Soy vecino del Terminal Sur de Santiago, vivo a menos de una cuadra de la entrada principal de los buses interurbanos, y corroboro lo que dices. En nuestro barrio siempre se ha sentido una vibración negativa, mala, parecida a la de ciertos cementerios. Se han cometido varios asesinatos por aquí; una vez un tipo recién salido de la Penitenciaría, fue apuñalado por otro choro en un ajuste de cuentas antes de que alcanzase a llegar al Terminal. Pasó toda la noche agonizando en el portal de la casona en donde vivimos yo y mi madre; finalmente murió desangrado y por alguna extraña razón nadie lo sintió ni lo vio. Casos así son ya demasiado comunes en éste sector como para escandalizar o preocupar a nadie. El propio Terminal, carente de todo acogimiento, la preocupante ausencia de los carabineros y la inquietante inseguridad del sector. Personas que viajan, y personas que regresan, unos 15 mil diariamente y hasta un millón durante las fechas más importantes del año. Cuántos sueños inconclusos, rotos y olvidados habrán quedado sepultados en los alrededores de nuestro barrio y en los dos terminales (Terminal Sur y Terminal Turbus) que tenemos en el sector. Todo esto ha ido acumulando una gran vibración negativa en el ambiente, y que se percibe verdaderamente escalofriante.