Escolares chilenos buenos lectores lideran rendimiento de Latinoamérica en prueba Pisa
Según informe de la Ocde, el 40% de los estudiantes chilenos no lee y otro 36% dedica menos de 30 minutos al día.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (Ocde) continúa haciendo análisis a partir de los resultados del test de Pisa realizado en 65 países. El más reciente, divulgado este año, entrega un panorama de los hábitos de lectura y estrategias de aprendizaje de los escolares de 15 años.
En promedio, en la Ocde, el 37% de los escolares no lee por placer, el 30% lee menos de media hora al día y el 32% lee más de media. En Chile, el 40% declara no leer por placer, otro 36% dedica menos de media hora diaria y sólo el 24% más de ese tiempo, considerado clave por el informe para mejorar el desempeño.
Los estudiantes de la Ocde que leen más de media hora diaria promedian 527 puntos, 67 puntos más que quienes no tienen el hábito, mientras que quienes leen menos de media hora diaria obtuvieron 504 puntos, 44 más que los no lectores. "Los resultados sugieren que 30 minutos diarios de lectura son insuficientes, pero que la lectura por más de media hora diaria sí hace la diferencia", dice Ernesto Treviño, subdirector del Centro de Políticas Comparadas en Educación de la UDP.
En Chile, quienes dedican más de media hora diaria a la lectura promedian 472 puntos, 35 puntos por sobre quienes no leen. Quienes leen menos de media hora logran 12 puntos por sobre quienes no lo hacen.
Si bien la diferencia es amplia con los países desarrollados, los lectores habituales chilenos tienen el mejor rendimiento de Latinoamérica.
Qué se lee también es clave. Los lectores variados -que leen ficción, no ficción, revistas y diarios- tienen los mejores resultados.En promedio en la Ocde, ellos obtienen 538 puntos, 81 puntos más que quienes no leen.
En Chile, obtienen 470 puntos, 44 puntos más que quienes no leen. Su desempeño nuevamente está por debajo de los países desarrollados, pero por encima de los otros siete países de Latinoamérica evaluados.
"Leer textos de ficción y de información requiere un ejercicio de interpretación mayor, ya que las imágenes y significados deben ser producidos por el lector", dice Lorena Meckes, investigadora del Ceppe de la UC.
El informe desglosa también las técnicas usadas para analizar lo que se lee, como resumir y memorizar. En ese sentido, los escolares chilenos están en deuda en las estrategias más efectivas, como resumir y elaborar (esto es, asociar la nueva información con conocimientos previos o experiencias personales), mientras que sus fortalezas están en memorizar, lo que menos incidencia tiene en el rendimiento.
"Los chilenos tienen fortalezas en habilidades básicas de lectura, como la memorización, que no asegura el desarrollo de habilidades superiores, y debilidades en otras más complejas", sentencia Ernesto Treviño.
La explicación puede estar en las prácticas del sistema escolar. Por ejemplo, una investigación realizada por la UC encontró que, al enseñar a leer, los docentes hacen preguntas que exigen reproducir literalmente lo que dice el texto y no aquellas que hacen inferir lo que no está explícito. "Se necesita estimular el gusto por leer al mismo tiempo que desarrollar estrategias de lectura en los estudiantes", agrega Meckes.
Lectores profundos
A partir de qué se lee y cuánto, la Ocde agrupó a los lectores en seis categorías: los lectores profundos, que leen desde ficción hasta revistas y manejan las técnicas de estudio; hasta los superficiales, que sólo leen diarios y tienen pocas estrategias de aprendizaje. Los primeros son los más efectivos, ya que están habituados a manejarse en diversos códigos de escritura, según el informe.
El 17% de los chilenos puede considerarse lector profundo y otro 19% maneja bien estrategias de estudio, pero lee más que nada revistas y diarios. La cifra es levemente inferior en comparación con el promedio de la Ocde: 19% y 25%, respectivamente.
Sin embargo, en Pisa estos chilenos de elite sólo logran 485 puntos en la prueba, con lo que se ubican entre los tres países miembros de la Ocde de peor rendimiento, junto con Turquía y México
F.
Ocde
Según informe de la Ocde, el 40% de los estudiantes chilenos no lee y otro 36% dedica menos de 30 minutos al día.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (Ocde) continúa haciendo análisis a partir de los resultados del test de Pisa realizado en 65 países. El más reciente, divulgado este año, entrega un panorama de los hábitos de lectura y estrategias de aprendizaje de los escolares de 15 años.
En promedio, en la Ocde, el 37% de los escolares no lee por placer, el 30% lee menos de media hora al día y el 32% lee más de media. En Chile, el 40% declara no leer por placer, otro 36% dedica menos de media hora diaria y sólo el 24% más de ese tiempo, considerado clave por el informe para mejorar el desempeño.
Los estudiantes de la Ocde que leen más de media hora diaria promedian 527 puntos, 67 puntos más que quienes no tienen el hábito, mientras que quienes leen menos de media hora diaria obtuvieron 504 puntos, 44 más que los no lectores. "Los resultados sugieren que 30 minutos diarios de lectura son insuficientes, pero que la lectura por más de media hora diaria sí hace la diferencia", dice Ernesto Treviño, subdirector del Centro de Políticas Comparadas en Educación de la UDP.
En Chile, quienes dedican más de media hora diaria a la lectura promedian 472 puntos, 35 puntos por sobre quienes no leen. Quienes leen menos de media hora logran 12 puntos por sobre quienes no lo hacen.
Si bien la diferencia es amplia con los países desarrollados, los lectores habituales chilenos tienen el mejor rendimiento de Latinoamérica.
Qué se lee también es clave. Los lectores variados -que leen ficción, no ficción, revistas y diarios- tienen los mejores resultados.En promedio en la Ocde, ellos obtienen 538 puntos, 81 puntos más que quienes no leen.
En Chile, obtienen 470 puntos, 44 puntos más que quienes no leen. Su desempeño nuevamente está por debajo de los países desarrollados, pero por encima de los otros siete países de Latinoamérica evaluados.
"Leer textos de ficción y de información requiere un ejercicio de interpretación mayor, ya que las imágenes y significados deben ser producidos por el lector", dice Lorena Meckes, investigadora del Ceppe de la UC.
El informe desglosa también las técnicas usadas para analizar lo que se lee, como resumir y memorizar. En ese sentido, los escolares chilenos están en deuda en las estrategias más efectivas, como resumir y elaborar (esto es, asociar la nueva información con conocimientos previos o experiencias personales), mientras que sus fortalezas están en memorizar, lo que menos incidencia tiene en el rendimiento.
"Los chilenos tienen fortalezas en habilidades básicas de lectura, como la memorización, que no asegura el desarrollo de habilidades superiores, y debilidades en otras más complejas", sentencia Ernesto Treviño.
La explicación puede estar en las prácticas del sistema escolar. Por ejemplo, una investigación realizada por la UC encontró que, al enseñar a leer, los docentes hacen preguntas que exigen reproducir literalmente lo que dice el texto y no aquellas que hacen inferir lo que no está explícito. "Se necesita estimular el gusto por leer al mismo tiempo que desarrollar estrategias de lectura en los estudiantes", agrega Meckes.
Lectores profundos
A partir de qué se lee y cuánto, la Ocde agrupó a los lectores en seis categorías: los lectores profundos, que leen desde ficción hasta revistas y manejan las técnicas de estudio; hasta los superficiales, que sólo leen diarios y tienen pocas estrategias de aprendizaje. Los primeros son los más efectivos, ya que están habituados a manejarse en diversos códigos de escritura, según el informe.
El 17% de los chilenos puede considerarse lector profundo y otro 19% maneja bien estrategias de estudio, pero lee más que nada revistas y diarios. La cifra es levemente inferior en comparación con el promedio de la Ocde: 19% y 25%, respectivamente.
Sin embargo, en Pisa estos chilenos de elite sólo logran 485 puntos en la prueba, con lo que se ubican entre los tres países miembros de la Ocde de peor rendimiento, junto con Turquía y México
F.
Ocde