DanielSGA
Hincha Huevas
- Registrado
- 2020/02/16
- Mensajes
- 3
Creo que seré directo, es primera vez que posteo algo acá, aunque en mis tiempos de ocio suelo revisar el foro para pasar el rato.
Hoy me dignaré a contar esta breve historia que me cagó en varios sentidos durante mis años de adolescencia y que continúa hasta hoy. El asunto es bien sencillo, no sé cuándo ni cómo, pero de repente sentí un rechazo total por tocar ciertas cosas ajenas a mi, fuesen objetos o personas. Si salía a comprar a algún negocio tenía que bañarme por obligación apenas entraba a mi casa, porque no me gustaba tocar plata, y lavarme las manos no era suficiente para estar ''purificado''. También me ocurría que si alguien me saludaba de mano o de beso en la cara también tenía que bañarme, porque ese sencillo acto de saludar a mí me parecía algo sumamente sucio.
El problema se extendió hasta tal extremo que ya no podía tocarme en la noche porque sentía que aunque me lavara las manos, la suciedad no se iba a quitar, es decir, la única forma de estar 100% limpio era dándome una ducha. Por supuesto, tenía que ser con agua caliente, porque la fría no limpia del todo.
Ustedes se imaginarán que con esto de la pandemia y el encierro he perdido contacto con el mundo exterior, y también mi TOC aumentó progresivamente, al punto de que no quiero que ni mi familia ni nadie tenga algún tipo de contacto físico conmigo. Intenté muchas veces superar el tema pero siempre termino cediendo ante mi propia mente.
Ayúdenme a salir de esta!!
Hoy me dignaré a contar esta breve historia que me cagó en varios sentidos durante mis años de adolescencia y que continúa hasta hoy. El asunto es bien sencillo, no sé cuándo ni cómo, pero de repente sentí un rechazo total por tocar ciertas cosas ajenas a mi, fuesen objetos o personas. Si salía a comprar a algún negocio tenía que bañarme por obligación apenas entraba a mi casa, porque no me gustaba tocar plata, y lavarme las manos no era suficiente para estar ''purificado''. También me ocurría que si alguien me saludaba de mano o de beso en la cara también tenía que bañarme, porque ese sencillo acto de saludar a mí me parecía algo sumamente sucio.
El problema se extendió hasta tal extremo que ya no podía tocarme en la noche porque sentía que aunque me lavara las manos, la suciedad no se iba a quitar, es decir, la única forma de estar 100% limpio era dándome una ducha. Por supuesto, tenía que ser con agua caliente, porque la fría no limpia del todo.
Ustedes se imaginarán que con esto de la pandemia y el encierro he perdido contacto con el mundo exterior, y también mi TOC aumentó progresivamente, al punto de que no quiero que ni mi familia ni nadie tenga algún tipo de contacto físico conmigo. Intenté muchas veces superar el tema pero siempre termino cediendo ante mi propia mente.
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