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Relatos del planeta Aldebaran IV (Umbro)

eldioseterno

Plasta Culiad@
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2021/11/17
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bueno cómo ustedes saben yo provengo de otro sistema planetario diferente al suyo, he vivenciado mundos arder mundos en guerras pero nunca he vivenciado un mundo donde la edad media es permanente incluso hoy en el siglo XXI, esta es la historia del planeta umbro, un mundo 10 veces mas grande que el planeta tierra y con 3 lunas, en este mundo existen los heroes cómo también villanos, algunos de los artistas mas prominentes de este mundo cómo Tim Hildebrand Greg Hildebrand y Boris Vallejo y Julie Bell an reencarnado en ese mundo y a través del arte han plasmado esas vivencias en reencarnaciones anteriores. Ahora les pasaré a contar una historia de heroes dragones y bellas mujeres.





Aldebarán IV es un mundo que gira alrededor de la estrella del mismo nombre, según el lenguaje terrestre, y dicha estrella es la principal en la Constelación de Tauro, vista desde la Tierra. Los nativos llaman Umbro a Aldebarán IV y el planeta está dividido en varias regiones. Sus mares son más pequeños que los océanos terrestres, pero hay cerca de veinte en dicho mundo. En la época que encarné allí había luchas internas, con personajes siniestros y con hombres justicieros como contrapartida. Uno de los personajes era Storm, de pelo y barba negra, mediana edad. Manejaba las energías eléctricas. Vestía una bata roja. cómo lo fue merlín el mago, en esa vida existian 5 heroes que lucharon por defender el planeta del emperador Borius un sanguinario rey que diezmó continentes a modo final les contaré la primera parte de esta aventura que alguna vez tuve.

La batalla del paso de las aves carroñeras

La historia que voy a relatar comenzó hace siglos, en Umbro, el 4º planeta de la estrella Aldebarán, un mundo dominado por la barbarie, las pasiones y la magia. Un mundo con encanto y terror, mezclados en un combinado muy peligroso.
La región de las tierras del Norte estaba dominada por Borius. Era un guerrero sanguinario, que gozaba cercenado cabezas con su espada, arma que como dije antes, se decía que no la dejaba ni para dormir. Su armadura era gruesa y pesada, pero él la llevaba cómodamente debido a su gran porte y enorme fortaleza.. Comandaba las siete hordas de las tierras de Citaria, en la región del Norte. Su aspecto temible, con descuidada barba negra, impedía que desobedecieran sus órdenes.
El líder de la zona Central era Storm, un hombre de mediana edad, de pelo y barba negra. Inspiraba temor, ya que tenía la habilidad de dominar la electricidad y manejaba las tormentas. Generalmente se lo veía con bata roja, con incrustaciones zodiacales. La zona Central se hallaba habitada por los hombres alados, que obedecían ciegamente a Storm, ya que lo consideraban el Dios del Rayo. Estos seres se refugiaban en la zona de las montañas orientales.

Ahora me presento yo. Mi nombre espiritual es Ra-El-Dan y estoy en el 4º plano de vibración, sub nivel 8º. Encarné en Aldebarán IV como Ligor y al igual que Storm, dominaba el poder del rayo. Me consideré justiciero por naturaleza, ya que defendía a los reptiles voladores de los cazadores furtivos y también a los dragones, que no eran tan temibles como cuentan las leyendas. Me gustaba usar ropa de cuero negra cuando iba al poblado y estaba con el torso desnudo en las montañas.
Disfrutaba de la soledad, pero también sabía compartir una bebida espumosa en la taberna de Duormo, el principal poblado de la zona Central.
Si no les molesta les relataré una historia sobre los conflictos que sucedieron en la rotación 1234, en la época de los fríos.
Borius había salido de Citaria con tres de sus hordas y había arrasado el poblado de los Gulfos, unos pacíficos granjeros, saqueando el mismo y llevándose a las mujeres jóvenes.

Los citarianos eran tan temibles que eran pocos los que se animaban a enfrentarlos. Y menos cuando los comandaba Borius, su sanguinario jefe.
Una de las hordas volvió a Citaria con el botín y el resto de los hombres marchaba hacia Duormo.
Allí me encontraba yo cuando la taberna quedó en silencio al abrir los batientes una figura que nunca pasaba desapercibida. Era Storm, vestido con su conocida bata roja. Era la primera vez que lo tenía frente a frente. Lo miré sin bajar la vista y se dirigió a mí.
-Eres Ligor- afirmó.
-Así es- le confirmé.
-Dicen que manejas el rayo casi tan bien como yo.
-Trato, pero estoy aprendiendo- respondí.
Me palmeó el hombro con tal fuerza que no distinguía si era una palmada o un golpe.
-No seas tan humilde... escuché hablar de tí.
-Espero que bien...
-Vamos al grano... necesito tu ayuda.
-¿Qué puedo hacer por tí?- pregunté.
-Los hombres alados me han avisado que dos de las hordas de Borius están a pocas horas de aquí... y debo detenerlos.
-¿Y bien...?
-Tú puedes venir conmigo y entre ambos provocaremos una enorme tormenta. La lluvia y el granizo, más los rayos seguramente frenen la marcha de esos bárbaros.
-Está bien... pero sería prudente que aproveches a tus hombres alados...
-No son MIS hombres...
-Pero te obedecen...
-Sí... ¿A qué te refieres con aprovecharlos?
-Si entre ambos provocamos una tormenta eléctrica, ellos podrían iniciar desde la cima de la sierra blanca una avalancha en el paso de las aves carroñeras. Recuerda que es el camino indicado para que pasen las hordas de Borius.
-Tienes razón- me volvió a palmear y casi me arranca el hombro.
Terminé mi trago y salimos de la taberna, rumbo al paso de las aves carroñeras.
Una figura se encontraba sentada en una roca. Se paró al acercarnos. Sus ojos eran rasgados y nobles.
-¡Jonus! ¿Qué haces aquí?- le espetó Storm.
-He tomado la decisión de ayudarlos...
-Ya estamos cubiertos- dijo Storm, terminante.
-Espera- exclamé yo -Las flechas de Jonus serían útiles para aquellos que sobrevivan a la tormenta y a la avalancha.
-¡¡Ahh!!- gritó Storm -Estás opinado demasiado- me dijo.
-¿Entonces...?- me impacienté.
-¡Está bien... qué venga...!
Y los tres íbamos a enfrentar a una horda de bárbaros, con la ayuda de los hombres alados.
Storm se desvió hacia un corral y espetó: -Podemos tomar de aquí tres hoyuman
-No pienso robar una montura- me negué.
-¡Oh, cállate! Esta tropilla de hoyumans es mía...- gritó Storm -¡Siempre tengo monturas en Duormo!
Espero que en el paso de las aves carroñeras hagas algo más que gritar- exclamé.
Storm me miró exaltado, pero pudo dominarse y se calló.
Jonus estaba callado... pero observaba todo con sus ojos rasgados.
Montamos los animales y nos dirigimos hacia la sierra blanca, a 10 líneas de Duormo.
A mitad de camino le pregunté a Storm cómo se comunicaba con los hombres alados. Me contestó que ellos oían a todos los viajantes desde varias líneas, ya que sus oídos eran como los de los murciélagos de Sol III.
El cielo estaba nublado, pero estable... ya cambiaríamos esa situación...
Mientras cabalgaba me acordaba de Índiga. La había conocido hace dos rotaciones, en la época templada. Era del poblado de Dormin, a 60 líneas de Duormo. Sus padres criaban cabrecos, unos animales lanudos que también daban leche. Comenzamos una relación, pero yo siempre había sospechado que ella miraba con otros ojos a su amigo Olsen, un guerrero pelirrojo que se caracterizaba por sus orejas puntiagudas... hasta que una noche lluviosa había llegado a Dormin sin avisar y pasé por la granja de los padres de Índiga... no llegué a la vivienda, pues me desvié hasta el granero y cuando me asomé mis sospechas se hicieron realidad: tirados sobre las parvas retozaban los cuerpos desnudos de Índiga y Olsen.
No me dí a conocer y en silencio volví sobre mis pasos... el agua me corría por el rostro, pero no la notaba. Mi desencanto estaba por encima de la lluvia, de los truenos, de la tormenta en general... y no entendía en qué había fallado con Índiga... ¿O no había fallado y estaba en la naturaleza de ella ser así?
Hice un gesto con las manos y un rayo golpeó unas rocas cercanas, pulverizándolas. Otro gesto y otro rayo cayó en el camino. Así descargaba mi ira... pero nunca lo haría contra seres vivos.
Mi pensamiento volvió al presente y sonreí, ya que ahora sí utilizaría mi poder contra seres vivos, pero era para evitar males mayores.
Faltando tres líneas para llegar al paso de las aves carroñeras varias siluetas se recortaron en el cielo. Eran los hombres alados.
Storm se acercó a ellos, dándoles instrucciones. Inmediatamente volaron hacia la cima de la sierra blanca, adelantándose.
Nosotros sujetamos las riendas de los hoyumans y apretamos el paso. Cuando llegamos a la sierra, comenzamos a subir por la ladera norte.
En la altura divisamos el avance de las dos hordas de Borius.
Jonus se situó en un lugar estratégico, tras unos peñascos, preparando sus flechas.
A una señal de Storm enfocamos las manos hacia el cielo, atrayendo rayos y truenos hacia el avance de los salvajes.
Por su parte, los hombres alados movían las rocas para provocar un alud.
Borius estaba desconcertado, al notar que se desataba una tormenta y los rayos caían uno tras otro. Con el agravante que al comenzar a atravesar el paso de las aves carroñeras, un sin fin de piedras caían desde lo alto, aplastando a los guerreros.
Los que retrocedía caían bajo las flechas certeras de Jonus.
-¡Atrás!- ordenó Borius, desencajado. Pero sus hombres, presa del pánico, trataron de escapar por el desfiladero y muchos cayeron sepultados. Otros murieron fulminados por los rayos y Borius apenas logró rescatar a un 40 % de ambas hordas.
El sanguinario Borius se retiraba, derrotado, pero gritando: -¡Los dioses no están con nosotros! ¡Debemos hacer una ofrenda!
Storm estaba satisfecho por el triunfo y me comentó que ahora tenía un asunto que solucionar en otra región... pero yo había quedado preocupado, muy preocupado, ya que Borius tenía como prisionera a la dulce Samya, la princesa del Reino de Or.
¿Y si la ofrenda a los dioses era sacrificar a Samya?
En un momento dado ví a una joven tratando de escapar de aquella horda salvaje y uno de los guerreros la tomó del brazo, subiéndola a su montura y escapando al galope. No tuve dudas de que esa bella joven era la princesa Samya...

FIN DE LA PARTE 1 DE LA HISTORIA
 
Última edición:
wtf-blink.gif
 
de que libro irreal es la wea?

cago con solo leer que la wea de planeta tiene los mismos años que la tierra, anda a aber cuanto chucha tiene esta mierda, solo son estimaciones.. y justo ese es similar..

pico en you face
 
Sigue la historia po wn. O pasa el link de la weá, o el nombre del libro pa buscarlo en google.
 
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