Hace rato que este país cruzó el punto de no retorno respecto a la invasión de estos bichos.
Regulares o no, con expulsiones o sin ellas, el daño ya es irreversible.
Lo que realmente hace falta es castigos ejemplificadores. Estos sub humanos se dieron cuenta de que Chile es un país sin bolas, dónde pudieron importar sus prácticas caribeñas frente a nuestras narices, las del ejército y los pacos, el gobierno y el Estado, y saben que no les va a pasar mayor wea. Matar a alguien, robar, secuestrar, extorsionar, andar de moto chorro, ser un mal viviente, tomas ilegales y todo lo que les ocurra no tiene mayor castigo.
Por eso estas mierdas no tienen miedo ni respeto y hasta se dan el lujo de organizar marchas para que los dejen andar en motos sin licencia.
Hay que reformar muchas cosas, incluyendo las cárceles sin tomar en cuenta a la manga de castrados de DDHH. Que la cárcel sea un real infierno, sin permitir ingresos de pertencias, comida, visitas conyugales, etc. Hay que privarlos de absolutamente todo. Y que en paralelo, la respuesta de las policías en las calles ante el delito sea la fuerza letal y nada de mariconadas relacionadas a la proporción de la fuerza. Si el flaite culiao no entendió a la primera advertencia, balazo. Estoy seguro que así no habría un séquito de bertas y simios indocumentados defendiendo a otro flaite culiao, cómo paso en puerto Montt dónde más de una docena de ilegales fueron a golpear a los pacos por defender a unos motochorros y además un negro de mierda, libre aún, le dió un botellazo en la cabeza a un Paco.
Bastaría una buena purga para poner a estos weones en su lugar y que vean que su permanencia en este país y planeta depende solamente de sus intenciones de acoplarse de la mejor forma a nuestra sociedad gris, aportando a la fuerza laboral formal y la buena convivencia.
Nada de deportar weones. O se adapta o se tiran a un pozo.
Caribeños culiaos cómo los odio.