 25,00
Compra de El Capital (cuota) $ 20,00
Compra de Cómo Leer El Capital y Entender Algo (cuota) $ 125,00
Sueldo de la muchacha
(para que limpie la casa mientras yo lucho por liberarla) $ 200,00
Aborto de la camarada Meneca
(cuota cooperativa con 4 compañeros) $ 50,00
Curso de karate (por si llega la Revolución)
$ 100,00
Caja de Ahorro para la fianza
(por si la Revolución no llega) $ 100,00
Suscripción Página 12 $ 37,20
Curso sobre Educación Moderna de los Niños $ 100,00
Guardería (para dejar a los niños mientras hago el curso) $ 150,00
Estampilla del Che, emitida por el Correo Argentino $ 0,75
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| T O T A L: $ 2.067,95 |
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La liquidación no incluye ropa, comida, transporte ni alquiler (no digo hipoteca, porque como la propiedad privada es un robo...)
X - FINANCIAMIENTO
Hemos visto que el zurdo no trabaja porque odia la pala y porque necesita tiempo para ser zurdo.
Pero también se ha demostrado que ser zurdo es carísimo.
¿Cómo se financia?
Es menester aclarar que no me refiero a como se financia la Revolución sino el zurdo individualmente.
Porque la Revolución se financia con secuestros extorsivos, pedidos de rescate, asaltos a bancos y todas esas solidarias actividades que desarrollaban los maravillosos desaparecidos antes de desaparecer.
Pero el zurdo aislado es otra cosa, pobre.
Un zurdo, por ejemplo, no puede jugar al Loto, pues con el impuesto que paga está subsidiando al estado capitalista y opresor, sin contar que si lo gana violenta la igualdad entre los hombres y es distinto de los que no lo ganan.
Fuentes bien informadas aseguran que el Loto Socialista que se habría implementado en Corea del Norte fracasó, pues si bien ganaban todos los participantes, el premio era de dos mangos.
Yo no encontraba respuestas a tan difícil entuerto. ¿De que vive el zurdo si no trabaja ni puede timbear? Hasta que descubrí -torpe de mí- que la solución estaba en el propio padre fundador.
Marx tiene todas las respuestas.
En sus tiempos de estudiante universitario, vivió del padre. Esta costumbre pervive en nuestros días entre los estudiantes universitarios, aunque no sean marxistas.
En la concepción de Marx la familia era un perjuicio burgués para hacer la Revolución. Pero para mangarla no. El 9 de diciembre de 1837 don Heinrich Marx (progenitor del engendro) le escribía al nene: "Como si nosotros fuésemos duendes repletos de oro, el señor mi hijo dispone en un año de aproximadamente 700 thaleros (moneda de entonces) contra todo lo que habíamos convenido, cuando los más ricos no dan ni 500".
Luego, el padre de la abolición de las diferencias de clase y mentor del amor libre, se casó por la iglesia con la baronesa Jenny Von Westphalen.
Siempre en la onda proletaria, se hizo amigo del hijo de un rico comerciante textil inglés llamado Federico Engels, al que mangó descaradamente durante toda su vida. Tanto que al final Engels decidió pasarle una pensión anual, para que lo deje de molestar.
Como se sabe, Marx y Engels en el famoso Manifiesto de 1848 proclamaron, entre otras medidas revolucionarias, la abolición del derecho a la herencia.
Hablando de Engels, Marx y la herencia, el 2 de diciembre de 1863 le escribía Carlos a su amigo Fede: "Hace dos horas recibí un telegrama comunicándome la muerte de mi madre. Bajo las actuales circunstancias, soy más necesario que la vieja. Tengo que ir a Tréveris por lo de la herencia."
El 9 de mayo de 1844 muere Wilhem Wolff (Lupus) un admirador de Marx que lo nombra su único heredero. Como agradecimiento, Marx le dedicará "El Capital".
Enterado de que un tío estaba por morir, le escribe a su amigo Engels el 27 de febrero de 1852: "Si el perro muere, se me acaban los problemas". Un mes después, contesta Federico, tan humano como su cófrade: "Te felicito por la enfermedad del obstáculo de la herencia y anhelo que la catástrofe suceda en seguida". En el caso de Engels, sin embargo, la respuesta si no justificable era al menos comprensible, porque si el otro heredaba, él zafaba del mangazo perpetuo.
El 8 de marzo de 1855 vuelve Marx a escribirle a su fiel amigo: "Un evento muy feliz. Ayer fuimos notificados de la muerte de un tío de mi esposa, de noventa años de edad. Mi esposa recibirá 100 libras esterlinas; aún más si el perro viejo no le dejó parte de su dinero a la mujer que le administraba la casa".
Y también de tanto en tanto pechaba a su primo, Lionel Philips, hijo del fundador de la conocida fábrica de electrodomésticos.
Así cualquiera es revolucionario.
Esta forma de vivir de Carlos Marx se ha trasladado, con el correr del tiempo, a las naciones que adoptaron su extraordinario régimen político, económico y filosófico.
Cuba vivió siempre a expensas del trabajo del pueblo ruso, subsidiada como estaba por la U.R.S.S. Desaparecida ésta y librada la isla a su propia productividad según el modelo socialista, corren una liebre del tamaño de un hipopótamo. Es cierto que los zurdos le echan la culpa al bloqueo yanki, pero la objeción no es válida ya que dicho bloqueo posibilita que los cubanos no consuman bienes producidos por los pobres obreros explotados por los regímenes no comunistas. Es decir, deberían estar agradecidos porque no los dejen vivir a costillas del trabajo del proletariado oprimido.
Es así que lo primero que debe hacer quien busque adentrarse en el mágico mundo de la izquierda es procurarse un holgado ingreso a expensas de otro. Algo así como usufructuar los puntos débiles del capitalismo pero provisoriamente, hasta la victoria final nomás.
Voy a dar por supuesto que nuestro zurdo hipotético ya se agenció un amigo como Engels que lo mantenga, o bien que sus padres murieron dejándole una cuantiosa herencia.
O también puede ser que el mismo zurdo haya acelerado el proceso revolucionario asesinando a sus padres, siempre en defensa de los derechos humanos. Además, como dice el "Manifiesto Comunista": "los disparates burgueses sobre la familia y la educación, sobre la santidad del vínculo existente entre el progenitor y el hijo, se hacen tanto más asqueantes cuanto más se rompen todos los vínculos de familia entre los proletarios".
Sea, en fin, del modo que sea, nuestro aprendiz de zurdo ya tiene plata suficiente como para estar todo el día al cuete. Puede entonces emprender el duro viaje hacia las más bajas sentinas del ascenso revolucionario.
Ya lo dice el Neocatecismo Romano: "El camino capitalista es una amplia y cómoda autopista, mientras que el ascenso revolucionario es un sendero angosto y espinoso" (Cfr. Documento del Concilio Vaticano II: "De perfectione bolchevicorum").
Comienza entonces el renunciamiento heroico a los prejuicios de clase y la comprensión profunda de la única realidad existente: la idea marxista.
Pero también se ha demostrado que ser zurdo es carísimo.
¿Cómo se financia?
Es menester aclarar que no me refiero a como se financia la Revolución sino el zurdo individualmente.
Porque la Revolución se financia con secuestros extorsivos, pedidos de rescate, asaltos a bancos y todas esas solidarias actividades que desarrollaban los maravillosos desaparecidos antes de desaparecer.
Pero el zurdo aislado es otra cosa, pobre.
Un zurdo, por ejemplo, no puede jugar al Loto, pues con el impuesto que paga está subsidiando al estado capitalista y opresor, sin contar que si lo gana violenta la igualdad entre los hombres y es distinto de los que no lo ganan.
Fuentes bien informadas aseguran que el Loto Socialista que se habría implementado en Corea del Norte fracasó, pues si bien ganaban todos los participantes, el premio era de dos mangos.
Yo no encontraba respuestas a tan difícil entuerto. ¿De que vive el zurdo si no trabaja ni puede timbear? Hasta que descubrí -torpe de mí- que la solución estaba en el propio padre fundador.
Marx tiene todas las respuestas.
En sus tiempos de estudiante universitario, vivió del padre. Esta costumbre pervive en nuestros días entre los estudiantes universitarios, aunque no sean marxistas.
En la concepción de Marx la familia era un perjuicio burgués para hacer la Revolución. Pero para mangarla no. El 9 de diciembre de 1837 don Heinrich Marx (progenitor del engendro) le escribía al nene: "Como si nosotros fuésemos duendes repletos de oro, el señor mi hijo dispone en un año de aproximadamente 700 thaleros (moneda de entonces) contra todo lo que habíamos convenido, cuando los más ricos no dan ni 500".
Luego, el padre de la abolición de las diferencias de clase y mentor del amor libre, se casó por la iglesia con la baronesa Jenny Von Westphalen.
Siempre en la onda proletaria, se hizo amigo del hijo de un rico comerciante textil inglés llamado Federico Engels, al que mangó descaradamente durante toda su vida. Tanto que al final Engels decidió pasarle una pensión anual, para que lo deje de molestar.
Como se sabe, Marx y Engels en el famoso Manifiesto de 1848 proclamaron, entre otras medidas revolucionarias, la abolición del derecho a la herencia.
Hablando de Engels, Marx y la herencia, el 2 de diciembre de 1863 le escribía Carlos a su amigo Fede: "Hace dos horas recibí un telegrama comunicándome la muerte de mi madre. Bajo las actuales circunstancias, soy más necesario que la vieja. Tengo que ir a Tréveris por lo de la herencia."
El 9 de mayo de 1844 muere Wilhem Wolff (Lupus) un admirador de Marx que lo nombra su único heredero. Como agradecimiento, Marx le dedicará "El Capital".
Enterado de que un tío estaba por morir, le escribe a su amigo Engels el 27 de febrero de 1852: "Si el perro muere, se me acaban los problemas". Un mes después, contesta Federico, tan humano como su cófrade: "Te felicito por la enfermedad del obstáculo de la herencia y anhelo que la catástrofe suceda en seguida". En el caso de Engels, sin embargo, la respuesta si no justificable era al menos comprensible, porque si el otro heredaba, él zafaba del mangazo perpetuo.
El 8 de marzo de 1855 vuelve Marx a escribirle a su fiel amigo: "Un evento muy feliz. Ayer fuimos notificados de la muerte de un tío de mi esposa, de noventa años de edad. Mi esposa recibirá 100 libras esterlinas; aún más si el perro viejo no le dejó parte de su dinero a la mujer que le administraba la casa".
Y también de tanto en tanto pechaba a su primo, Lionel Philips, hijo del fundador de la conocida fábrica de electrodomésticos.
Así cualquiera es revolucionario.
Esta forma de vivir de Carlos Marx se ha trasladado, con el correr del tiempo, a las naciones que adoptaron su extraordinario régimen político, económico y filosófico.
Cuba vivió siempre a expensas del trabajo del pueblo ruso, subsidiada como estaba por la U.R.S.S. Desaparecida ésta y librada la isla a su propia productividad según el modelo socialista, corren una liebre del tamaño de un hipopótamo. Es cierto que los zurdos le echan la culpa al bloqueo yanki, pero la objeción no es válida ya que dicho bloqueo posibilita que los cubanos no consuman bienes producidos por los pobres obreros explotados por los regímenes no comunistas. Es decir, deberían estar agradecidos porque no los dejen vivir a costillas del trabajo del proletariado oprimido.
Es así que lo primero que debe hacer quien busque adentrarse en el mágico mundo de la izquierda es procurarse un holgado ingreso a expensas de otro. Algo así como usufructuar los puntos débiles del capitalismo pero provisoriamente, hasta la victoria final nomás.
Voy a dar por supuesto que nuestro zurdo hipotético ya se agenció un amigo como Engels que lo mantenga, o bien que sus padres murieron dejándole una cuantiosa herencia.
O también puede ser que el mismo zurdo haya acelerado el proceso revolucionario asesinando a sus padres, siempre en defensa de los derechos humanos. Además, como dice el "Manifiesto Comunista": "los disparates burgueses sobre la familia y la educación, sobre la santidad del vínculo existente entre el progenitor y el hijo, se hacen tanto más asqueantes cuanto más se rompen todos los vínculos de familia entre los proletarios".
Sea, en fin, del modo que sea, nuestro aprendiz de zurdo ya tiene plata suficiente como para estar todo el día al cuete. Puede entonces emprender el duro viaje hacia las más bajas sentinas del ascenso revolucionario.
Ya lo dice el Neocatecismo Romano: "El camino capitalista es una amplia y cómoda autopista, mientras que el ascenso revolucionario es un sendero angosto y espinoso" (Cfr. Documento del Concilio Vaticano II: "De perfectione bolchevicorum").
Comienza entonces el renunciamiento heroico a los prejuicios de clase y la comprensión profunda de la única realidad existente: la idea marxista.
XI - ¡ZURDO AMARGADO!
Para empezar, el zurdo debe renunciar al buen humor.
El Excelentísimo Señor Presidente de la Nación, General Juan Perón, quien ejerciera la Jefatura Suprema de la República por mandato de los hombres y de los dioses dijo, refiriéndose a los zurdos en su discurso del 31 de diciembre de 1948:
"A fines del siglo pasado se formaron generaciones de amargados, escépticos, enemigos del hombre, de la familia, de la sociedad; pero esta monstruosa concepción de la vida y de los hombres se refugió en las imprentas nihilistas y en las reuniones pseudointelectuales. Eran la decadencia de la civilización."
-Es palabra de Perón.
-Demos gracias a Dios.
El zurdo contento no es zurdo, sino un agente del imperialismo al servicio de los servicios. El zurdo milita de amargo.
A veces es difícil mantenerse intransigente en esta postura, pues la tentación burguesa de estar contento acecha agazapada a la espera del incidente más pueril para manifestarse. Por ejemplo, si alguien pregunta "¿cómo andás?", responder "bien, ¿y vos?" es una actitud reaccionaria, burguesa, retrógrada, oscurantista, contrarrevolucionaria, discriminatoria y fascista. Las respuestas adecuadas son las siguientes:
PREGUNTA: ¿Cómo andás?
RESPUESTA 1: ¿Y cómo querés que ande?
ANALISIS: se vislumbra en el sujeto una incipiente aunque velada crítica al sistema y una oposición dialéctica -más intuitiva que racional- que instala una tímida antítesis ante la tesis del interlocutor primario.
RESPUESTA 2: ¿Y cómo querés que ande, con las cosas que están pasando?
ANALISIS: la evolución del sujeto es notable, pues refuerza su posición dialéctica al argumentar con "las cosas que están pasando", que no son otras que las que predijo Marx hace un siglo y medio.
RESPUESTA 3: Sobreviviendo.
ANALISIS: el sujeto es marxista-leninista. Resuelve las tensiones dialécticas preexistentes con la síntesis "sobreviviendo", vale decir, resistiendo las maniobras de la plutocracia (perdón, de la oligarquía; plutocracia decimos nosotros, no los zurdos) burguesa para aniquilar a los proletarios conscientizados que no se rinden y no se dejan atrapar por la maniobra orquestada por el Fondo Monetario Internacional... etc.
En el último caso, nos encontramos ante el zurdo revolucionario en estado puro. Hoy por hoy, toda una pieza de colección.
Eso sí, ni se le ocurra invitarlo a una fiesta.
El Excelentísimo Señor Presidente de la Nación, General Juan Perón, quien ejerciera la Jefatura Suprema de la República por mandato de los hombres y de los dioses dijo, refiriéndose a los zurdos en su discurso del 31 de diciembre de 1948:
"A fines del siglo pasado se formaron generaciones de amargados, escépticos, enemigos del hombre, de la familia, de la sociedad; pero esta monstruosa concepción de la vida y de los hombres se refugió en las imprentas nihilistas y en las reuniones pseudointelectuales. Eran la decadencia de la civilización."
-Es palabra de Perón.
-Demos gracias a Dios.
El zurdo contento no es zurdo, sino un agente del imperialismo al servicio de los servicios. El zurdo milita de amargo.
A veces es difícil mantenerse intransigente en esta postura, pues la tentación burguesa de estar contento acecha agazapada a la espera del incidente más pueril para manifestarse. Por ejemplo, si alguien pregunta "¿cómo andás?", responder "bien, ¿y vos?" es una actitud reaccionaria, burguesa, retrógrada, oscurantista, contrarrevolucionaria, discriminatoria y fascista. Las respuestas adecuadas son las siguientes:
PREGUNTA: ¿Cómo andás?
RESPUESTA 1: ¿Y cómo querés que ande?
ANALISIS: se vislumbra en el sujeto una incipiente aunque velada crítica al sistema y una oposición dialéctica -más intuitiva que racional- que instala una tímida antítesis ante la tesis del interlocutor primario.
RESPUESTA 2: ¿Y cómo querés que ande, con las cosas que están pasando?
ANALISIS: la evolución del sujeto es notable, pues refuerza su posición dialéctica al argumentar con "las cosas que están pasando", que no son otras que las que predijo Marx hace un siglo y medio.
RESPUESTA 3: Sobreviviendo.
ANALISIS: el sujeto es marxista-leninista. Resuelve las tensiones dialécticas preexistentes con la síntesis "sobreviviendo", vale decir, resistiendo las maniobras de la plutocracia (perdón, de la oligarquía; plutocracia decimos nosotros, no los zurdos) burguesa para aniquilar a los proletarios conscientizados que no se rinden y no se dejan atrapar por la maniobra orquestada por el Fondo Monetario Internacional... etc.
En el último caso, nos encontramos ante el zurdo revolucionario en estado puro. Hoy por hoy, toda una pieza de colección.
Eso sí, ni se le ocurra invitarlo a una fiesta.
XII - EL TERCER OJO
Darse cuenta.
Para ser zurdo hay que darse cuenta. El zurdo asume su situación de proletario oprimido y su vida es una permanente militancia insurreccional para liberarse de la opresión.
El zurdo dadocuenta no se traga todo lo que le venden.
Es vivo.
Vivísimo.
Concientizado.
Si se rompe el caño de agua de la esquina, el gil lamentará la inundación; sólo el zurdo es capaz de ver la maniobra del imperialismo para ahogar a la clase obrera.
Si aparece una empresa contratista para arreglar el caño, es una maniobra del imperialismo para aumentar la deuda externa.
Si el caño, en cambio, no se rompe, es una maniobra del imperialismo para... bueno, es una oscura maniobra del imperialismo.
El zurdo tiene un tercer ojo.
Como esto no es un tratado de anatomía descriptiva, no le voy a decir en donde lo tiene.
Para ser zurdo hay que darse cuenta. El zurdo asume su situación de proletario oprimido y su vida es una permanente militancia insurreccional para liberarse de la opresión.
El zurdo dadocuenta no se traga todo lo que le venden.
Es vivo.
Vivísimo.
Concientizado.
Si se rompe el caño de agua de la esquina, el gil lamentará la inundación; sólo el zurdo es capaz de ver la maniobra del imperialismo para ahogar a la clase obrera.
Si aparece una empresa contratista para arreglar el caño, es una maniobra del imperialismo para aumentar la deuda externa.
Si el caño, en cambio, no se rompe, es una maniobra del imperialismo para... bueno, es una oscura maniobra del imperialismo.
El zurdo tiene un tercer ojo.
Como esto no es un tratado de anatomía descriptiva, no le voy a decir en donde lo tiene.
XIII - LA ALIENACION PERMANENTE
El zurdo concientizado lee a Kafka y así confirma que vive alienado.
Contaba Kafka que cierto ratón pasaba de habitación en habitación empujado por paredes que cada vez lo acorralaban más y más, dirigiéndolo inexorablemente hacia una trampera. ¡Cambia el rumbo! -gritó el gato- y se lo comió.
El hombre, para el zurdo, es como el ratón kafkiano.
Resulta, según cuenta Henri Lefebvre, que el hombre no puede evitar su destino pues su razón se aliena, se enajena y habita fuera de él, viviendo en función de fetiches impuestos socialmente por la clase dominante (ideologías, dinero, estado, moral, etc.), que parecen vivientes y en cierto modo lo son, pues reinan sobre lo humano. El hombre no puede deshacerse de ese "otro de sí mismo" que son estos fetiches. Por tanto, no es libre.
Si el hombre es semejante porquería, francamente no se vé por qué habría que tomarse el trabajo de liberarlo, pero sigamos con los alienados.
El hombre, entonces, no será libre hasta que su razón se emancipe de los "fetiches", dominando y organizando cada una de las actividades humanas.
¿Y cuando llegará ese momento?
¡Sí, adivinó!
Cuando triunfe el marxismo.
Suprimidas las clases, el dinero, las naciones, las mercancías, las religiones, la moral, la propiedad privada, las tradiciones y las pastillas de menta, el hombre sólo dirigirá su razón a sí mismo y adquirirá un poder ilimitado sobre la naturaleza, pues mientras a ésta puede interpretarla cualquier opa (bobo), sólo el zurdo es capaz de transformarla.
Si cuando hay que salir llueve, el alienado se quedará en casa, o se pondrá un piloto o una campera, o tomará un paraguas, todas opciones de libertad ficticia -fetiches impuestos por la clase dominante- puesto que no impiden que llueva.
El zurdo liberado escupe pa' arriba.
Un inglés gordo que tenía la saludable costumbre de escribir libros en tabernas mientras regaba sus neuronas con ingentes cantidades de cerveza, nos dice que el problema es que "el materialista no abriga la menor duda sobre el hecho de que la historia humana sea una cadena continua de causación, así como la persona que está completamente segura de ser un pollo. Los materialistas y los locos no saben dudar".
Como dato curioso, entre las fuentes que estoy consultando para elaborar este repugnante panfleto tengo a mano "El Capital al Alcance de Todos" escrito por el aristócrata millonario, y por ende zurdo, Carlo Cafiero, quien curiosamente luego de una vida dedicada a la lucha contra la alienación, terminó sus días en un manicomio porque estaba completamente chiflado. Otro que se la pasó liberando al hombre de la locura fue Luis Althusser, un renovador del marxismo francés[1] que en su batalla contra nuestra alienación (¡gracias papá!) asesinó a su esposa y terminó en un manicomio.
Es verdad que algún zurdo podrá objetarme diciendo que los infelices de Cafiero y Althusser se volvieron locos porque se volvieron locos, no porque fueran zurdos. Dialécticamente, puede ser. Pero materialmente queda probado que corre más riesgo la salud mental de un filósofo marxista que la de un leñador analfabeto.
Para mí, que quiere que le diga, Dios los castigó.
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[1] Como la doctrina Marx no funcionaba, apareció Lenín y la renovó. Después Rosa Luxemburgo renovó a Lenín. Después Gramsci renovó a Rosa Luxemburgo, después Lefebvre renovó a Gramsci, después Althusser renovó a Lefebvre. Tanta renovación compulsiva demuestra que la realidad es pertinazmente reacia a amoldarse al marxismo.
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Contaba Kafka que cierto ratón pasaba de habitación en habitación empujado por paredes que cada vez lo acorralaban más y más, dirigiéndolo inexorablemente hacia una trampera. ¡Cambia el rumbo! -gritó el gato- y se lo comió.
El hombre, para el zurdo, es como el ratón kafkiano.
Resulta, según cuenta Henri Lefebvre, que el hombre no puede evitar su destino pues su razón se aliena, se enajena y habita fuera de él, viviendo en función de fetiches impuestos socialmente por la clase dominante (ideologías, dinero, estado, moral, etc.), que parecen vivientes y en cierto modo lo son, pues reinan sobre lo humano. El hombre no puede deshacerse de ese "otro de sí mismo" que son estos fetiches. Por tanto, no es libre.
Si el hombre es semejante porquería, francamente no se vé por qué habría que tomarse el trabajo de liberarlo, pero sigamos con los alienados.
El hombre, entonces, no será libre hasta que su razón se emancipe de los "fetiches", dominando y organizando cada una de las actividades humanas.
¿Y cuando llegará ese momento?
¡Sí, adivinó!
Cuando triunfe el marxismo.
Suprimidas las clases, el dinero, las naciones, las mercancías, las religiones, la moral, la propiedad privada, las tradiciones y las pastillas de menta, el hombre sólo dirigirá su razón a sí mismo y adquirirá un poder ilimitado sobre la naturaleza, pues mientras a ésta puede interpretarla cualquier opa (bobo), sólo el zurdo es capaz de transformarla.
Si cuando hay que salir llueve, el alienado se quedará en casa, o se pondrá un piloto o una campera, o tomará un paraguas, todas opciones de libertad ficticia -fetiches impuestos por la clase dominante- puesto que no impiden que llueva.
El zurdo liberado escupe pa' arriba.
Un inglés gordo que tenía la saludable costumbre de escribir libros en tabernas mientras regaba sus neuronas con ingentes cantidades de cerveza, nos dice que el problema es que "el materialista no abriga la menor duda sobre el hecho de que la historia humana sea una cadena continua de causación, así como la persona que está completamente segura de ser un pollo. Los materialistas y los locos no saben dudar".
Como dato curioso, entre las fuentes que estoy consultando para elaborar este repugnante panfleto tengo a mano "El Capital al Alcance de Todos" escrito por el aristócrata millonario, y por ende zurdo, Carlo Cafiero, quien curiosamente luego de una vida dedicada a la lucha contra la alienación, terminó sus días en un manicomio porque estaba completamente chiflado. Otro que se la pasó liberando al hombre de la locura fue Luis Althusser, un renovador del marxismo francés[1] que en su batalla contra nuestra alienación (¡gracias papá!) asesinó a su esposa y terminó en un manicomio.
Es verdad que algún zurdo podrá objetarme diciendo que los infelices de Cafiero y Althusser se volvieron locos porque se volvieron locos, no porque fueran zurdos. Dialécticamente, puede ser. Pero materialmente queda probado que corre más riesgo la salud mental de un filósofo marxista que la de un leñador analfabeto.
Para mí, que quiere que le diga, Dios los castigó.
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[1] Como la doctrina Marx no funcionaba, apareció Lenín y la renovó. Después Rosa Luxemburgo renovó a Lenín. Después Gramsci renovó a Rosa Luxemburgo, después Lefebvre renovó a Gramsci, después Althusser renovó a Lefebvre. Tanta renovación compulsiva demuestra que la realidad es pertinazmente reacia a amoldarse al marxismo.
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XIV - SOLIDARIDAD DEL ZURDO
La solidaridad es la consigna del zurdo. Y es solidario desinteresadamente; cuanto más lejano a sí mismo sea el objeto de su solidaridad, más solidario se pone. El médico zurdo prefiere desatender el dispensario de la vuelta de su casa para irse a curar una epidemia de algo (preferentemente de SIDA) a otro país (preferentemente de Africa).
El zurdo se solidariza con todo: con los docentes de la carpa blanca, con los sin tierra del Brasil, con las víctimas de la represión en Chiapas, con los campesinos de Ulan Bator, con el pueblo vietnamita, con un cubano que perdió el unicornio, etc.
Con tanta solidaridad copiosamente derramada sería injusto reprocharle al zurdo que nunca se lo vea ayudando si se inunda Concordia o si graniza en Junín.
Es que el zurdo carga sobre sus hombros con la angustia de la humanidad, por lo que no puede permitirse pintoresquismos locales.
El zurdo -ya se ha visto la cita de Gidé- quiere llevar la felicidad del marxismo a todos los rincones de la tierra y en su amorosa empresa no hay obstáculo que detenga su camino.
Ya lo expresó Lenín en esta conmovedora, tierna y solidaria frase: "No importa que la mitad del pueblo perezca en la revolución, con tal que la otra mitad alcance las ideas del comunismo"[1].
Me emociona, mire.
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[1] La solidaridad del zurdo sólo puede compararse con el ansia de progreso del liberal. Domingo Faustino Sarmiento le escribía a Mitre: "No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de humano". Es que los mundos teóricos del liberal y del marxista tienen un problema en común: están llenos de gente.
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El zurdo se solidariza con todo: con los docentes de la carpa blanca, con los sin tierra del Brasil, con las víctimas de la represión en Chiapas, con los campesinos de Ulan Bator, con el pueblo vietnamita, con un cubano que perdió el unicornio, etc.
Con tanta solidaridad copiosamente derramada sería injusto reprocharle al zurdo que nunca se lo vea ayudando si se inunda Concordia o si graniza en Junín.
Es que el zurdo carga sobre sus hombros con la angustia de la humanidad, por lo que no puede permitirse pintoresquismos locales.
El zurdo -ya se ha visto la cita de Gidé- quiere llevar la felicidad del marxismo a todos los rincones de la tierra y en su amorosa empresa no hay obstáculo que detenga su camino.
Ya lo expresó Lenín en esta conmovedora, tierna y solidaria frase: "No importa que la mitad del pueblo perezca en la revolución, con tal que la otra mitad alcance las ideas del comunismo"[1].
Me emociona, mire.
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[1] La solidaridad del zurdo sólo puede compararse con el ansia de progreso del liberal. Domingo Faustino Sarmiento le escribía a Mitre: "No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de humano". Es que los mundos teóricos del liberal y del marxista tienen un problema en común: están llenos de gente.
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