neoskar
Plasta Culiad@
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Creo que a principio de año mantuve un estado de felicidad que duró 2 semanas, y fue cuando agarre mi bicicleta y me fui a hacer cicloturismo desde Puerto Montt, llegando a hornopiren, volviendo a cochamo y rematando en Puerto varas.
Creo que lo fui porque no tenía más preocupación que ir a mi ritmo, de determe donde quisiera, descubrir mis límites físicos, de que cada hora y cada día fuese diferente, de ver y conocer lugares nuevos, de reírme cuando iba super cansado subiendo una cuesta o cuando iba más feliz aún bajandola. Quizás esa libertad, en ese periodo, me devolvió más a la niñez, donde nada más importaba que jugar y ser feliz.
Quizás la rutina de la ciudad nos vuelve infelices, el estar encerrados en una oficina o nuestras casas, el saber que nuestro futuro depende de una elección presidencial o de como fluctúen los indicadores económicos u otros asuntos que a veces escapan a nuestro que hacer.
Quizás esa es mi conclusión, darse esos espacios para traer la niñez al presente, la simpleza, el tener esos momentos donde todo lo exterior no te estreses ni te abrume, que el futuro no te oprima. Aunque obviamente es muy difícil hacerlo, porque de adultos todos tenemos responsabilidades que atender, de acuerdo a los compromisos de vida que fuimos adquiriendo
Creo que lo fui porque no tenía más preocupación que ir a mi ritmo, de determe donde quisiera, descubrir mis límites físicos, de que cada hora y cada día fuese diferente, de ver y conocer lugares nuevos, de reírme cuando iba super cansado subiendo una cuesta o cuando iba más feliz aún bajandola. Quizás esa libertad, en ese periodo, me devolvió más a la niñez, donde nada más importaba que jugar y ser feliz.
Quizás la rutina de la ciudad nos vuelve infelices, el estar encerrados en una oficina o nuestras casas, el saber que nuestro futuro depende de una elección presidencial o de como fluctúen los indicadores económicos u otros asuntos que a veces escapan a nuestro que hacer.
Quizás esa es mi conclusión, darse esos espacios para traer la niñez al presente, la simpleza, el tener esos momentos donde todo lo exterior no te estreses ni te abrume, que el futuro no te oprima. Aunque obviamente es muy difícil hacerlo, porque de adultos todos tenemos responsabilidades que atender, de acuerdo a los compromisos de vida que fuimos adquiriendo
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