Los españoles se muestran groseros, prepotentes y despectivos con los latinoamericanos, incluso con los que son más blancos que ellos. El insulto "Sudaca" o "panchito" está a la orden del día. Toda su frustración nacional la descargan con nosotros.
En cambio, con los negros y moros son terrible cobardes. Esas pendejas le hacen lo mismo a un marroquí o a un congoleño, les saca la chucha ahí mismo, capaz que se las culee, mientras los demás españoles mirarian sin decir nada.
En cuanto a los demás europeos, le chupan la tula a los alemanes, una relación de perkin similar a los peruanos con los argentinos. Los Franceses y los británicos los consideran al mismo nivel que los wns de África del norte.