A mi me tocó ver todo desde adentro.
Recuerdo que como en enero-febrero empezamos a escuchar con más frecuencia del tema, pero nadie dimensionaba lo que pasaría. Pensábamos que podía ser como el ébola, wea para la que igualmente se armó un plan, pero nunca tuvimos casos.
Recuerdo que en ese periodo el gobierno ya estaba anunciando medidas de prevención, para lo que se destinó una cantidad absurda de plata. Y en nuestro caso, recuerdo que llegaba una enfermera a verificar si sabíamos ponernos o sacarnos una pechera plástica. Una millonada de plata invertida en eso.
Llegó marzo y los primeros casos y veíamos como avanzaban rápido.
Todo iba relativamente bien hasta que un zorron aweonao Covid + viajó hasta nuestra zona y empezaron a aparecer los primeros casos.
Aún así, pese a que reacondionamos todo el hospital, preparamos a todos los que pudimos en UCI, nadie dimensionaba lo que pasaría.
De un momento a otro dejamos de ver a nuestras familias, debíamos descontaminarnos a cada rato, tanto en el hospital como al.llegar a nuestras casas.
Empezaron las crisis de pánico en el personal.
La.sobre carga de trabajo se hacía insostenible, con muchos funcionarios en cuarentena preventiva o positivos empezamos a trabajar el triple.
Clínicamente esta wea fue un desafío, ya que no había suficiente información o.evidencia, sumado a que el Minsal al.mando de Mañalich fue lo peor que pudo pasar. Muchas veces nos servían más las directrices del Colmed que las del Minsal.
En cuanto al cuadro clínico, veíamos lo agresivo que era. Creo que solo he visto al Hanta generar una falla ventilatoria catastrófica tan rápido.
Tuvimos que ir aprendiendo sobre la marcha.
Y sin darnos cuenta, repentinamente éramos el hospital con la UCI más grande del país, y los pacientes no paraban de llegar.
Llegaban familias completas. En una cama.estaba la mamá, en la otra un hijo, fallece la madre y a la misma cama llega el padre. Y casos así tuvimos unos cuantos.
Empezamos a ver qué no solo afectaba a adultos mayores. De hecho se nos estaban agravando y muriendo los jóvenes sin patologías previas.
Seguimos aprendiendo del.comportamieto del virus. Todo se definía en cuanto más precoces fueran ciertas maniobras.
Al principio pronabamos (poner de wata) solo a los que caían o iban a caer en falla ventilatoria catastrófica. Pronto aprendimos que había que hacerlo antes de conectarlos a ventilación mecánica. Y nos sirvió mucho.
Compartíamos experiencias con otros hospitales y clínicas. No quedaba de otra. A nivel técnico ministerial estábamos a nuestra suerte.
Los primeros 2 meses fueron terribles emocionalmente. Vi a varios llorar.
A veces en las noches nos sentábamos y conversábamos. Los que tienen hijos, sobre todo las mujeres, se quebraban inmediatamente cuando contaban que no veían a sus hijos hace días o semanas.
Empezamos a tener conocidos graves.
Y lo.peor es que pese a que lo que vivíamos dentro.del hospital y la UCI, a fuera todo parecía normal. La gente seguía y sigue como si nada pasara.
Actualmente en nuestra zona los casos bajaron al punto en que redujimos las camas UCI Covid.
Sin embargo había que hacerse cargo de los pacientes UCI no Covid. Neurológicos, cardíacos, renales, trauma, etc.
Se enfocaron todos los esfuerzos en Covid, pero se postergaron otras cosas. Otra gran mala idea de Minsal.
Internamente nos organizamos. Continuamos preparando a personal en UCI.
Actualmente estoy más relajado, física y mentalmente. Ya con todo más organizado y con menos improvisación estilo Mañalich todo es más fácil.
Esperamos quizá un rebrote, pero estamos preparados pese a.que sabemos que no vamos a poder atender y salvarlos a todos.
Esta experiencia nos sirvió bastante para aprender. Incluso desde la Sochimi (sociedad de medicina intensiva) nos pusieron como ejemplo a nivel país junto a otros hospitales respecto al.manejo de todo este asunto.
Espero que esta wea se termine pronto.